El Carnaval, como el humor, es algo muy serio. Y por supuesto que no es cosa de hombres. La aportación de mujeres como Ana López Segovia ha sido fundamental para enriquecer una fiesta que cada año sigue un proceso de expansión natural. Ella misma lo ha constatado a través de 'Chirigóticas', un proyecto teatral que ha llevado el arte gaditano por medio mundo con una gran aceptación. Acumula varios premios en el arte del Romancero y este año se le verá por las calles de Cádiz con la chirigota 'Las becarias'.
Su chirigota callejera, formada íntegramente por mujeres, cumple 20 años seguidos saliendo y no se quiere atribuir ninguna medalla del feminismo. “No buscábamos ninguna reivindicación, sólo se pretendía pasarlo bien. No fuimos las primeras, antes ya habían salido muchas mujeres, pero formamos parte de la consagración de agrupaciones de mujeres por la calle y mujeres solas”.
Una chirigota formada por mujeres y con letras escritas con mujeres. Una visión diferente a la habitual en el Carnaval... “Siempre nos preguntaban que quién nos escribía y era muy guay decir que nosotras mismas porque la perspectiva era femenina. Había un filón genial porque desde siempre las letras tenían el sello de los hombres y que conste que nuestro repertorio no está dirigido a un público femenino ni buscamos meternos con los hombres. Al principio tratábamos mucho un tema muy recurrente como es el sexo. Era un filón porque era un terreno inexplorado. No se esperaba que una mujer hablara con libertad y sin tapujos del sexo y nosotras, desde la inconsciencia, lo hacíamos y largábamos barbaridades”.
¿Carnaval en el teatro o en la calle? Ana López respeta a los que tienen como algo sagrado acudir cada año al Falla, pero tiene otra forma de ver las cosas. “Como nosotras tenemos una compañía de teatro, el mono de pisar las tablas lo tenemos cubierto y nos identificamos más con el Carnaval de la calle. No juzgamos el Carnaval del Falla, pero preferimos el otro”.
“A la gente le entusiasma lo que se produce en Cádiz”
En lo que no tiene dudas la actriz gaditana es al respecto de la polémica sobre la eliminación de las ninfas. “Siempre he dicho que cada uno haga lo que quiera, pero no me parece bien que una institución pública apoye un concurso de belleza. Lo quieren disfrazar y dicen que se valora el salero, la gracia gaditana, el saber estar... pero al final es una tía que se pone ahí para que baile y ponga su mejor sonrisa. Si quieren un concurso de ninfas y si dicen que da tanto trabajo, que organicen uno de manera privada. Está claro desde un Ayuntamiento no se puede apoyar algo que es sexista. Hace años las elegidas eran las amantes de los alcaldes o las hijas de la gente de dinero. Después le quisieron dan un matiz más del pueblo, pero en suma era coger a la muchacha más guapa. Cuando una agrupación no tenía letras, le escribía a las ninfas un piropo o una burla en el más claro ejemplo de mujer objeto”.
A través de la compañía 'Chirigóticas' ha dado a conocer el humor carnavalero en teatros de España y del extranjero y ha llegado a una conclusión: “A la gente le entusiasma lo que se produce en Cádiz”. Será por eso que el Carnaval se ha profesionalizado en los últimos años, pero Ana entiende que sea así: “Yo sería una hipócrita si dijera que el Carnaval auténtico se está perdiendo porque yo también lo he usado en mi trabajo. Hay que confiar en que la esencia siempre quedará. Es verdad que ahora muchas agrupaciones hacen repertorios más generalistas para abarcar a más público a través de la tele. Esto da trabajo a mucha gente en una ciudad donde no lo hay y si se gana un dinero, cómo les vas a decir que estás pervirtiendo el Carnaval. Sería una gilipollez poner límites”.
Pero lo que no se negocia es el uso de las letras. Vale que el humor tiene que estar por encima de todo, pero también la crítica. Esta letrista reconoce que “pretender cambiar el mundo con una copla es de una ingenuidad apabullante. Yo pretendo pasarlo bien, no cambiar el mundo. En Cádiz pasa algo gracioso y es que a Teófila se le ponía verde en las letras y después ganaba las elecciones. En el Falla lo mismo se aplaude una letra en contra del aborto como a favor. Se aplaude el talento, pero las ideologías creo que tiene más que ver con ciertas agrupaciones del carnaval de la calle. Antes había agrupaciones, en la dictadura, que acababan en comisaría casi siempre porque arriesgaban diciendo cosas duras”.
“En 2013 di el pregón de la Diosa Momá y me invitaron a la final del Falla. Era un velatorio, el ambiente más gélido que te puedes imaginar. Luego te enteras de que había 800 entradas de protocolo. En esa final sólo dos agrupaciones hicieron alusiones a los sobres en B del PP y sólo una nombró a Teófila. Tras esa alusión hubo un silencio sepulcral, no hubo ni un ole, ni un bravo. Me repugnó y me fui porque llevaban a gente que estaba comprada. Espero que este año se critique al Kichi por las cosas que se hayan hecho mal porque no se canta en Carnaval para adular a los políticos”, finaliza.