Más calor, menos lluvias. Y mucha más inestabilidad. Esa es, a grandes rasgos, la foto fija del cambio climático en Andalucía. Una zona del planeta donde parece que los veranos serán cada vez más largos y las sequías más frecuentes y largas. Una situación ideal para que los grandes incendios forestales se ceben con una región donde la tercera parte de su territorio son espacios protegidos.
La campaña contra incendios arrancará el próximo 1 de junio y culminará el 15 de octubre. Según los expertos, ese periodo es cada vez más inefectivo. “Ese modelo está anticuado, porque el cambio climático ya está aquí”, critica José Ángel García Carricondo, bombero forestal y presidente del comité de empresa de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (Amaya) en Almería.
Hace dos semanas saltaron las alarmas en la otra punta de Andalucía. Un incendio cerca de Doñana, a mediados de mayo, obligó a unirse a dos retenes para poder formar un equipo completo. Un fuego en temporada media que les pilló con el pie cambiado.
“El problema de base es que el Plan Infoca (el dispositivo andaluz para la prevención y extinción de incendios forestales) está operativo en la campaña de verano, pero la meteorología está cambiando. Hay un estrés hídrico muy fuerte en abril, mayo, octubre y noviembre. Los veranos son más largos, pero los operativos se quedan a la mitad y habría que tenerlos al 100% todo el año”, denuncia por su parte Alejandro Pérez, responsable del comité de empresa de Amaya en Huelva.
4.500 efectivos contra el fuego
Según el catálogo de extinción del año pasado, Andalucía cuenta con unas 4.500 personas para luchar contra el fuego en verano. Un 15% de ellos son eventuales, que sólo trabajan durante la temporada estival. Carricondo cree que con ellos, en la provincia de Almería, están abastecidos en verano, pero que el resto del año van escasos de personal.
“En Almería es verano casi todo el año, de modo que cuando hay un incendio hay que juntar hasta tres retenes para formar un equipo”, explica. En marzo de este año, se originó un fuego en el paraje de Lotrines de Abrucena, al que tuvieron que acudir más de medio centenar de bomberos forestales. Y enfrentarse a rachas de vientos de más de 60 km/h. “Estamos teniendo muchas actuaciones en temporada media abaja. En el incendio en Abrucena, en Sierra Nevada, ardieron más de 20 hectáreas. Fue muy peligroso, porque había un pinar al final y era un barranco con mucha vegetación”, señala.
Andalucía cuenta, según el informe del año pasado, con 98 camiones que almacenan unos 3.500 litros. Desde este mes, los bomberos denuncian que hay siete menos en provincias como Huelva, Jaén y Granada, en una acción que han llegado a catalogar de “desmantelamiento” del Infoca. Tras su denuncia, la Junta de Andalucía ha dado marcha atrás y mantendrá los dos vehículos de Doñana, hasta que sean sustituidos por otros nuevos.
Según informa Europa Press, los bomberos forestales han llegado a un acuerdo con la administración, para que, mientras llegan los camiones nuevos, se realice una reordenación temporal de la flota de camiones en la provincia “para poder cubrir la zona que han dejado descubierta estos dos camiones retirados”.
“Son dos camiones de vital importancia, porque estaban en Doñana, en los centros del Acebuche y Mazagón.”, señala Alejandro Pérez, presidente del comité de empresa de Amaya en Huelva.
El portavoz de la Junta, Elías Bendodo, anunció que la Junta de Andalucía va a invertir cuatro millones de euros al año y comprar 32 vehículos autombomba. Según Bendodo, la medida de retirar los camiones ha sido “por la seguridad de los trabajadores, dado que se encontraban en un pésimo estado por ser muy viejos. No pasaban ya ni la ITV (Inspección Técnica de Vehículos)”.
Vehículos averiados
De momento, los vehículos antiguos no han sido sustituidos por unos nuevos. Y algunos de los antiguos siguen dando problemas. “El sistema de autoprotección de algunos de nuestros vehículos no funciona, según denuncian los conductores. Llevan dando problemas desde hace tiempo”, denuncian desde Almería. Los camiones cuentan con un sistema de autoprotección que, mediante un sistema de tuberías, crea una cortina de agua alrededor del camión que, en caso de verse rodeado por el fuego, le da una oportunidad de escapar. Es una cuestión de vida o muerte.
De vida o muerte son también algunas de las situaciones a las que se enfrentan los bomberos forestales que se encuentran en primera línea de fuego. Se juegan la vida por alrededor de 1.200 euros al mes.
“Según el puesto, el salario de un bombero especialista ronda los 1.200 euros. El eventual gana igual que una persona fija. Llevamos reivindicando una subida sustancial. Que se incluya la antigüedad, el personal lo notaría bastante. Hasta 2020, estaríamos en unos 1.300 o 1.400”, apuntan los sindicatos de los bomberos forestales.
Este 1 de junio comienza la campaña de verano. Las condiciones climáticas y el azar serán los que finalmente dispongan si estos miles de bomberos y centenar de vehículos están listos para la virulencia de un incendio forestal. Si este será un buen año. O no.