El Caminito del Rey ha recibido el premio de la Unión Europea al patrimonio cultural, en la categoría de conservación. Este reconocimiento se concede desde 2002 para promover la conservación del patrimonio cultural europeo. Europa Nostra, una federación transnacional, concede este premio, que tiene el apoyo de la Comisión Europea. El Caminito del Rey es uno de los doce reconocidos en la categoría de conservación. Este reconocimiento llega con el Caminito cerrado hasta el 23 de abril.
La distinción tiene el apoyo implícito de la Comisión Europea, que sostiene y difunde los premios a través del programa Creative Europe, aunque es Europa Nostra, una federación para la defensa del patrimonio cultural y natural integrada por asociaciones y fundaciones nacionales, quien entrega los premios. Durante los últimos 13 años los premios han reconocido 415 actuaciones sobre el patrimonio cultural europeo.
El apoyo de la institución comunitaria es un espaldarazo a un enclave que ha recibido unas 300.000 visitas en un año (según los datos de la Diputación de Málaga), y que ha sido protagonista en premios, como la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo, y publicaciones especializadas, como Lonely Planet.
El premio está dividido en cuatro categorías: conservación, investigación, reconocimiento a personas u organizaciones, y educación, formación y sensibilización. El Caminito del Rey ha sido distinguido junto a otras actuaciones como la conversión de la cervecería de De Hoorn, en Bélgica, en un centro creativo, la Iglesia bizantina de San Pedro en Kastania (Grecia), la Catedral y el Museo Diocesano de Santarem (Portugal), o la reconversión de las termas dioclecianas en Roma.
El Caminito del Rey estuvo cerrado durante 14 años por motivos de seguridad. Durante esa década y media se creó en torno al camino una leyenda negra alimentada por vídeos de YouTube grabados por aventureros temerarios y trágicos accidentes. La Diputación de Málaga invirtió cinco millones de euros en su restauración y quedó un imponente sendero que discurre pegado a la roca, con 1.600 metros en voladizo. El punto culminante es el paso sobre los cien metros de vacío sobre el Desfiladero de los Gaitanes. La nueva pasarela discurre apenas un metro sobre el camino originario, construido a principios del siglo XX para el uso de los operarios encargados del mantenimiento de la presa hidroeléctrica.
Del resultado no duda casi ningún visitante. Es un recorrido del que quien menos sale impresionado. La reapertura ha sido un éxito turístico que ha revitalizado el turismo en la zona. Sin embargo, algunos elementos de la gestión ha generado polémicas: la plataforma online de adquisición de entradas fue hackeada, y eldiario.es/Andalucía desveló en verano que algunos negocios utilizaban la disponibilidad de entradas (agotadas por cauces oficiales) para vender sus productos.
El reconocimiento de las labores de conservación y reapertura del Caminito del Rey llega precisamente con el lugar cerrado al público hasta el 23 de abril. Según explicó a eldiario.es/Andalucía Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga (de quien depende el enclave), el cierre está motivado porque se están realizando “labores de conservación”. Para realizar estas obras de mantenimiento sería necesario despejar el lugar de visitantes, que han abarrotado el Caminito desde su reapertura, a finales de marzo de 2015.
El cierre, sin embargo, coincide con la adjudicación de la gestión y mantenimiento del Caminito por un plazo de cuatro años a una UTE. El concurso sufrió un retraso porque tuvo que ser publicado nuevamente en el Boletín de la Provincia nueve días después de la publicación original. La Diputación achaca esta circunstancia a un error material en el texto que se envió al boletín.
Finalmente, la adjudicación se produjo el 29 de marzo, justo un día después de que venciese el anterior sistema de gestión, y el vicepresidente de la Diputación, Francisco Salado, pidió “disculpas” a los ciudadanos por el cierre, que coincide con la transición de un sistema a otro. Con el nuevo modelo de gestión las entradas, hasta ahora gratuitas, tendrán un coste aproximado de diez euros.