Ciudadanos, en busca del voto urbano crítico entre recién llegados y reclutas de la “vieja política”

Recién llegados a la política andaluza, Ciudadanos ha entrado haciendo ruido. Alimentados por el descontento del voto urbano, el partido de los naranjas entró de forma inesperada en el Parlamento andaluz el pasado marzo con nueve escaños. Se ha convertido así en cuarta fuerza política de Andalucía y actor esencial para la conformación de gobiernos en un tiempo de pactos. Sin apenas estructura de partido aún en la región, los de Albert Rivera apuestan por seguir creciendo en estas municipales en torno al voto urbano de las grandes y medianas ciudades andaluzas. Allí han concentrado sus esfuerzos hasta cerrar listas en 110 municipios en los que se concentra el 80% de la población. Con más candidatos en Andalucía oriental que en la occidental, todo apunta que se alimentarán de aquellos votantes que auparon al PP como primera fuerza política en Andalucía hace cuatro años.

Ciudadanos en Andalucía parece como aquel adolescente que no acaba de controlar un cuerpo que crece demasiado rápido. Carece apenas de estructura de partido y eso se ha hecho notar en la configuración de sus listas electorales y elección de los candidatos. Anunciaron en abril 220 candidaturas para las municipales en Andalucía pero el tamiz de la sede nacional en Barcelona rebajó el número final de candidaturas a 110 conformadas por 2.500 personas. “Había que ser muy estrictos porque corremos el riesgo de que se nos cuele quien se quiera aprovechar de nuestras siglas”, responden desde el equipo andaluz de Ciudadanos.

Pero los problemas han sido inevitables. En Huelva, el secretario local, Rafael Alcaide, presentó su dimisión por falta de transparencia en las primarias. Hubo críticas a la gestión realizada en Málaga; en Marbella, también las divisiones internas acabaron con la posibilidad de conformar lista. El candidato de Vélez-Málaga fue expulsado del partido tras conocerse una condena de la Audiencia Nacional. Problemas también con el candidato de Almería, Miguel Cazorla, denunciado por sus antiguos socios por delito societario, apropiación indebida y falsedad en documento mercantil.

El almeriense Miguel Cazorla no es nuevo en esto de la política; fue ya concejal del GIAL, el partido independiente almeriense socio de gobierno del PP en el Ayuntamiento de la capital durante 2003 y 2007. El candidato de Granada, Luis Salvador, proviene del PSOE, del que fue senador entre 2004 y 2011; y la lista de Jaén se alimenta en buena parte de los desencantados de UPD. La jiennense Salud Anguita es la única mujer cabeza de lista de Ciudadanos en las capitales, mientras que el empresario cordobés José Luis Vilches, de 73 años, es el veterano de un partido que apuesta por la juventud como clave para la renovación política.

Rivera marca el paso

Desde Ciudadanos dicen que se sienten cómodos en las campañas electorales. Las encuestas favorables inflan sus velas y la experiencia de las pasadas autonómicas les lleva a afirmar que los resultados serán mejor que los pronosticados por las encuestas. A sus candidatos se les ha dado instrucciones claras para estos quince días de campaña: patearse las calles, escuchar a los vecinos y plantearles soluciones, dicen. De ahí sus dos principales propuestas de actos electorales, los “paseos ciudadanos” y los “cafés ciudadanos” en los que haya un diálogo abierto con sus vecinos.

Ciudadanos se presenta como la opción del “cambio sensato” en una campaña municipal austera y centrada en su líder nacional Albert Rivera. Él es el que marca el paso y el discurso; el único presente en los vídeos electorales, en las cuñas de radio y en las fotos de perfil de las redes sociales. “Hemos venido a cambiar el país”, le decía Rivera a los suyos el pasado jueves en Sevilla animando a teñir de naranja Andalucía.

El domingo 24 de mayo las urnas marcarán qué capacidad tienen para protagonizar ese cambio. Ese día los votantes evaluarán también la actitud mantenida hasta ahora en el Parlamento de Andalucía en las negociaciones para posibilitar la investidura de Susana Díaz. De un pacto casi cerrado con los socialistas se pasó en apenas a unas horas a dar por prácticamente rotas las negociaciones. Ahora intentan restaurar puentes aunque parece poco probable encontrar una solución hasta después de las municipales.

El lunes 25, si se confirma que no habrá mayoría absolutas, comenzará el tiempo de los pactos en los ayuntamientos y en las diputaciones provinciales. Albert Rivera se muestra abierto a llegar a acuerdos con todos, PSOE, PP o Podemos. “En Andalucía iremos caso por caso, lo importante no es con quién se pacta sino para qué se pacta”, dijo en Sevilla.