Rondaban las 19.30 de la tarde de ayer cuando la página web del Arzobispado de Granada experimentaba una más que heterodoxa renovación en sus contenidos. Casi imperceptible en la página de inicio (en la que sólo los hashtag #OpOpusDei y #Anonymous en la barra lateral izquierda podían extrañar de un primer vistazo), era preciso entrar en la sección de Documentos para comprobar que los cinco enlaces que llevaban a los textos de ese apartado (reflexiones teológicas y comunicados del Arzobispo la mayoría) también estaban señalados con las etiquetas mencionadas; el quinto de ellos llevaba finalmente al rincón en el que, entre El misterio central de la fe cristiana o Cristo, el hombre nuevo, se podían encontrar enlaces como Anonymous se cuela por la sacristía o #Nisumisanidevota.
Bajo el nombre de Anonymous se ha hackeado el site arzobispal con su habitual saludo-emblema (Debían habernos esperado) y un ilustrativo muestrario de su denominada Operación Opus Dei.
“No es casualidad que ”Dios“ quiera siempre lo que a ellos les interesa”, comienza el comunicado inserto en la web de la archidiócesis, accesible también mediante un vídeo de Youtube y en la web #Op-Vaticano. Anonymous especula en él con la teoría de que la mencionada secta católica controla de facto las altas esferas del Partido Popular. Señalan como miembros del Opus tanto al fiscal general del Estado, Eduardo Torres Dulce, como a los ministros Jorge Fernández Díaz (Interior), Pedro Morenés (Defensa), Ana Mato (Sanidad) y J. Ignacio Wert (Educación), y consideran “evidente” que la Obra influye también en el poder judicial, poniendo como ejemplos el descrédito sufrido por el juez Garzón y los casos Naseiro y Gürtel.
“El PP se ha echado en brazos de la Iglesia y pretende imponer como ética global la moral católica en su versión más integrista auspiciada por el Opus Dei”, remachan. Así se explicarían mejor, según su hipótesis, algunas medidas del Gobierno de Mariano Rajoy como la persecución del aborto o las clases de religión católica obligatoria y vinculante en los colegios públicos.
También se coló en la web del arzobispo la boda-esperpento a cuenta del libro de la periodista Costanza Miriano Cásate y sé sumisa. Pero, sin duda alguna, destacaba poderosamente la aparición, en domingo y horas de misa vespertina, de la artista colombiana Nadia Granados: una “artista que explora las relaciones entre la pornografía tradicional y la violencia”“artista que explora las relaciones entre la pornografía tradicional y la violencia”, entre “el arte y el activismo, en una mezcla de cabaret, intervención y vídeo streaming”, según reza su perfil en Vimeo.
En una performance censurada recientemente por YouTube pero disponible en DailyMotion, el alter ego artístico de Granados, La Fulminante Roja, pronuncia –con obligados subtítulos– un calculado y beligerante mensaje de libertad sexual en torno al aborto, al tiempo que juguetea semidesnuda y de todas las formas posibles con un preservativo (supuestamente) recién usado. Un vídeo sin desperdicio hasta el último segundo, que estuvo disponible en la web de la archidiócesis hasta más allá del horario infantil y sigue disponible esta mañana en la web de la archidiócesis.