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Las edades del pavo y otros pájaros

16 de junio de 2022 21:22 h

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Dos Hermanas tuvo que ser. Últimamente allí comienzan los grandes proyectos, algún batacazo premonitorio y los buenos augurios. Un pavo, un pavo real ha sido el protagonista de la esperanza izquierdista.

Ese pavo no se come. Se comen los otros: cómo los guisaba mi mare con vino de Jerez, cómo olía tor bloque... ¡Ay! su menudillo de pavo con arroz. Este es otro, es un animal totémico, imperial, símbolo de la potencia. No viene de América sino de la India. Faltó que desplegara su cola tuneada con los colores republicanos; en eso se notó que no estaba preparado. Ese augurio hubiera sido el colmo.

Menos mal que la derecha no ha reinado en la canción de José Luis Rodríguez ,“El Puma”, (hablando de bichos, había otro en mis tiempos en el PP): “Ese corrío venezolano que se llama pavo real”. Lo tengo claro, habrían dicho que ese pavo lo ha mandado  Maduro. “Numerao, numerao. Viva la numeración”.

La derecha mesetaria siempre ha tenido problemas para comprender Andalucía

Aunque para pavo, el de Feijóo. Ya se le notó de campaña con los amaneceres de Granada, pero ahora la maldad de la hemeroteca ha recuperado otra perla. Según el líder emergente de la derecha, Pablo Picasso es catalán y, como pintaba toros, pues ahí está la razón de la resistencia de la tauromaquia y la incoherencia de la izquierda.

La derecha mesetaria siempre ha tenido problemas para comprender Andalucía. Moreno Bonilla, como ya le pasó a Arenas, tiene que parar a los suyos. De todas maneras, don Alberto, para su conocimiento, nuestros antepasados ya pintaron toros en la prehistoria. Visite, señor Feijóo, la Cueva de Ardales; no se confunda, en Málaga. Merece la pena.

Y Moreno Bonilla que sigue con su ataque de amnesia. Vox, ¿qué Vox? Pues ese que está en la foto. Son cuatro: Moreno Bonilla, que es ahora Juanma, García Egea, Ortega Smith y el presunto Serrano. Esa foto hizo posible que sea presidente. Ahora han descubierto que la extrema derecha quiere acabar con el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Cosas de la edad del pavo, cuatro años han tardado.

En la calle Jilguero o Gorrión no dan mítines, se dan por vencidos. Aquí no hay cuartel ni para la extrema derecha, ellos dan los mítines en la calle Asunción

Con el concurso necesario de Juan Marín, otro Juan. Juan está de ofertas, que se lo quitan de las manos, todo un futuro barato. En realidad, Moreno Bonilla le ha cogido cariño, quién no, y quiere que Marín conserve el escaño. Sabe que lo tiene para lo que haga falta. Es un hombre servicial, que se lo pregunten a Susana Díaz. El precio puede cambiar pero será por la guerra de Ucrania. Al tiempo.

Volviendo a usted, Feijóo: le costará sacar el curso de andaluz, pero piense en Los Pajaritos (Sevilla) para su tesis. En estas mismas páginas se ha contado que ocho de los diez barrios con más paro de España están en Andalucía y apenas uno de cada cuatro de sus habitantes censados vota. Es fruto de la desesperación. Han pasado muchos gobiernos por Andalucía, España, la Humanidad y Sevilla y siguen siendo de los más pobres. Se llama desconfianza en la política.

En la calle Jilguero o Gorrión no dan mítines, se dan por vencidos. Aquí no hay cuartel ni para la extrema derecha, ellos dan los mítines en la calle Asunción. Muy finos. De una calle a otra de Sevilla, o de toda Andalucía, hay una enorme brecha de desigualdad. Hablando de pájaros, el PP no da aquí un mitin ni en la calle Gaviota. Por cierto, noten ustedes que las gaviotas cada vez son más grandes y gordas.

Hay nerviosera en la derecha, puede pasar cualquier cosa, además de lo pronosticado. La izquierda está efervescente y animada

Hay nerviosera en la derecha, puede pasar cualquier cosa, además de lo pronosticado. La izquierda está efervescente y animada. Va de Juanes. Juan Espadas dice en Hoy por Hoy de la SER que la campaña de Moreno no es como la suya, que el líder de la derecha tiene un discurso enlatado. Es verdad, no se sale de la lata, desde hace tiempo tiene su discurso y su prensa enlatada, precocinada, risas y aplausos incluidos. En el Canal Sur se han olido algo, cosas de lo suyo, y hasta van a parar.

Hay pavo en lata, y no está malo, pero como el que guisaba mi mare, ni hablar de la peluca. Lo fresco siempre es mejor.

Dos Hermanas tuvo que ser. Últimamente allí comienzan los grandes proyectos, algún batacazo premonitorio y los buenos augurios. Un pavo, un pavo real ha sido el protagonista de la esperanza izquierdista.

Ese pavo no se come. Se comen los otros: cómo los guisaba mi mare con vino de Jerez, cómo olía tor bloque... ¡Ay! su menudillo de pavo con arroz. Este es otro, es un animal totémico, imperial, símbolo de la potencia. No viene de América sino de la India. Faltó que desplegara su cola tuneada con los colores republicanos; en eso se notó que no estaba preparado. Ese augurio hubiera sido el colmo.