A última hora del miércoles, el reparto de los sillones de la Mesa del Parlamento andaluz que habían pactado PP y Ciudadanos se rompió. El partido naranja contaba con ceder un puesto a Adelante Andalucía a la par que dejaba entrar a Vox en el máximo órgano de decisión de la Cámara. La coalición de Podemos e IU, que se había desmarcado del acuerdo desde el principio, reiteró horas después que no se retrataría “con un frente de derechas y extrema derecha”, aunque eso le supusiera quedarse fuera de la Mesa. Y así ocurrió.
El líder andaluz de Ciudadanos, Juan Marín, retiró su oferta y anunció que presentaría a su propio candidato a la vicepresidencia, dejando fuera a Adelante Andalucía. El partido de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo no renuncian a presentar a su candidato, pero con 17 diputados y sin el apoyo del PSOE es difícil que logren un puesto. Tras el rechazo abierto de la confluencia a aceptar el sillón ofrecido por Ciudadanos, este anunció que retiraba la oferta. En una entrevista este jueves en Onda Cero, Marín invitó a Adelante Andalucía a explicar el motivo de su rechazo “a cambio de nada, salvo que no presentaran candidato a la Presidencia” de la Cámara, cargo para el que Ciudadanos propondrá a Marta Bosquet.
Por su parte, Maíllo ha apuntado en declaraciones a la cadena Ser que el PSOE-A podría cederles votos para que Adelante Andalucía ocupase uno de sus puestos en el órgano de gobierno de la Cámara “con voz y voto”, como una posible alternativa.
El Partido Popular y Ciudadanos negociaron en el tiempo de descuento para controlar la Mesa del Parlamento, órgano de gobierno de la Cámara legislativa, que se constituye este jueves. Tras dos horas de reunión, este miércoles los dos partidos conservadores han pactado que la presidencia del Parlamento sea para Ciudadanos y que la presidencia del Gobierno andaluz la ostente el PP andaluz, que presentará a su líder Juanma Moreno. Con el apoyo de Vox, Moreno se convertiría en el primer presidente de la Junta de Andalucía tras 36 años del PSOE en el poder. Un acuerdo que Vox confirmó el miércoles por la noche. “Después de que Cs y PP hayan pedido oficialmente el apoyo de nuestro partido, dando voz y voto en la Mesa para Vox, podemos hablar de acuerdo”, escribía Santiago Abascal, líder de la formación de extrema derecha, en su cuenta de Twitter.
Los números dos del Partido Popular, Teodoro García Egea, y Vox, Javier Ortega Smith, se reunieron la tarde del miércoles durante hora y media en un hotel sevillano para escenificar el acuerdo. Al término de ese encuentro, el secretario general del PP acudió a otra cita con su homólogo de Ciudadanos, José Manuel Villegas, en el Parlamento andaluz. El objetivo es perfilar los últimos flecos de un acuerdo, que fuentes cercanas a la negociación dan por hecho, y dejarlo por escrito.
La negociación solo abordó el reparto de la Mesa de la Cámara, “no la sesión de investidura ni cuestiones programáticas”, subraya Vox, que insiste en que su apoyo al Gobierno PP-Ciudadanos en Andalucía dependerá de que asuman algunas de sus propuestas políticas. Ninguna de ellas está en el acuerdo de 90 medidas pactadas por las dos formaciones conservadoras. Ortega Smith también ha acudido a la Cámara regional para mantener una reunión -la primera- con los 12 parlamentarios de Vox.
Los populares y Ciudadanos han negociado, en paralelo, con Vox y con Adelante Andalucía, la coalición Podemos-IU, para que ambas formaciones entren en el órgano de gobierno de la Cámara con un representante cada uno, con voz y voto. Pero este miércoles, Adelante Andalucía ha confirmado que no participará “de ningún pacto”. El PSOE de Susana Díaz, el más votado, ha quedado orillado de las negociaciones desde el primer momento y tendrá, sin necesidad de negociar, dos miembros en la Mesa. Según la fórmula presentada por los socios del acuerdo, los naranjas tendrán la Presidencia del Parlamento con 59 votos (los 26 del PP, los 21 de Ciudadanos y los 12 de Vox). Las tres vicepresidencias se las repartirán PP y PSOE. Los populares se garantiza la primera vicepresidencia con sus votos, los de Ciudadanos y los de Vox. El PSOE se queda con la segunda vicepresidencia, votándose a sí mismo (33 diputados).
