El Gobierno de Andalucía ha acelerado el ritmo de vacunación contra el coronavirus, declara haber administrado ya el 60% de las dosis recibidas (95.573), y las previsiones de la Consejería de Salud pasan por agotar todas las dosis disponibles antes del lunes, cuando el Gobierno distribuye los nuevos cargamentos entre las comunidades. La Junta ha vacunado ya a las 85.000 personas residentes en los más de mil centros geriátricos de Andalucía -incluidos sus trabajadores- y al 44% del personal sanitario que trabaja en primera línea de la Covid-19 (unas 26.000 personas).
Convencidos de culminar pronto la vacunación del primer grupo de riesgo (faltarían las personas dependientes y con problemas de movilidad), la Junta ha saltado este martes a la arena política presionando al Gobierno central para que le envíe más dosis, para que negocie con la Comisión Europea un cargamento mayor con el que acelerar el ritmo de inyecciones dispensadas: dos millones de viales más de Pfizer antes de primavera para empezar a inmunizar a los mayores de 65 años, el siguiente grupo de riesgo en la estrategia nacional de vacunación (casi 1,5 millones de andaluces).
El reparto de las vacunas autorizadas por la UE (Pfizer y Moderna), viene tasado desde Bruselas según un criterio poblacional. A Andalucía, con 8,5 millones de habitantes, le corresponden 980.000 unidades de aquí a la primavera. “Al ritmo actual, en marzo ni siquiera habremos inmunizado al 5% de la población”, advierte el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, unas 490.000 personas, según cálculos de Salud. Bruselas ha ampliado el acuerdo con las farmacéuticas Pfizer y BioNTech para adquirir 300 millones de dosis más, y en primavera se prevé que la Agencia Europea del Medicamento valide los fármacos de Oxford (que ya usa masivamente el Reino Unido) y AstraZeneca.
El Consejo de Gobierno andaluz ha presentado este martes un plan de vacunación consistente en inyectar ininterrumpidamente de lunes a domingo, 24 horas al día. Los grupos de la oposición, singularmente el PSOE, reprochan a la Junta que haya lanzado una estrategia de vacunación 16 días después de que las vacunas Pfizer llegaran a España y todas las comunidades empezaran a administrar sus lotes, el pasado 27 de diciembre. Los socialistas acusan a la Junta de lentitud e ineficacia, aseguran que sólo han dispensado dos de cada tres dosis, usando un informe del Ministerio de Sanidad que no está actualizado en el momento de su publicación. El Ejecutivo autonómico les responde agriamente que están difundiendo “bulos” entre la población y usando el “miedo” como arma política.
La estrategia del Ejecutivo andaluz consiste en reservar un “fondo de contingencia” de las vacunas recibidas, un 20%, por si fallara el suministro en algún punto de la cadena de distribución (ocurrió con el primer cargamento que Bruselas envió a España). Se barajan los escenarios más adversos, como un problema en las fábricas de origen, que “producen a un ritmo endiablado”, o el temporal y la nevada que imposibilita el traslado por carretera o con el cierre coyuntural de aeropuertos. La vacuna Pfizer son dos dosis, separadas por 21 días.
Andalucía reserva un almacén para garantizar la segunda dosis a los primeros inyectados (alrededor de 95.000 personas ya), que es la que confirma la inmunidad total frente al virus. El Ministerio de Sanidad no desaprueba públicamente esta estrategia, que también ha implementado la comunidad de Castilla y León (otro gobierno de PP y Ciudadanos). Los ejecutivos regionales son competentes para diseñar su estrategia de vacunación, cumpliendo el orden de prelación en la población de riesgo, y hay expertos epidemiólogos que avalan esta decisión. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, sostiene que es una estrategia “legítima”, pero matiza que “no hace falta” guardarse dosis, porque el suministro está “garantizado”.
Este martes, el Gobierno central ha reprochado a la Junta andaluza que se reserve ese margen del 20% de las vacunas recibidas, “por si acaso”. Lo ha hecho por boca de la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, que cree que “no tiene sentido” una estrategia tan precavida, porque la distribución de las vacunas “está funcionando bien” y ni siquiera el temporal de frío y nieve ha impedido al Ejecutivo central hacer llegar a las comunidades sus dosis correspondientes. García ha pedido a Moreno Bonilla “que sea eficaz en la planificación de la puesta de la vacuna y ejecute la vacuna que tiene disponible”.
Andalucía recibe cada lunes o martes un cargamento con 69.200 nuevas dosis. Su dispensación está en manos de 45 centros de salud, 37 hospitales y 177 unidades móviles, que son las que acercan las vacunas a las residencias de ancianos. Unas 562 enfermeras se encargan de inyectarlas. La Consejería de Salud, que dirige Jesús Aguirre, considera que con estos recursos y su logística se avanza a un buen ritmo, que por ahora no es necesario echar mano de la sanidad privada, de personal sanitario jubilado, estudiantes de Medicina o Enfermería o incluso el Ejército, como ha llegado a plantear la ministra de Defensa, Margarita Robles, a las comunidades más rezagadas. “Tenemos capacidad para poner entre 300.000 y 400.000 vacunas semanales”, dice Aguirre, tras recordar que se han administrado 1,9 vacunas de gripe en dos meses.
El coordinador regional de IU, Toni Valero, sí considera que hay un déficit de enfermeros y cree necesario reforzar la Atención Primaria, no sólo para mejorar la vacunación, sino para prepararse para el incremento de contagios y hospitalizaciones que ya ha empezado a notarse con la tercera ola. Aguirre ha admitido que la tendencia al alza en el ritmo de infectados y presión hospitalaria será abrupta y que antes de que acabe la semana, el comité de experto propondrá un endurecimiento de las restricciones que se acaban de aprobar (no han pasado ni los 14 días de rigor). No obstante, el consejero de Salud ha querido destacar que, pese al repunte de casos Covid-19, Andalucía no está sufriendo una oleada de pacientes con gripe, porque este año se ha alcanzado una cifra récord de personas vacunadas en previsión. “La incidencia de la gripe este año es cero”, dice Aguirre.
El Ejecutivo andaluz ha pasado de puntillas sobre la valoración del plan de desescalada aprobado antes de Navidad, cuando la incidencia del virus en Andalucía era de 155 casos por cada 100.000 habitantes. La Junta relajó las restricciones, fue permisiva en la apertura de la hostelería y, como consecuencia, el incidencia se ha duplicado, ronda los 300 positivos y todas las provincias, excepto Sevilla, están en un nivel de “riesgo máximo”. El índice de positivos de las PCR que se han realizado ronda el 20% y los ingresos hospitalarios han crecido un 25% en la última semana. El lunes se registraron más de 5.000 nuevos positivos, este martes se han sumado otros 2.000, y el Sindicato de Médicos de Sevilla alerta de un “colapso hospitalario” cuando todos esos infectados sean derivados a los centros sanitarios.
Con todo, la Junta recuerda que la ocupación de camas en planta ahora mismo es del 9,228% y del 16,29% en UCI, aún lejos de los parámetros de riesgo extremo: 15% en planta y 25% en UCI. En Andalucía han fallecido hasta ahora 5.371 personas por Covid.