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28 razones para creer
Hoy es el Día de Andalucía, una jornada que invita a combinar la alegría festiva de la jornada histórica del 28-F con la reflexión sobre el futuro de nuestra tierra. Hago una declaración de principios: en mi partido se cree en Andalucía y se quiere servir a los andaluces. No nos vamos por las ramas ni nos distrae ningún canto de sirena más allá de nuestras tareas aquí.
Andalucía, las ciudades y pueblos de Andalucía, es y son el objetivo y la prioridad. Lo hacemos en los ayuntamientos. Y en las diputaciones. Y en el Parlamento andaluz. Y en el congreso. Y en Senado. Andalucía es nuestra tarea diaria, la razón de nuestro trabajo y de nuestra ilusión. Andalucía a tiempo completo. Andalucía en la cabeza y en el corazón.
No tuve la oportunidad (nací en 1977) de vivir el esperanzador y emocionante proceso autonómico andaluz. Era una niña cuando la épica del 28-F (febrero de 1980) abrió las puertas de una esperanza histórica y aunque no viví con conocimiento de causa (tenía 4 años) aquel episodio trascendental para nuestra tierra y para el Estado autonómico, entonces en construcción, hoy siento la necesidad de que por fin, se abran las puertas de la esperanza y el 28-F adquiera definitivamente el noble sentido de la generación que lo protagonizó: la autonomía no como meta sino como camino para que Andalucía logre lo que cantaba por aquellos años Carlos Cano: trabajo, escuela, medicinas y hospital.
Eso, lo mínimo, porque yo no me conformo con el aprobado raspado: quiero, como quiere mi partido y mi presidente, una Andalucía sobresaliente. Por ejemplo, no me resigno a que el principal problema de aquellos años, el desempleo, lo siga siendo también hoy. Debe haber otro camino. Y hay otro camino.
En el PP andaluz, estamos en ello. Aunque Andalucía ha avanzado desde entonces (y yo como andaluza, me alegro sinceramente), sigue estando a la cola del resto de las autonomías españolas y de las regiones europeas. Hemos avanzado, insisto, pero otros avanzan más. La brecha sigue abierta, como en 1980, y, en algunos aspectos, se ha agrandado. Otras tierras de nuestra querida España y otras regiones europeas, han sabido aprovechar mejor las oportunidades del avance del conjunto de España y de la pertenencia a Europa y a la Unión.
Tenemos y tengo muchas razones para creer en Andalucía. Mi compromiso político como militante y dirigente del PP bebe de la fuente del deseo de que mi tierra y nuestra gente encuentre de una vez por toda el camino, sin parones, que la lleve, al menos, a la igualdad con las autonomías de mayor bienestar y empleo de nuestra Nación. Y en esto entronco con los anhelos de los andaluces de 1980: una de las más bellas herencias del 28-F es la fe, inquebrantable, en nuestra tierra.
El socialismo la ha perdido, y con ella dos capacidades fundamentales: la de gestionar los graves problemas andaluces, algunos arrastrados desde hace décadas, como el desempleo, y la de impulsar la modernidad para que nuestra tierra no llegue, una vez más, tarde al tren del presente y del futuro. No llegamos a tiempo en el siglo XX y no me resigno a que ocurra lo mismo en el siglo XXI.
Para lograrlo, necesitamos que otro proyecto, sin la ilusión agotada del viejo socialismo, con las ideas renovadas, centradas e inclusivas del Partido Popular y con una dirección nueva y sin complejos, la de Juanma Moreno, culmine la tarea de la generación del 28-F desde la Junta de Andalucía. Sentimos cerca el el apoyo y la confianza de los andaluces. Somos un partido ganador en Andalucía.
Lo hemos hecho en generales, municipales y también en autonómicas. No somos un melón sin calar sino una gran realidad política con raíces en todos los pueblos andaluces y sin invitaciones al aventurismo populista ni al postureo demagógico. Somos, además, la única alternativa al viejo socialismo y al desánimo de la señora Díaz, más interesada en el salto a Madrid que en aposentar y gestionar sus responsabilidades como presidenta del Gobierno autonómico.
Puedo contar más de 28 razones para que los andaluces enderecen el rumbo de nuestra tierra con su voto, su apoyo y su confianza en las próximas elecciones autonómicas, pero las resumo en una para no cansar: en el Partido Popular creemos que en la página de Andalucía están por escribir aún las más bellas cosas. Hoy, e incluso con más motivos, si cabe, que hace 37 años, creer en nuestra tierra y en su gente, como creemos los populares, es la fuerza del futuro, de un futuro que cada día, sin parones ni excusas coyunturales, nos acerque más al empleo, a la libertad de las personas y a la igualdad de oportunidades.
Hoy es el Día de Andalucía, una jornada que invita a combinar la alegría festiva de la jornada histórica del 28-F con la reflexión sobre el futuro de nuestra tierra. Hago una declaración de principios: en mi partido se cree en Andalucía y se quiere servir a los andaluces. No nos vamos por las ramas ni nos distrae ningún canto de sirena más allá de nuestras tareas aquí.
Andalucía, las ciudades y pueblos de Andalucía, es y son el objetivo y la prioridad. Lo hacemos en los ayuntamientos. Y en las diputaciones. Y en el Parlamento andaluz. Y en el congreso. Y en Senado. Andalucía es nuestra tarea diaria, la razón de nuestro trabajo y de nuestra ilusión. Andalucía a tiempo completo. Andalucía en la cabeza y en el corazón.