Daniel Jiménez Jiménez, de 38 años, fallecía el 1 de junio en la comisaría local del Cuerpo Nacional de Policía de Algeciras (Cádiz) por ahorcamiento, según la versión oficial. Juristas Gitanos recurrió el 'carpetazo' inicial sin que se practicaran diligencias al detectar determinadas “anomalías” en torno a su muerte. El juzgado, por segunda vez y con algo más de argumentación, acaba de archivar el caso. “Los agentes no pudieron predecir ni evitar el fatal final”, concluye el auto. Una delegación del Comité para la Prevención de la Tortura (CPT) del Consejo de Europa visitó la comisaría en septiembre, entre otros centros de Andalucía, Valencia y Madrid, y se interesó por el caso de Daniel, según ha podido saber este periódico, y por el de el joven marroquí Imad Eraffali, de 23 años, que en enero murió en circunstancias muy similares.
Paralelamente, y a raíz de esta cuestión, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) registró el pasado mes de junio una queja ante el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura del Defensor del Pueblo de España para que hiciera algunas indagaciones en el funcionamiento de la comisaría. El Defensor escribió a APDHA el 17 de noviembre señalando que aún no se había recibido la información solicitada al respecto a la Dirección General de la Policía, lamentando el “involuntario retraso en el esclarecimiento de las circunstancias” expuestas en la queja. Fuentes del Ministerio de Interior apuntan a este periódico que el 23 de noviembre, finalmente, salió la respuesta requerida por el Defensor del Pueblo.
El auto de archivo, que ha sido recurrido por Juristas Gitanos, acuerda el sobreseimiento provisional de las actuaciones porque “no aparece debidamente justificada la perpetración del delito” que ha dado motivo a la formación de la causa. “No aparece dato alguno en lo investigado que apunte a que los agentes que estaban custodiando los calabozos actuaran con falta de diligencia en el desgraciado incidente autolítico que acabó con el fallecimiento del detenido, y ello tras analizarse minuciosamente las grabaciones de lo sucedido”.
“Reunir todos los elementos de prueba”
“Los agentes aquella noche actuaron como era de esperar, llevándolo a recibir asistencia sanitaria cuando se produjo heridas con un azulejo que partió, cambiándolo de celda para evitar que volviera a dañarse, hablando con él, acompañándolo al servicio y haciendo rondas de seguridad, en una de las cuales se descubrió el cadáver. El detenido no tenía nada que pudiera usar para volver a hacerse daño, sólo una manta para cubrirse, que fue lo que usó para quitarse la vida”, explica el auto.
Según el director de Juristas Gitanos, Emilio Israel Cortés, el vídeo aportado a la causa “no es concluyente”. “No se ve nada anormal, pero no ofrece claridad para descartar nada”, señala el letrado, que insiste en que no se han practicado “todas las diligencias que se pueden practicar” antes de sobreseer las actuaciones. “No se trata de sentenciar ya el asunto sino de reunir todos los elementos de prueba que permitan saber con toda claridad qué fue lo que sucedió en la comisaría”, añade el abogado, que lamenta también las acusaciones no han tenido acceso a las fotografías de la autopsia del informe forense ni al registro de detenciones del día de autos ni el forense ha prestado declaración en el juzgado.