Una intoxicación alimentaria afecta desde este martes al menos a 32 trabajadores de la sede principal de Cosentino, en Cantoria (Almería), cuatro de los cuales han sido trasladados al Hospital de Huercal Overa. Fuentes de la compañía señalan que la indisposición, que provoca vómitos y diarrea, se debería a una partida de atún en mal estado que, además, no fue debidamente cocinada,según creen en la empresa. No obstante, este extremo está bajo investigación de los epidemiólogos del SAS.
La intoxicación se ha producido en la cantina en la que se ofrece diariamente un menú bonificado por la empresa. Unas 600 personas hacen uso de ese menú cada día. No todos los que han comido atún se han indispuesto, según asegura un portavoz de Cosentino, que da la cifra de 32 afectados. No obstante, fuentes del Hospital Inmaculada de Huercal Overa aumentaban esta cifra a 48, y es posible que siga subiendo durante la noche.
Los servicios médicos de la empresa han enviado una alerta pidiendo a los trabajadores que lo consumieron que acudan a los servicios sanitarios si observan síntomas como irritación, erupciones cutáneas, diarrea o vómitos.
Varias fotografías que este medio ha recibido muestran una hilera de ocho ambulancias preparadas para prestar servicio. Dos vídeos muestran a un helicóptero sanitario despegando y sobrevolando la sede del gigante empresarial, aunque fuentes sindicales resaltan que ha sido una movilización preventiva.
Récord de facturación y problemas judiciales
Cosentino es una empresa multinacional con origen y sede en Almería dedicada a la elaboración de superficies de piedra, principalmente dedicadas a la cocina. Cerró 2022 con una facturación de 1.711 millones de euros, un 22% más que en 2021 y superando por tercer año consecutivo los 1.000 millones. Actualmente está introduciendo una nueva línea de fabricación de Dekton y contempla abrir su primera fábrica en Estados Unidos.
Su aspiración en los próximos meses es también cotizar en el IBEX. Sin embargo, en los últimos meses se ha visto en el foco por la silicosis que genera su producto más conocido, el Silestone, en trabajadores del cortado y el pulido que no toman las medidas adecuadas de protección.
Este problema, del que este medio ha venido informando en profundidad desde 2019, fue reconocido el pasado 30 de enero por Francisco Martínez-Cosentino, fundador y presidente de la compañía, ante un juzgado de Vigo. En una sentencia de conformidad, el juzgado lo condenó por un delito de lesiones por imprudencia. Cosentino pagó 1,1 millones de euros a los cinco trabajadores vigueses que contrajeron silicosis tras años manipulando sus encimeras, pero lleva años suscribiendo acuerdos de confidencialidad con trabajadores afectados a cambio de una compensación económica.
La sentencia considera probado que Francisco Martínez-Cosentino, que suministraba a la marmolería viguesa desde 1990, era conocedor, “al menos desde el año 2000, de los riesgos y peligrosidad que conllevaba la manipulación” del producto, ya que varios de sus empleados habían contraído silicosis en la fábrica de Almería.
La epidemia de silicosis tiene aún unos contornos difusos, por la falta de herramientas metodológicas que permitan medir con precisión a cuántas personas afecta. Se sabe que hay cientos de afectados en marmolerías de Chiclana (Cádiz) o Montemayor (Córdoba) que cortaban el Silestone sin protección alguna. En los últimos tres años, Cosentino, que asegura que ha mejorado notablemente sus métodos de prevención, ha registrado más de un centenar de casos.