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El PSOE se apunta al 'si te afliges, te aflojan'
En el PSOE de Andalucía sólo confían en una intervención sobrenatural de origen divino, es decir, en un milagro, para conservar el poder que han ostentado durante 36 años y medio en Andalucía. “La lotería también toca, no sabemos a quién, pero toca”, afirman algunos dirigentes socialistas confiando en el penalti en el último segundo del partido en tiempo de descuento. Están siguiendo la estela que desde la misma noche electoral está dejando su secretaria general y presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz. La orden es la de resistir, aguantar y aplicar hasta el final la máxima mejicana de 'si te afliges, te aflojan'.
Díaz empezó el miércoles en Córdoba una ronda de encuentros (este jueves estuvo en Cádiz) con cargos socialistas provinciales (delegados, concejales, alcaldes, diputados provinciales, secretarios locales) a los que les recetó cierre de filas hasta las elecciones municipales. El PSOE juega a doble o nada en esos comicios y los resultados de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, que ganó con los peores datos de su historia, le ha dejado un panorama lleno de incertidumbres.
Los socialistas están enrocados y a la defensiva hacia dentro y la ofensiva, hacia fuera. Susana Díaz respiró tranquila tras la reunión del comité director del pasado lunes, cuando comprobó que las críticas internas, entre ellas las del delegado del Gobierno en Andalucía, el sanchista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, fueron suaves. Nadie pidió su marcha, aunque Izquierda Socialista, la corriente interna del PSOE, ha puesto en circulación un documento en el que piden dimisiones por el “fracaso electoral”.
“El debate interno quedó cerrado en el comité director. Por las razones que sean, a nadie en el partido le interesa meterse ahora en una vorágine, porque todos están pensando en las municipales. Los escarceos internos, a día de hoy, están controlados”, aseguran fuentes del PSOE andaluz.
Estos medios tampoco creen que desde Ferraz se le vaya a exigir a Díaz que dé un paso atrás o al lado y tienen preparado ya el argumento si esa petición se produce. “Hemos ganado las elecciones con el 28% de los votos y en otros territorios pueden pasar a ser la tercera o cuarta fuerza política”.
Pero donde el PSOE está poniendo toda la carne en el asador es en atacar a Ciudadanos por todos los frentes posibles. Saben que gran parte de sus votantes han optado por el partido que encabeza en Andalucía Juan Marín y que el gobierno de coalición de PP (26 diputados) y Ciudadanos (21) sólo saldría adelante si lo apoyan al menos cuatro de los 12 escaños obtenidos por Vox, el partido de la ultra derecha. Marín fue ayer el protagonista absoluto de los mensajes de los socialistas. También Albert Rivera, que en una reunión con sus socios liberales europeos en Bruselas marcó distancias con Vox: “Nosotros no vamos a ir de la mano de los que van con Le Pen”.
El líder de Vox, Santiago Abascal, le respondió exigiéndole un sillón en la Mesa del Parlamento de Andalucía, un órgano clave en una legislatura que se presupone muy convulsa. Es la Mesa la que marca los ritmos y la que te arrincona o da oxígeno. Y PP y Ciudadanos quieren mayoría en esa tribuna, cuatro de los siete puestos. Confían en que Vox les ceda sus votos, sin pedir nada a cambio, para dejar a los socialistas sin la presidencia del Parlamento. También persiguen dejar fuera a Adelante Andalucía (la coalición de Podemos e IU) para así vender que los “extremos” no tienen ni voz ni voto.
Los socialistas enlazaron tuits en francés y en inglés dirigidos al presidente de Francia, Enmanuel Macron, y al jefe de filas de los liberales en el Parlamento Europeo, el belga Guy Verhofstadt: “¿Expulsaréis a Ciudadanos de vuestra alianza europea si abre la puerta a la extrema derecha?”.
Ciudadanos insiste en que su negociación es sólo con el PP, aunque en realidad pretenden que sean los populares los que amarren el apoyo de Vox sin que sus dirigentes aparezcan en una foto, que a sus socios europeos no les gusta. Y esa imagen es la que pretende fijar el PSOE, aprovechando este problema de Rivera con sus aliados europeos. Quieren, y lo intentarán por todos los medios, que los que han sido su sostén parlamentario en la legislatura pasada entren “en modo pánico” por las repercusiones europeas por un apoyo de Vox.
Ese es el único número de la lotería que tiene el PSOE de Andalucía en su mano. Esperan el milagro. Pero, mientras tanto, y por ir avanzando, los chóferes del Parlamento ya han sintonizado en los coches oficiales la cadena Cope y esRadio, en lugar de otras emisoras.
En el PSOE de Andalucía sólo confían en una intervención sobrenatural de origen divino, es decir, en un milagro, para conservar el poder que han ostentado durante 36 años y medio en Andalucía. “La lotería también toca, no sabemos a quién, pero toca”, afirman algunos dirigentes socialistas confiando en el penalti en el último segundo del partido en tiempo de descuento. Están siguiendo la estela que desde la misma noche electoral está dejando su secretaria general y presidenta de la Junta en funciones, Susana Díaz. La orden es la de resistir, aguantar y aplicar hasta el final la máxima mejicana de 'si te afliges, te aflojan'.
Díaz empezó el miércoles en Córdoba una ronda de encuentros (este jueves estuvo en Cádiz) con cargos socialistas provinciales (delegados, concejales, alcaldes, diputados provinciales, secretarios locales) a los que les recetó cierre de filas hasta las elecciones municipales. El PSOE juega a doble o nada en esos comicios y los resultados de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, que ganó con los peores datos de su historia, le ha dejado un panorama lleno de incertidumbres.