La tercera votación de los miembros de la Mesa será la de las tres secretarías: el PSOE obtendría la primera, el PP la segunda y Vox la tercera. La formación de extrema derecha tendrá un miembro con capacidad de decisión gracias a votos cedidos, o bien de parte de los populares o bien de Ciudadanos. Al ser voto secreto, no se sabrá cuál de los dos partidos ayuda a entrar a Vox en la Mesa. La formación de Santiago Abascal tiene 12 diputados y necesita seis votos más de PP o de Cs. La formación naranja asegura que no presentará candidato en esta tercera ronda, pero también defiende que cederá sus votos a los populares para que éstos sean los que se mojen respaldando a Vox. Así Ciudadanos queda al margen del pacto con la extrema derecha y puede proyectar una imagen de centrista liberal, muñidor de una Mesa plural. El líder nacional de la formación naranja, Albert Rivera, se ha reafirmado después del anuncio del pacto: “En España se esta creando un ambiente guerracivilista que no me gusta nada. Somos la revolución de los centristas, trabajaremos para llegar a acuerdos”.
Los máximos órganos de decisión de IU y de Podemos en Andalucía se reunieron el miércoles por la tarde por separado para preparar su voto y su estrategia en la sesión constitutiva del jueves, pero desde la dirección de IU aseguran ya que no formarán parte “del pacto de las derechas”, aun a riesgo de quedarse sin representación en la Mesa. “Adelante Andalucía no se adhiere a ese acuerdo anunciado por PP y Ciudadanos de ninguna manera”, explican, rotundamente, desde el partido de Maíllo, que ha desmentido a Marín porque “en las reuniones de esta tarde no se abordará la participación de un pacto con las derechas”. Hace dos semanas Teresa Rodríguez había asegurado que haría “todo lo que estuviera en su mano, jurídica y políticamente, para evitar que Vox estuviera presente en el órgano de gobierno del Parlamento”. Hay dirigentes del PSOE que no se creen que Adelante Andalucía esté al margen de la negociación con PP y Ciudadanos, y que acusan a Rodríguez y a Maíllo de “prestarse a blanquear a la derecha y a la extrema derecha en Andalucía”.
La posición oficial del partido de Díaz es que en la Mesa deben estar representadas “las fuerzas constitucionalistas, que Adelante Andalucía debe tener un sillón, pero Vox no”. El PSOE no va a negociar nada con la extrema derecha y aspira aún a ostentar la Presidencia de la Cámara y a tener tres miembros (tiene dos garantizados), por ser la fuerza más votada.
La Mesa del Parlamento, compuesta por siete miembros, es el órgano que marcará el ritmo legislativo, es la que aprueba el calendario de leyes y tiene potestad para agilizar unas y postergar otras. Por eso la votación de este jueves es decisiva para adivinar cómo será esta legislatura en Andalucía: si el reparto de sillones visibiliza dos bloques -una mayoría de derechas frente a una minoría de izquierdas-; si se consolida una tríada conservadora PP-Ciudadanos-Vox; si los partidos son capaces de negociar para que la Mesa sea plural y cada formación tiene voz y voto.
El papel fundamental dentro de este órgano es el del futuro presidente del Parlamento. Su primera decisión será abrir una ronda de contactos entre los candidatos que se postulen a la investidura para ser presidente de la Junta, y elegir al primero para que se someta a la votación de la Cámara. Susana Díaz, del PSOE, ya ha anunciado que se presentará, aunque no reúne votos suficientes para renovar el cargo. Juanma Moreno, del PP, es el aspirante con más opciones para presidir un “Gobierno de cambio” junto a Ciudadanos, después de 36 años del PSOE andaluz en el poder.