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Inteligencia artificial versus Inteligencia emocional
¡Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas“!, Juan Ramón Jiménez
George Orwell señaló en 1984: “Las redes de información totalitaria suelen apoyarse en el doble discurso”. La invasión rusa de Ucrania es la mayor guerra en Europa desde 1945, pero se la define como una “operación militar especial”, y calificarla de guerra puede acarrear en Rusia hasta tres años de prisión y multas de hasta 50.000 rublos.
Leo el último libro “Nexus”, una breve historia de las redes de información, del pensador israelí Yuval Noah Harari. ¿Qué ocurriría -se pregunta Harari- si el “chatbot” de los ingenieros de Microsoft o Facebook empezara a proferir insultos racistas? Las ventajas de las democracias es que gozan de un margen de maniobra mucho mayor a la hora de tratar con esos algoritmos fuera de control. Los bots disidentes supone un reto mayor para los regímenes totalitarios, que no admiten las críticas. Harari nos dice que “un algoritmo no consciente es capaz de acumular poder y de manipular a la gente aunque carezca de instintos humanos como la codicia o el egoísmo”.
Ya en 1955, John Mac Carthy hablaba de algoritmos que serían capaces de hacer cosas que hacen las personas. Y en 1966, Joseph Weizenbaum creó el primer chatbot basado en IA llamado ELIZA. La IA se basa en la acumulación de grandes cantidades de datos, o algoritmos, conjunto de reglas o instrucciones que guían el análisis y la toma de decisiones de la IA. En 2023, Google controlaba el 91,5% del mercado global de búsquedas. Harari señala: “La IA podría facilitar la implantación de sistemas de vigilancia total por parte de los regímenes totalitarios, lo que haría casi imposible cualquier forma de resistencia”.
Reciente asistí a una conferencia de Miguel Toro, Doctor Ingeniero Industrial y Catedrático del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos de la Universidad de Sevilla. Toro nos habló de la favorable aplicación de la IA en medicina. La IA trata de copiar el funcionamiento de las redes neuronales del cerebro humano. Necesitamos controlar a la IA con fines benefactores para la Humanidad, dijo Miguel Toro, pero ahí están las redes sociales con la proliferación de falsas noticias que pueden alimentar los neopopulismos e influir en los ciudadanos a la hora de decidir su voto, como ha ocurrido en las recientes elecciones en EEUU, en las que Trump ha salido elegido con una campaña basada en mentiras, en falsas noticias y en el negacionismo sobre el Cambio Climático. Volvemos a recordar la obra de Orwell y su predicción de la aparición del Gran Hermano que controla todo sobre la sociedad. Y la figura del magnate Elon Musk, dueño de X (antes Twiter), aparece ahí en los mítines detrás de Donald Trump. Inquietante imagen, por no decir, peligrosa, para el futuro inmediato de la Humanidad.
José Antonio Marina nos dice: "Una persona muy inteligente puede usar su inteligencia estúpidamente". Pienso en algunos jueces. El exmagistrado y ex fiscal, José Antonio Martín Pallín ha declarado en Infolibre que "estamos ante un golpe de Estado judicial permanente"
El 73% de la población mundial dispone en la actualidad de un móvil y el 66% tiene acceso a Internet. El traductor de Google fue creado en 2006 y actualmente maneja ya 250 idiomas y se trabaja para llegar a 1.000 idiomas. Traduce 150.000 millones de palabras al día. “Gran parte de la IA procede del intento de entender mejor a las personas y el modo en que nos expresamos. Es la razón por la que pienso que la IA nos va a ayudar a ser más humanos. En Google exploramos todas las posibilidades de la IA. El desarrollo de la IA tiene que ser ético y responsable”. Lo dice Matt Brittin, Presidente del Área Comercial y de Operaciones para EMEA (Europa, Oriente Medio y África) de Google.
Emoción significa “alteración afectiva intensa que acompaña o sigue inmediatamente a la experiencia de un suceso feliz o desgraciado que significa un cambio profundo en la vida sentimental”. En 1990, los psicólogos Peter Salovey y John Mayer ya hablaron del concepto de inteligencia emocional: “La capacidad de razonar válidamente con las emociones y la información relacionada con ellas, así como de usar las emociones para mejorar el pensamiento”. Pero fue Daniel Goleman quien en 1995 publicó un libro, “Inteligencia emocional”, que despertó el interés por este concepto. “La inteligencia emocional es una mezcla de habilidades mentales, como asertividad, autoestima, independencia y optimismo, e incluso estados anímicos como la felicidad o habilidades complejas como el liderazgo”. Hay un libro interesante sobre el tema, “Inteligencia emocional” de Pablo Fernández - Berrocal, Catedrático de Psicología en la Universidad de Málaga.
José Antonio Marina nos dice: “Una persona muy inteligente puede usar su inteligencia estúpidamente”. Pienso en algunos jueces. El exmagistrado y ex fiscal, José Antonio Martín Pallín ha declarado en Infolibre que “estamos ante un golpe de Estado judicial permanente”. Para el magistrado, la estrategia de la oposición viene a ser una cacería: “La pieza a cazar es el Presidente del Gobierno”. Y pone como ejemplos al juez Peinado que investiga a la esposa del Presidente, Begoña Gómez, o los registros al Fiscal General del Estado, o al juez Eloy Velasco que en una conferencia dijo que el Gobierno era ilegítimo; también denigró a la exministra Irene Montero diciendo que “nos quiere explicar el consentimiento y mil cosas más que nunca aprenderá Irene Montero desde su cajero de Mercadona”, desdeñando al mismo tiempo a todas las cajeras de supermercados.
Si falta la IE, cualquier sistema de algoritmos puede pensar y quizá sentir más inteligentemente que algunas personas. Harari concluye: “Durante cuatro mil millones de años, mecanismos cada vez más complejos condujeron a la evolución de árboles, dinosaurios, junglas y finalmente, humanos. Ahora hemos convocado a una inteligencia inorgánica ajena que puede escapar de nuestro control y poner en peligro no solo a nuestra especie, sino a otros incontables seres vivos”. ¡Ya estamos en diciembre. Te deseo unas felices fiestas!
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