De los diez barrios más pobres de las grandes ciudades de España, siete están en Andalucía. De los 15 con menos renta disponible de todo el país, la comunidad andaluza acumula 11, según el último informe de Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística. Elección tras elección, las urnas de estos barrios acaban la jornada casi vacías. Apenas uno de cada cuatro andaluces que viven en los barrios más pobres, de Andalucía y de España, vota. El desinterés de los políticos se encuentra con el desinterés de los ciudadanos, explican los expertos.
El Polígono Sur de Sevilla, cuyo corazón acoge Las Tres Mil Viviendas, encabeza la lista de barrios más desfavorecidos. La renta disponible por habitante es de 5.666 euros al año. La abstención en una de sus secciones censales en las últimas elecciones al Parlamento de Andalucía se fue al 92%, una cifra inaudita. No votó ni una de cada diez personas convocadas. A media hora andando está el Distrito Sur de Sevilla, donde vive parte del 1% más rico de la ciudad. Allí, la participación en las elecciones de 2018 superó ampliamente el 80%.
Aquel 2 de diciembre, el 8% de la sección censal más abstencionista de las Tres Mil que acudió a votar lo hizo principalmente por el PSOE (casi un 70% del total). En cambio, los socialistas no llegaron ni al 10% en las mesas que más votos depositaron del Distrito Sur, donde entre el PP, Ciudadanos y Vox se fueron por encima del 82%.
Braulio Gómez, profesor investigador de Deusto y responsable del Deustobarómetro, y Manuel Trujillo, analista del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), llevan años estudiando este fenómeno. En 2016 publicaron 'Urnas vacías en los suburbios de las ciudades', un trabajo conjunto en el que llegaron a la conclusión de que la pobreza es inversamente proporcional a la participación en las elecciones. A más rico, más participación; a más pobre, urnas más vacías. Y Andalucía acumula, con mucha diferencia además, las zonas con menos renta de España.
Esta es una tendencia que se observa “desde que hemos podido cruzar datos, al menos desde principios de los años noventa”, explica Braulio Gómez, que es cuando se empieza a desgranar la renta disponible por distritos. En todos estos años, “siguen siendo los mismos barrios los más pobres y los que menos votan”, añade. “Si la pobreza se hereda, la abstención también”, concluye, tajante, Gómez, que señala que el fenómeno “ha ido a más” en los últimos años como consecuencia del aumento de la desigualdad y de un cierto olvido de las necesidades de los barrios más humildes.
Sevilla mantiene a tres de los barrios con menos renta de España: tras el Polígono Sur están Los Pajaritos-Amate y Torreblanca. A continuación, los cordobeses de Las Palmeras y el Guadalquivir, seguidos de La Rosaleda ya en Málaga, La Oliva-Las Letanías de vuelta a Sevilla, el Sector Sur en Córdoba, y Padre Pío y Polígono Norte en Sevilla. Cierra el ranking de los 15 barrios más pobres Las Moreras en Córdoba.
Más de la mitad del censo no vota en los barrios pobres
En las últimas elecciones al Parlamento andaluz, en diciembre de 2018, más de dos de cada cinco personas llamadas a las urnas no acudieron a votar. La abstención en esos comicios quedó por encima del 43%.
Sin embargo, esta cifra no representa a todos los andaluces. Según los datos por sección censal de renta, provenientes del Atlas del INE, y de voto en las últimas elecciones al Parlamento de Andalucía, analizados por elDiario.es, en el 10% de las secciones censales más pobres la participación no llegó a la mitad. En cambio, en las secciones censales que conforman el 10% con la mayor renta media de la comunidad, la abstención se quedó en el 30%, 20 puntos menos.
Aún más extrema fue la abstención en el 1% de los barrios más desfavorecidos. En las 60 secciones censales que conforman el percentil de renta más pobre de Andalucía, la participación no llegó al 30%. Visto de otra forma: en estas manzanas, que se encuentran mayoritariamente en Sevilla, Córdoba, Granada, Jerez de la Frontera y La Línea de la Concepción, casi tres de cada cuatro personas no fueron a votar. “Andalucía tiene los datos más extremos de abstención de España”, señala el sociólogo Braulio Gómez, que coincide también con que la región albergue la mayoría de los barrios con menos renta.
Esta cifra queda muy lejos de la abstención registrada en las zonas más acomodados de Andalucía. En el 1% de secciones censales con mayor renta, situadas principalmente en Sevilla, Málaga y Córdoba, la abstención se quedó en el 26%, casi 50 puntos menos que en las secciones más pobres.
