La llamada cepa británica de Covid-19 representa ya el 60% de los contagios de Andalucía. La variante importada de Reino Unido a través de Gibraltar -detectada por primera vez a mediados de diciembre- se ha extendido por toda la comunidad sin que el Ejecutivo andaluz sepa explicar las causas. Desde principios de enero existe un cierre perimetral que impide la movilidad entre provincias y entrar o salir de Andalucía. Sin embargo, los pocos casos de la cepa británica localizados hace dos meses en el Campo de Gibraltar son la variante dominante en toda la región y alcanzan niveles “preocupantes” en Almería, Cádiz y Granada, precisamente las tres provincias que no han avanzado en el plan de desescalada aprobado por la Junta la semana pasada.
Preocupa especialmente Almería, con un porcentaje de positivos del 93% de la cepa británica, seguido de Cádiz y de Granada, que rebasan el 75% de los casos. El consejero de Salud, Jesús Aguirre, ha explicado este martes que esta mutación de la Covid-19 -más letal y que se propaga más rápido- está avanzando rápido en otras provincias con una incidencia menor, como Córdoba (el 18% de casos son de cepa británica) o Huelva (un 11%). Almería, Granada y Cádiz, además de ser las tres provincias rezagadas en el plan de desescalada -porque rebasan la media de incidencia de contagios- también son provincias costeras, susceptibles de captar muchas visitas en las vacaciones de Semana Santa, habida cuenta de que las procesiones están suspendidas.
Esta situación hace que la Junta se esté replanteando la reapertura de la movilidad interprovincial de cara a la Semana Santa, precisamente por la expansión acelerada de la cepa británica en Andalucía, y su alta exposición en las tres provincias con litoral. No es el único factor, ha subrayado Aguirre, pero sí es “preocupante”. “Es pronto para hablar de apertura del cierre perimetral entre provincias o del levantamiento del toque de queda, quedan dos semanas hasta el 18 de marzo”, asegura el consejero, citando la fecha en la que el comité de expertos volverá a reunirse para evaluar cómo ha afectado -tras 14 días- el levantamiento de algunas restricciones impuestas. Los otros factores serán el nivel de hospitalización y la ocupación en UCI, la edad de la población contagiada y el ritmo de vacunación que, por ahora, está siendo más lento del esperado.
El consejero de Salud ha explicado que los primeros casos de cepa británica se detectaron en las aguas residuales de Granada, y más tarde en Córdoba, Málaga y Sevilla, permitiendo programar allí test de antígenos para localizar el movimiento de esta mutación. Sin embargo, Aguirre ha admitido que no saben cómo se ha expandido esta cepa, estando prohibida la movilidad interprovincial. “No lo sabemos, en Almería quizá es porque hay una importante colonia de británicos allí”, ha dicho, aunque en realidad el mayor asentamiento de británicos se encuentra en Málaga -que además tiene un aeropuerto internacional y mayor afluencia turística-, sin embargo aquí la incidencia es menor.
Hace unos días, tanto el consejero de Salud como el propio presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, barajaban la reapertura de la movilidad entre provincias para dentro de dos semanas, antes de la Semana Santa. Ahora el Gobierno andaluz prefiere llamar a la prudencia, y advierte de que aunque se ha “doblegado la tercera ola”, la incidencia de contagios está en una “meseta”, es decir, ha dejado de bajar, pero tampoco sube significativamente.
La semana pasada, el Ejecutivo andaluz autorizó un plan de desescalada leve, permitiendo a más de 400 municipios con baja incidencia -incluido cinco capitales de provincia- aumentar el horario de apertura de los bares desde las 18.00 horas hasta las 21.30 horas, aumentar el toque de queda y autorizar encuentros de hasta seis personas en terrazas y espacios abiertos. Los comités de alerta provincial revisarán esta decisión cada jueves, pudiendo ampliar la desescalada o dar marcha atrás.