Un extendido lugar común afirma que el golpe de Estado franquista triunfó en la provincia de Cádiz sin apenas resistencia. Sin embargo, desde hace años los estudiosos vienen señalando que no siempre, ni en todas partes, fue así. El periodista David Doña revela que la Sierra gaditana se opuso a los sublevados en el ensayo Sucedió en Grazalema (Q Books), donde, entre otros cruentos episodios, se documenta el asesinato de 15 mujeres.
“Jimena de la Frontera fue el último municipio en ser tomado por los golpistas, el 30 de septiembre”, recuerda Doña. “Debemos tener en cuenta que, por su posición geográfica, Cádiz fue uno de los estribos del puente con África, justo donde se inicia el golpe de Estado. Y los golpistas que llegan junto a los Regulares, más los asentados en la provincia, conforman una maquinaria para la guerra que no puede ser contrarrestada. Es una batalla desigual. Pero hay focos de resistencia, en algunos casos heroicos, como sucede en la capital. Y claro: no existió una guerra convencional duradera, de trinchera, pero sí una larguísima guerra larvada y una represión brutal. Grazalema, en este caso, es un ejemplo claro de resistencia, personificada en los vecinos y vecinas del pueblo”.
Indagando en archivos y diversas fuentes documentales, cotejando procesos sumarios que desembocaban en consejos de guerra y hablando con familiares de personas represaliadas, el autor entendió que “en Grazalema confluyen dos circunstancias: su situación orográfica y lejanía con los primeros territorios tomados por los sublevados; pero también la existencia de una población que en las últimas elecciones de febrero de 1936 vota de manera abrumadora al Frente Popular, además de ser un pueblo con muchos adeptos a las ideas anarquistas”.
Componente de venganza
“Del 18 de julio al 13 de septiembre de 1936, Grazalema estará administrada por dos comités, uno de Defensa y otro de Abastos, que compensan unas estructuras estatales que el golpe destruye. Este periodo no está exento de violencia: en ese verano fueron fusilados 20 vecinos considerados de derechas. En circunstancias excepcionales y adversas -con vecinos de poblaciones limítrofes que llegan a Grazalema contando las atrocidades de los golpistas y con la llegada de milicianos de la columna de Pedro López, procedentes de Montejaque- se crean los mejores escenarios para los exaltados, tal como sucedió en Madrid”.
Cuando las tropas de Salvador Arizón toman Grazalema, con personas de ingrato recuerdo en sus filas como Zamacola, se desatará una represión brutal. “Un informe del Ayuntamiento franquista de los años 40 -revelado por el historiador y arqueólogo Jesús Román- cifra en 209 las personas ejecutadas por el franquismo en Grazalema. Decenas de ellas, sus huesos, aún están esperando en fosas”, apunta.
Grazalema, como todas las poblaciones ocupadas, es escenario de la denominada matanza fundacional del franquismo, desatada por los bandos de guerra que proclama Queipo de Llano. “La singularidad de Grazalema es el componente de venganza que se añade. En el archivo histórico del Tribunal Militar Territorial de Sevilla se custodian los procesos sumarios incoados a vecinos de este pueblo: hablamos de 104 procesos que desembocan en consejos de guerra. Que concluyen en todo tipo de suertes: fusilamientos, destierros, condenas a prisión, trabajos forzados en colonias militarizadas… y cuando regresan el pueblo pervive el estigma, como se evidencia en algunos casos de suicidio, en la miseria más absoluta, en la marginación, en las depuraciones profesionales. Y hablamos solo de los casos documentados. La mujer, por ejemplo, no vive en la documentación oficial, pese a que en febrero o marzo de 1937 -cuando muchos de los que emprendieron la huida a Málaga volvieron al pueblo- fueron asesinadas 15 mujeres. Sus cadáveres se agolparon en una fosa común, la fosa de las mujeres, en la finca Retamalejo y junto a ellas también fue ejecutado Francisco Peña García ‘el Bizarrito’: sobrino del alcalde republicano y miembro de una familia que fue aniquilada. En Grazalema se diversificó la represión… si bien esto mismo sucedió en otras muchas poblaciones que están esperando a que su historia se conozca”.
Historia oculta
La historia de las mujeres se dio a conocer en el verano de 2008, cuando en una intervención promovida por la Diputación de Cádiz y el Ayuntamiento de Grazalema se localizó la fosa común donde fueron sepultadas. “En 2009 los restos de las 15 vecinas y del Bizarrito fueron enterrados, dignamente, en el cementerio municipal. Un monumento -que agrupa la silueta de dichas víctimas- las recuerda en dicho cementerio. Años más tarde, primero el documental y ahora con el libro, se han aportado datos más precisos de esos años de represión y su contexto social y económico”, señala Doña.
Cabe preguntarse cómo ha acogido el municipio el trabajo de Doña. ¿Valoran el esfuerzo clarificador, o hay quien piensa que estás desenterrando hostilidades? “Lo que a mí me ha llegado es agradecimiento”, asevera. “Y no es un agradecimiento nuevo. Hace siete años, con mis compañeros de la Diputación de Cádiz, realizamos un documental que también se tituló Sucedió en Grazalema y que se dedicó fundamentalmente a narrar la historia de las mujeres de la fosa. Entonces, en su estreno, recibimos muchas felicitaciones, sobre todo de las familias de las personas represaliadas. Solo buscan un lugar donde honrar a sus muertos; y, si no es posible, que se exprese el nombre de sus deudos y su biografía, que se conozca lo que pasó y que se acredite que no desaparecieron sin más, sino que fueron asesinados. Ahora con el libro las impresiones han sido de la misma intensidad. En la presentación del libro, en Grazalema, un vecino amigo me aportó un listado manuscrito con nuevos nombres de víctimas”.
“Solo cierto sector de la política ve como hostilidades este tipo de estudios”, concluye Doña. “Entre todos tenemos que normalizar esta parte esencial de nuestra Historia, que tiene que entrar en las aulas y despertar un espíritu crítico entre los jóvenes”.
Lo sorprendente es que el episodio de las Rosas de Grazalema fuera hasta ahora tan desconocido más allá de su concreto escenario geográfico. “Es cierto que quizás son pocos los medios que se dedican a revelar este tipo de historias. Las Rosas de Madrid, en cambio, sí son ampliamente conocidas, probablemente porque una película popularizó su proceso y ejecuciones. Otro ejemplo: la matanza de La Desbandá, en el que fueron asesinados civiles que huían de Málaga en dirección a Almería por la carretera de la costa, -bombardeados desde barcos de guerra y ametrallados por la aviación italiana- fue ocultada durante décadas y aún hoy es objeto de investigación… y sin embargo, el bombardeo de Guernica, de menor magnitud en cuanto a cifra de víctimas, conmocionó a la opinión pública mundial. En cualquier caso, todas las víctimas merecen nuestro respeto y nuestro recuerdo. Que se les nombre para no ser borrados de la Historia. Para confirmar que somos una sociedad decente”.