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Susana Díaz estrena soltería
Apenas ha sido comentado, pero Susana Díaz se ha comprometido a que mientras de ella dependa, no coincidirán las elecciones andaluzas con ninguna otra. Nunca ninguno de sus antecesores había llegado a tanto, siempre preocupados en complacer los intereses de sus hasta ahora mayores de Madrid. Es decir, en su mente no estuvo hacer coincidir la convocatoria electoral con las municipales, como se dijo, ni con las catalanas, ni con las generales, como solían hacer los que le antecedieron, con alguna notable excepción. Y si las pensaba convocar en su tiempo, es que quería agotar la legislatura; no cabía otro hueco.
Entonces, ¿qué ha pasado, si había vocación de permanencia en el Gobierno de coalición? Según ha explicado la presidenta, porque en el matrimonio de gobierno, siguiendo con su símil nupcial, había desaparecido la afectio maritalis , es decir, la intención de vivir como marido y mujer por parte de IU, soportando sus consecuencias, malas y muchas buenas. IU lo niega y quita importancia a sus amagos, pero lo cierto es que no ha convencido a Díaz, creando una crisis de confianza y ésta de estabilidad, propia de los matrimonios rotos. Ahora con aires propios de despecho, nos descubren los coaligados desencuentros, desamores, dejando en entredicho notable éxitos, y el plus que un gobierno de coalición completo hubiera supuesto para desacreditar otras alternativas en boga como la gran coalición. IU no ha sabido administrar su sacrificio, sus aportaciones que, sin duda, de haber acabado el mandato, hubieran supuesto el premio para ellos, en primer lugar; para el duo, en segundo; y de camino, para toda la izquierda. No ha podido superar sus propias contradicciones. Los preclaros del no acuerdo desde el principio ponen de ejemplo ahora la experiencia de Extremadura como mejor y hasta se atreven con su pasado más remoto. Pero olvidan que todo de lo que justamente presume IU que ha hecho, o que el PSOE hace, gracias a ellos, no lo han podido hacer en Extremadura y,mucho menos, durante aquel amorío fallido con la derecha de Aznar, versionada en Andalucía por Rejón y los padres ideológicos seniors del actual desencuentro.
La derecha mediática no ve ahora inestabilidad donde antes vieron alianza sociocomunista, complicidad con la corrupción, inseguridad económica, huida de inversores y otras mentiras al uso, que ahora no dudan en olvidar. Como tampoco que en su versión partidaria, el PP, acusaron a Díaz de ilegitimidad por no pasar por las urnas, urgiendo la convocatoria de elecciones anticipadas antes; que ahora se ve claro fue tan solo un intento inútil de desestabilizar la coalición de progreso.
Podemos sale ganando, a ellos sí les gusta el adelanto. Con prisas por el premio que les prometen las encuestas y porque no se les pase el efecto. Pero no les valdría mal recordar, tan aficionados al folklore, que promesas no son promesas si no cuesta lo ofrecío y , de momento , Pablo Iglesias se enfrenta al reto sin más bagaje que la invocación a un duende de Andalucía, rancio , como en esas viejas películas franquistas y en la inspiración de poetas de medio pelo. No debería olvidar Iglesias que Andalucía es tumba implacable de los que se equivocan, y sus estudios de ciencia política seguro que le demostrarán que para ganar aquí no basta el duende. Lauren Postigo se lo podría explicar.
Por lo demás , que se irá Díaz. Bueno, quizá. Ruido de rosas hay en el socialismo. Desde luego Díaz no lo ha negado explícitamente pero, se quede o no, el tiempo nuevo le exigirá tener gobiernos mejores y cuadros políticos de más estatura; se vaya o se quede tendrá que fortalecer lo que le rodea, ni siquiera ella sola y su baraka son suficientes para tan altas pretensiones. Y gobernará dicen que de nuevo con inestabilidad. Imaginémosnos a Griñán pensando en las anteriores elecciones en esas cosas, cuando lo que le tocaba era perder. Es mejor pensar y poder ganar y, lo veremos, lo mismo que hay tortas para ser el padrino de su retoño, también las habrá para un posible cogobierno, si es que lo necesita. No me imagino a Díaz gobernando con la derecha, eso es cosa de Syriza, o quien sabe si de Podemos, sus émulos hispanos. Y teniendo en cuenta quiénes han ganado en IU, quién sabe si acabarán apoyando a Díaz como lo hacen con Monago. Al menos eso es lo que le gusta a Anguita, no pudo evitar Cayo Lara y será lo único posible para Maíllo, con permiso de Garzón.
Apenas ha sido comentado, pero Susana Díaz se ha comprometido a que mientras de ella dependa, no coincidirán las elecciones andaluzas con ninguna otra. Nunca ninguno de sus antecesores había llegado a tanto, siempre preocupados en complacer los intereses de sus hasta ahora mayores de Madrid. Es decir, en su mente no estuvo hacer coincidir la convocatoria electoral con las municipales, como se dijo, ni con las catalanas, ni con las generales, como solían hacer los que le antecedieron, con alguna notable excepción. Y si las pensaba convocar en su tiempo, es que quería agotar la legislatura; no cabía otro hueco.
Entonces, ¿qué ha pasado, si había vocación de permanencia en el Gobierno de coalición? Según ha explicado la presidenta, porque en el matrimonio de gobierno, siguiendo con su símil nupcial, había desaparecido la afectio maritalis , es decir, la intención de vivir como marido y mujer por parte de IU, soportando sus consecuencias, malas y muchas buenas. IU lo niega y quita importancia a sus amagos, pero lo cierto es que no ha convencido a Díaz, creando una crisis de confianza y ésta de estabilidad, propia de los matrimonios rotos. Ahora con aires propios de despecho, nos descubren los coaligados desencuentros, desamores, dejando en entredicho notable éxitos, y el plus que un gobierno de coalición completo hubiera supuesto para desacreditar otras alternativas en boga como la gran coalición. IU no ha sabido administrar su sacrificio, sus aportaciones que, sin duda, de haber acabado el mandato, hubieran supuesto el premio para ellos, en primer lugar; para el duo, en segundo; y de camino, para toda la izquierda. No ha podido superar sus propias contradicciones. Los preclaros del no acuerdo desde el principio ponen de ejemplo ahora la experiencia de Extremadura como mejor y hasta se atreven con su pasado más remoto. Pero olvidan que todo de lo que justamente presume IU que ha hecho, o que el PSOE hace, gracias a ellos, no lo han podido hacer en Extremadura y,mucho menos, durante aquel amorío fallido con la derecha de Aznar, versionada en Andalucía por Rejón y los padres ideológicos seniors del actual desencuentro.