El curso político arranca en Andalucía con el adiós de José Antonio Griñán

El curso político, como la liga de fútbol, se adelanta a agosto y empieza hoy, con el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, agotando sus últimas horas antes de oficializarse su renuncia en el Consejo de Gobierno de este martes. Se acabaron las vacaciones, que para muchos consejeros han sido las últimas como tales porque saben que con la remodelación de Gobierno, que precisamente estará cerrada con el inicio del curso escolar (9 de septiembre), termina para ellos un ciclo. Prueba de que se acabaron las vacaciones es que tanto PSOE, como PP e IU han retomado sus habituales ruedas de prensa de los lunes para hablar de “asuntos de actualidad”, con convocatorias de todos ellos.

La futura presidenta, Susana Díaz, que se incorporó el pasado día 19, tomará posesión en la primera semana de septiembre pero ya lleva tiempo trabajando en la configuración de su equipo, donde acometerá profundos cambios para, por un lado, dejar fuera a nombres que vincula con la era de su predecesor y que no casan con ese aire de renovación que quiere imponer, y por otro, para quitar todo lo que suene a caso ERE. Como ya publicó eldiario.es/andalucia, entre los candidatos a salir del Ejecutivo, precisamente con este segundo objetivo, están la consejera de Hacienda y Administración Pública, Carmen Martínez Aguayo, y el de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Antonio Ávila.

De hecho esta última consejería podría desaparecer del nuevo mapa. Algunas fuentes del partido aseguran que la salida de Ávila no será inminente. No obstante, otras apuntan a que será “desintegrada” y Susana Díaz podría incluso crear una única para empleo, dejando claro así que es su prioridad y separando también el caso de los ERE que afecta a la Consejería del resto de temas. “Más allá de la resistencia y del no a los recortes, tenemos que tender puentes con todas las fuerzas políticas y con los agentes económicos y sociales para crear grandes acuerdos de estrategia económica, de creación de empleo y de lucha contra la exclusión social”, decía la pasada semana en una entrevista a la agencia Europa Press.

La titular de Educación, Mar Moreno, y el de Justicia, Emilio de Llera, son otros de los que estarían con un pie fuera, de manera que la nueva presidenta llegaría casi con un equipo totalmente nuevo. Si acaso salvará a la consejera de Salud y Bienestar Social, María Jesús Montero, que está lidiando con algunos de los frentes más importantes abiertos con Madrid, aunque algunos apunten que no está en el círculo habitual de la futura presidenta y Susana Díaz es “muy de sus amigos”. También está en la lista de “salvables” el consejero de Cultura y Deporte, Luciano Alonso. Este tiene en su contra que no encaja con el lustre de renovación, pero también fue uno de los primeros consejeros en posicionarse claramente a favor de ella en las primarias. Podría cubrir la representación malagueña y sumar a sus tareas Educación y Universidad.

Entre los que podrían dar el relevo a tantas bajas, se da por hecho la entrada de Verónica Pérez y también de Micaela Navarro, por ese guiño con Jaén que la también secretaria provincial del PSOE de Sevilla está obligada a tener después de las recompuestas relaciones. Otros que podrían integrar el nuevo equipo son Irene García (Cádiz) y Miguel Ángel Heredia (Málaga). E incluso el jefe de la oposición en la capital hispalense, Juan Espadas, podría tener un papel destacado.

De momento, Susana Díaz no va a revelar cambios. “Seré respetuosa con los tiempos y hasta que no tenga la confianza del Parlamento de Andalucía”. De manera que por ahora lo único claro es que el primer consejero que se marcha, y de inmediato, es el de Agricultura, Pesca y Medioambiente, Luis Planas, quien mantuvo un pulso en las primarias con Susana Díaz para convertirse él en candidato por el PSOE a la Junta de Andalucía. Planas no estará en el equipo de Susana Díaz y sin esperar la decisión de la futura presidenta, hace ya semanas que anunció que se iba el mismo día que lo haga José Antonio Griñán porque su compromiso era con el presidente Griñán.

También habrá baile de senadores, dado que alguno de los cuatro andaluces tendrá que ceder su puesto a José Antonio Griñán, que se mantendría así como aforado -clave en una hipotética imputación dentro del caso ERE- culminando su carrera, como muchos, en la Cámara Alta.

Las tres consejerías de IU, por su parte, no parece que vayan a experimentar cambios, porque así lo han reiterado las últimas semanas voces autorizadas de la coalición de izquierdas. Entre ellas la del coordinador regional Antonio Maíllo, quien sonaba para entrar en el Gobierno aprovechando esta crisis y así posicionarse de cara a ser el candidato de IU a las elecciones autonómicas de 2014. Él mismo lo ha descartado, lo que a su vez da ventaja en esta carrera a la candidatura -al contar con un buen escaparate para darse a conocer mejor- a la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, quien seguiría, como sus dos compañeros de partido: los titulares de Turismo y Comercio, Rafael Rodríguez, y de Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas, quien ha insistido en pedir rapidez al PSOE para que la maquinaria esté a pleno rendimiento antes del 15 de septiembre.

Tras la configuración del nuevo organigrama, que tendrá por delante más de media legislatura de tarea si finalmente no hay adelanto de los comicios, tocará la agenda orgánica en el propio PSOE, que ya tiene candidato, sí, pero que previsiblemente celebrará en poco tiempo congreso extraordinario y se producirá el relevo en la secretaria provincial de Sevilla y en la regional, completando José Antonio Griñán su marcha y el efecto dominó que empujó la primera ficha con su anuncio de hace dos meses en el Debate del Estado de la Comunidad de que no optaría a la reelección.