El impuesto de sucesiones y donaciones genera situaciones muy controvertidas en Andalucía, lo que ha hecho que casi todos los partidos coincidan en la necesidad de modularlo, pero las mismas no pasan por una serie de afirmaciones que se han instalado en el discurso de muchos políticos y que a continuación nos proponemos matizar.
Cabe recordar que su reducción -hasta prácticamente eliminarlo- es una obsesión del PP-A desde hace años, como lo prueba la periódica presentación de proposiciones de ley que nunca han prosperado. C's -nuevo en el arco parlamentario- se ha unido a esta reivindicación y el PSOE-A está dispuesto a modificarlo, para lo que se ha creado un grupo de trabajo que permitirá introducir cambios en este tributo en 2016.
De fondo, un debate sobre cómo penaliza a los andaluces este impuesto que es uno de los cedidos a las comunidades autónomas en el modelo de financiación. Cada una lo legisla como quiere y son muchas las que casi lo han eliminado. En una radiografía superficial, tenemos en un extremo a Cataluña, Cantabria y Madrid, que es donde menos impuestos se pagan por heredar, y en el otro, a Andalucía, Asturias y Murcia, donde sale más caro. Pero insistimos, hay muchos matices, como se ve en las extendidas afirmaciones que siguen:
Este tributo penaliza a los andaluces como en ninguna otra comunidad autónoma.
Es cierto que Andalucía figura entre las que tienen los tipos más elevados, como se ha referido, pero no es menos verdad que más del 80% de las autoliquidaciones en el último ejercicio referidas a este impuesto salieron negativas, o sea, que los contribuyentes no tuvieron nada que pagar. Es más, en el caso específico de herencias de padres a hijos, sólo un 3% tuvo que pagar por su herencia, ya que superó los 175.000 euros de límite para la bonificación del 100%.
Es más, pese a que sea la comunidad autónoma más poblada y la segunda con más herencias cada ejercicio, por detrás de Cataluña, no es Andalucía la que más recauda por este tributo. Fijándonos en el ejercicio de 2013, que es el último del que las comunidades autónomas ofrecen cifras cerradas para poder comparar, la que más recauda por este tributo es precisamente una de las baratas: Madrid con 545 millones de euros. En segundo lugar se sitúa Andalucía, con 344,9 millones de euros recaudados por este tributo en 2013, mientras que las arcas públicas de Cataluña ingresaron 298,34 por el mismo concepto, colocándose en tercer lugar.
Es el territorio con más renuncias a las herencias por su elevada fiscalidad.
En esta afirmación hay varias imprecisiones: no están motivadas sólo por la elevada fiscalidad en Andalucía y no es la que más registra ni en números absolutos ni tampoco con respecto a la totalidad de herencias que gestiona (con varias comunidades autónomas que proporcionalmente experimentan más renuncias). Tal y como recoge en su informe el Consejo General del Notariado con cifras correspondientes a 2014, aparte de la fiscalidad, influiría la crisis, porque las renuncias se han triplicado en España desde 2007, en gran medida debido a las cargas hipotecarias que tienen los bienes inmuebles que se reciben y que hace que los herederos no estén en condiciones de asumirlos.
De 48.825 herencias que se tramitaron en Andalucía en 2014, hubo 5.916 renuncias, o sea un 12,1%. Por tanto, proporcionalmente donde se registraron más renuncias fue en Asturias, que con 1.501 sobre 10.041 alcanzó un 14,9%; seguida de La Rioja, con 322 de 2.425 (13,2%); e Islas Baleares, con 1.152 de 9.426 (12,2%). En términos absolutos, Cataluña estuvo a la cabeza, con 7.362 renuncias, si bien en el total de 72.896 que registró han supuesto un porcentaje inferior que en las citadas: poco más del 10%.
Los andaluces huyen para no pagarlo.
La Ley 29/1987 de 18 de diciembre del Impuesto de Sucesiones y Donaciones establece que el tributo hay que pagarlo donde el fallecido haya tenido su residencia habitual (mínimo 183 días al año) con independencia de donde tenga los bienes inmuebles y donde vivan sus herederos. La picaresca llama en ocasiones a cambiar de domicilio. Y si se tienen varios hay que garantizarse la residencia por el periodo mínimo donde más convenga, caso de la fallecida Duquesa de Alba, cuyos herederos se enfrentaban a tributar en Andalucía o Madrid.
No obstante, no está probado que haya una fuga de andaluces para evitar el pago de este impuesto. Desde la Consejería de Hacienda y Administración Pública confirman que, de nuevo según el ejercicio de 2014, los contribuyentes que cambiaron de domicilio en los dos años previos a la tributación por este impuesto fueron un 0,11%, en concreto 81. Y que, por cierto, sólo 17 se mudaron a Madrid, que es el territorio que el PP-A suele poner como referente del modelo que quiere para Andalucía en relación a este tema.