Cada vez mayor el número de personas que se buscan la vida en la basura. Esta situación, que constantan Cáritas y UGT, mostró una cara amarga hace unos meses en Jaén. Una mujer falleció arrollada por una máquina compactadora mientras buscaba chatarra en un vertedero próximo a la capital. Los familiares de la víctima, que estaban con ella, la emprendieron a golpes con el operario que maniobraba con el vehículo y que acabó ingresado grave. Tres personas fueron detenidas por este suceso, que desde la empresa que gestiona el depósito, FCC, calificaron de “lamentable” y “aislado”.
Este fin de semana trascendía otro dramático suceso: tres miembros de una familia de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) ha muerto por intoxicación alimentaria. Si bien está decretado el secreto de sumario y hay que completar las autopsias y recogida de muestras en el domicilio, todos los indicios apuntan a que ingirieron comida en mal estado. De hecho, fuentes de la investigación han apuntado que esta familia, que vivía de la recogida de cartones, conseguía comida, muchas veces caducada, que le regalaban.
Sobre la gente que se busca la vida en la basura, el subdelegado del gobierno en Jaén, Juan Lillo, se ha referido a una situación que “parece ser habitual”. Coincide con los representantes de los trabajadores de la empresa que gestiona el vertedero de Jaén en que hay grupos de personas que merodean por allí para colarse en las instalaciones y rescatar chatarra del basurero. Es su forma de buscarse la vida burlando la seguridad privada del recinto.
Macarena Arribas, de la Federación de Servicios Públicos de UGT, señala que los trabajadores habían denunciado repetidamente el riesgo que implicaba que personas ajenas al depósito entren a hurtadillas, se oculten entre la basura y aguarden el momento más propicio para recoger aquello que pueda serles útil. “En los últimos años, esa situación se está dando con mayor frecuencia” y se refiere no sólo a quienes asaltan los vertederos, también a quienes bucean en los contenedores buscando comida o desechos de los que sacar algún rendimiento.
Para Cáritas, estos sucesos son la vertiente más trágica de la difícil situación que atraviesan muchas familias, especialmente en Jaén, la provincia española con la mayor tasa de desempleo. El presidente de la organización, Rafael López Sidro, explica que “cada vez son más los que tienen la chatarra como un medio de vida” y señala que esta situación se ha visto acrecentada durante el último año. La chatarra ha dejado de ser una solución puntual para unos pocos para convertirse en una necesidad para muchos.
Desde su punto de vista es necesario “preocuparse para que no haya familias que necesiten recurrir a esto para sobrevivir”. Desde su organización están impulsando un programa para conocer cuánta gente vive y se busca la vida en la calle, y en qué circunstancias. Una persona, el coordinador de calle, está organizando los equipos de voluntarios para “conocer los problemas de la gente” y proporcionarles alternativas. Su idea es contar con un instrumento de información que, en el futuro, permita evaluar el número de personas que malviven en esta situación, qué alternativas se pueden ofrecer y reclamar, si es necesario, la intervención de las administraciones.