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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

MEMORIA HISTÓRICA

El Gobierno reparará simbólicamente a las víctimas del Caso Almería tras 40 años de olvido

El 9 de mayo de 1981, tres jóvenes trabajadores de Santander de camino a celebrar la comunión de Francisco Mañas en Pechina (Almería) fueron detenidos a punta de pistola por agentes de la Guardia Civil a la altura de Roquetas de Mar y trasladados a las ruinas de un cuartel de Cabo de Gata. Después, los agentes los torturaron, los acribillaron a balazos, desmembraron sus cuerpos y los arrojaron dentro del coche barranco abajo en Gérgal. Los muchachos se llamaban Luis Montero García, Luis Cobo Mier y Juan Mañas Morales e iban a la comunión de Francisco, que entonces tenía ocho años. Sus cuerpos aparecieron el 10 de mayo al fondo del barranco, carbonizados.

La reacción inicial de las autoridades, que aquellos días buscaban desesperadas a los miembros de un comando de ETA que acababa de atentar contra un militar de alto rango en Madrid (en el que murieron sus tres acompañantes), fue ignominiosa: dijeron que los jóvenes iban armados y trataron de escapar de la Guardia Civil saltando del coche en marcha. Era falso. La labor de algunos periodistas hizo que se conociera la verdad, pero no hubo reparación. Casi 42 años después, el Gobierno va a celebrar un acto de recuerdo con los familiares de las víctimas en el que entregará sendos diplomas de reparación por los hechos sucedidos en 1981.

A la convocatoria, prevista para el próximo 20 de enero en la sede de la Subdelegación del Gobierno en Almería, acudirán el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, la actual directora general de la Guardia Civil, María Gámez y el subdelegado José María Martín.

El acto da respuesta a una petición histórica de las familias, que no solo sufrieron la muerte atroz de los jóvenes, sino que luego se vieron sometidas a la humillación de pasar por las falsedades vertidas por las autoridades. No dudaron en ensuciar la imagen de los jóvenes para descargarse de responsabilidades, como si el hecho de que hubiesen tratado de huir (lo cual era falso) justificara las torturas y el asesinato. “A lo hecho, pecho”, dijo el juez Ángel Tortosa a los padres de Juan Mañas. Quedó para la historia la declaración de Juan José Rosón, ministro del interior: “Un trágico error”.

“Siempre hemos sentido un vacío”

“No es normal que las personas que se encargan de proteger al ciudadano maten de forma tan cruel a tres personas, en este caso además inocentes. Y, obviamente, aunque no le fueran”, dice hoy Francisco Mañas, hermano de Juan. Nunca se condenaron las torturas, y hubo que exhumar los cadáveres para realizarles un nuevo examen forense ante las falsedades y omisiones del primero. Años después del crimen se supo que los agentes implicados cobraron fondos reservados después de su expulsión del cuerpo. También se les aplicaron beneficios penitenciarios. “No tenemos nada en contra de la institución de la Guardia Civil, pero sí de aquellos asesinos y la institución que en su momento los protegió y no apoyó a la familia”.

Aún recuerda que el día de su comunión todo el mundo disimulaba a su alrededor. La celebró sin sus padres, que ya buscaban alarmados a su hermano. Él pidió que Juan y sus amigos apareciesen pronto. El acto de desagravio le satisface después de tanto tiempo de silencio. Acudirán él y su madre, a la que protegerán de las emociones excesivas. También un sobrino de Luis Montero.

“Siempre hemos sentido este vacío y así lo hemos reivindicado”, señala. En su día se realizó un homenaje en Cantabria, pero nunca hasta ahora en Andalucía ni por parte del Gobierno, responsable de la Guardia Civil. El mayor reconocimiento que ha tenido Juan Mañas en Andalucía es un monolito y dar nombre desde 2015 a un parque en su Pechina natal: el Parque Juan Mañas Morales. Cayó en saco roto la petición de la Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición para que el Parlamento Andaluz instara al reconocimiento de los jóvenes como víctimas del terrorismo. Aún no está claro si la nueva Ley de Memoria Democrática podría amparar esa petición.

El acto de desagravio sí se hará. “Es una reparación de cara a las familias. De alguna manera, una disculpa oficial”, se felicita Mañas, quien agradece la implicación personal de Fernando Martínez. También de María Gámez, que escribió una carta de disculpas a un amigo de Mañas que había pedido a la directora general de la Guardia Civil una reparación simbólica a las familias.

Casi 42 años después de ser torturados y asesinados de forma extremadamente cruel, Luis Montero, Luis Cobo y Juan Mañas, los tres del Caso Almería, recibirán al fin un homenaje y sus familias, el acto de reparación que no han recibido en cuatro décadas. 

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