Un fenómeno urbano que no se repite en los pueblos
Dejando de lado las secciones censales con una riqueza más extremadamente elevada o baja, puede parecer que la participación en el resto de grupos de renta fue similar. La abstención en los últimos comicios varió en solo 7 puntos entre el segundo y el noveno decil de renta y se situó alrededor del 40% en todos los grupos entremedio.
Sin embargo, lo que esconde este dato es la gran variabilidad de participación que hay entre secciones censales de renta intermedia-baja. En los barrios acomodados, en general, se acude a las urnas en una proporción similar y hay pocas secciones ricas donde la abstención sea elevada. En cambio, existen tanto secciones pobres donde se vota mucho cómo dónde se vota poco. Incluso hay muchas zonas empobrecidas donde la abstención es baja y parecida a la de las zonas ricas.
La clave está en ver dónde están esas secciones censales pobres que votan más: principalmente en pueblos y ciudades pequeñas. En estos municipios la población acude a las urnas en una proporción similar, sin grandes diferencias por renta. En cambio, cuánto mayor es el municipio, más se acentúan las diferencias de participación ligadas a la riqueza.
De hecho, la brecha de participación por renta se multiplica hasta por cuatro en las grandes ciudades respecto a los municipios más pequeños. En los pueblos de menos de 10.000 habitantes, la diferencia de voto entre el 10% de las secciones censales más pobres y el 10% de las más ricas es de 4 puntos.
En cambio, en las ciudades de más de 200.000 habitantes (Almería, Jerez de la Frontera, Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla), la diferencia entre ambos grupos es de hasta 36 puntos. La abstención en cada decil de renta de estas ciudades baja escalonadamente desde el 62% en las zonas más desfavorecidas hasta el 27% en las más acomodadas.
“Todo este movimiento es urbano”, señala el investigador de Deusto Braulio Gómez. “Es un fenómeno urbano, la mayor desigualdad se produce en una ciudad, con solo cruzar una calle”, señala. “Esto no va de campo-ciudad, ni de periferia-centro”, expone. “En los municipios rurales de Andalucía”, en las “agrociudades” como las llama el investigador Eduardo Moyano, los ciudadanos “están más igualados en la pobreza” o en la riqueza. “La brecha económica que observamos en una ciudad no tiene nada que ver con la de los pueblos”, y los municipios andaluces, las agrociudades, llegan a tener tamaños considerables, superando incluso los 20.000 habitantes.
En los pueblos almerienses de Rágol y Bentarique se registraron en 2018 los porcentajes más bajos de abstención de toda la comunidad, con un 11,7% y un 17,2%, pese a estar entre el 20% de zonas más pobres de Andalucía. Esto significa que en estos pueblos votó incluso más gente que en las zonas más pudientes de Sevilla, Córdoba y Málaga. En estos casos son municipios muy pequeños, donde vive menos gente que en cada sección censal de las capitales de provincia.
Fuera del ámbito rural, destaca una sección censal de Córdoba, en el Sector Sur. En esta manzana la abstención quedó en el 21% pese a albergar algunos de los hogares con menor renta de Andalucía.
Un fenómeno mundial en sociedades cada vez más desiguales
Braulio Gómez explica que Andalucía no es una excepción en el fenómeno de “barrios pobres y urnas vacías”. “Esto es algo que se ha estudiado mucho en Estados Unidos o en Reino Unido”, detalla, donde tienen sociedades mucho más desiguales que en la Europa continental. “Allí estamos hablando de un 20% del censo electoral”, destaca, pero advierte que conforme avance la desigualdad el desencanto político irá en aumento. Aquí, “los que se quedan fuera fuera son un 5%-10% del censo, pero no un 20%”, por lo que es un fenómeno que se ha estudiado menos, y al que no se le ha dado tanta importancia, pero que va a más.
Ante ello, este experto lanza una pregunta: “¿Qué ha hecho la política en estos barrios?”. “Tenemos que cambiar el enfoque”, advierte. “La política no se ha orientado hacia los más pobres. Los partidos de izquierdas plantean una universalización de los derechos, de los trabajadores, de las mujeres, de la sanidad, de la educación”, sostiene, pero destaca que en ocasiones no llegan a entrar en los problemas concretos de estas zonas. “No verás mítines contando cosas de pobres, de que llegue el autobús, etcétera”, lamenta. “Cada vez hay más ciudadanos que viven en esas zonas marginales”, advierte, por lo que poco a poco la abstención irá a más.
¿Se puede luchar contra la abstención en los barrios más pobres de las ciudades? “Tienen que cambiar muchas cosas a la vez”, responde Braulio Gómez. “Se puede trabajar. Igual que hay acciones para mejorar el acceso a la vivienda, de la misma manera que acuden los servicios sociales, se podría trabajar en socializar la política en los espacios donde, precisamente, la política no entra. Definitivamente, eso ayudaría”, concluye este sociólogo.