La empresa de los famosos donuts, bollería y pan
de molde ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que pretende el despido de 1.914 trabajadores en toda
España, de los cuales 600 serían autónomos, 756 empleados de fábrica, 483 del
personal de soporte técnico a la distribución y 75 de la estructura superior y
mandos intermedios.
En Andalucía, tras el cierre en 2012 de la
fábrica de Sevilla, están afectados los 250 trabajadores de la única planta que
queda, en Puente Genil (Córdoba), a los que se suman unos 500 autónomos que se
ocupan de la distribución de sus productos en la comunidad andaluza y
Extremadura, según datos de los sindicatos.
Los empleados y sindicatos representados en la
planta de Panrico en Puente Genil (Córdoba) defienden la viabilidad de esta
planta y explican que la fábrica cuenta actualmente con carga de trabajo y
están “ocupados al cien por ciento”.
Este miércoles 23 de octubre se inicia el
calendario de negociaciones entre Panrico y los representantes de los
trabajadores para abordar el plan de
viabilidad presentado por la empresa. Las conversaciones seguirán
posteriormente el viernes 25 y tres días
seguidos de la semana siguiente, el 28, 29 y 30 de octubre.
Los sindicatos que representan a los empleados
de Panrico en la planta cordobesa han advertido de que “el ERE es una locura”, no
sólo por los despidos, que la empresa quiere hacer con unas indemnizaciones de 20 días por año
trabajado, con un máximo de 12 mensualidades, sino también por el recorte
previsto de entre el 35% y el 45% a las nóminas de los empleados que queden y de
un 20% a los autónomos.
Según la empresa, los
problemas de liquidez hacen que la única manera de salir adelante sea con un
ahorro de 53 millones de euros. Los sindicatos se manifiestan en contra de cargar
todo el peso del recorte sobre los costes de producción y “los hombros de los
trabajadores“, sobre todo, cuando la empresa ha invertido diez millones de
euros en una nueva nave en Puente Genil (Córdoba).
Vecinos, sindicatos y partidos han mostrado su
apoyo a los trabajadores de la planta cordobesa, que ya en septiembre tuvieron
los primeros problemas cuando la empresa decidió suspender temporalmente el
pago de las nóminas de sus empleados de acuerdo con el plan de viabilidad
presentado.
La convocatoria de una huelga general llegó a
plantearse ante esta situación pero finalmente se suspendió después de alcanzar
un acuerdo el pasado 14 de octubre entre los trabajadores y Panrico sobre un
calendario de pagos de las nóminas atrasadas y, a
ctualmente, a la espera de la marcha de las
negociaciones del ERE que los sindicatos esperan “poder suavizar bastante”, la planta de Puente Genil (Córdoba)
sigue con su producción a pleno rendimiento.
En Andalucía, los sindicatos recuerdan que Panrico lleva ya “cuatro o cinco años con ajustes
y prejubilaciones“, a lo que se sumó el cierre en el verano de 2012 de la
sede sevillana de la empresa, que implicó despidos y el traslado de parte de la
plantilla y la producción de Bollicao y Donuts a Puente Genil, entre otros ajustes.
El ERE actual se presenta ante el problema de
l iquidez de la empresa persiste y, para acometer el plan de viabilidad que se
plantea como tabla de salvación de la firma, Panrico nombró al economista y abogado Carlos Gila como
primer ejecutivo de la compañía con el objetivo de llevar a cabo su
reestructuración.
Antes,
en junio, Panrico fue comprada por
Oaktree, que pasó de tener el 86% de Panrico al 100% a través de la
capitalización de préstamos, para eliminar la deuda que la compañía de
panadería y bollería venía arrastrando desde 2005.
Así, a sus 50 años de historia
, el popular
fabricante de rosquillas, bollos y pan de molde de origen catalán corre el
riesgo de no superar su último esfuerzo por adaptarse a la crisis. El declive
llegó con la salida de la familia fundadora Costafreda, que en 2005 vendió la
compañía al fondo de capital riesgo Apax. Por
entonces, la dimensión del problema era grande, pero se le sumó
uno mayor: la deuda, que ha arrastrado hasta hoy.
El Grupo Panrico, con sede
en Esplugues de Llobregat (Barcelona), tiene fábricas en España y Portugal, y
desde hace más de 50 años comercializa pan y bollería con marcas como Pan
Panrico, Donuts, Bollycao, Donettes, La Bella Easo y Qé!.