La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Dos meses de prisión militar por una novela que “destapa” presuntas corruptelas del Ejército

El pasado 12 de mayo, el teniente del ejército español de tierra Luis Gonzalo Segura (Madrid, 1977) sacaba a la venta “Un paso al frente”, una novela en la que denunciaba las presuntas corruptelas del escalafón militar español. Tres días después tenía en su mesa un expediente abierto, y el próximo viernes ingresará en una prisión militar para cumplir dos meses de encarcelamiento.

La cúpula militar ha actuado con rapidez contra Segura, en un proceso que, incluso, le puede hacer perder sus galones de teniente.

Tras un recorrido por varios puntos de Andalucía, y terminar el fin de semana en Gijón, el autor de uno de los best seller de este verano se muestra muy tranquilo ante eldiario.es/andalucia, seguro de que “lo que he hecho no es malo para nada, y si alguien lo piensa, lo que tiene que hacer es investigar, no matar al mensajero”.

Con 12 años de experiencia que incluyen Afganistán en su hoja de servicios, su libro reflexiona sobre el poder del ejército sobre todos los estamentos de la sociedad, y no deja títere con cabeza, “pero siempre novelado”. Un argumento que no ha convencido a sus mandos, que “me abrieron un expediente gubernativo por el libro para expulsarme de las Fuerzas Armadas, que ha concluido con una falta grave, lo que supone dos meses de reclusión”.

Por ello, el viernes entrará en el centro de Colmenar Viejo, “algo que es como una cárcel, exactamente igual, sin comunicaciones, sin Internet, con un régimen de visitas igual que una prisión...”, y con una amenaza asegura que, al parecer, le afecta más, ya que está amenazado con una pérdida de destino: “una especie de destierro, de modo que no puedo pedir destino a Madrid en un año”. Actualmente pertenece al destacamento de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.

“Cuento corruptelas cotidianas”

Pero, ¿qué es lo que ha molestado tanto al ejército español en el libro de Luis Gonzalo Segura? Su autor parece tener claro que “lo que más ha dolido es que es algo de ficción, pero relata la vida cotidiana de abusos, privilegios o corruptelas, de modo que es un libro que relata algo cotidiano, porque si fueran casos extraordinarios no sería así, sino que pasan en todas las unidades, y toda la cúpula militar se puede sentir muy señalada”.

Y es que el autor sospecha que “duele que se unan piezas de un puzzle que normalmente se ponen por separado, pero el lector se da cuenta de la situaciónn de las Fuerzas Armadas españolas”.

Ficción o no, sanción justa o no, lo cierto es que “Un paso al frente” está a punto de agotar su cuarta edición, y entrará en la quinta esta misma semana.

Posiblemente, su autor se entere de que la sexta edición llega a las librerías cuando ya esté “encarcelado”, aunque su mayor preocupación no pasa por eso, sino por la hipotética pérdida de sus galones que todo esto le podría acarrear.

Sobre la posibilidad de que su abogado impida el ingreso en prisión, lamenta que “es algo que nunca se ha dado. Cuando en el ejército te sancionan por algo así, la sanción no se levanta nunca, y se cumple”.

Vulneración de dos artículos

Para los mandos del teniente, todo parece encajar. Sostienen que la sanción no está relacionada con lo que ha escrito en su novela, sino con las declaraciones efectuadas durante los actos de promoción del libro. Lo que ha hecho habría vulnerado el artículo 8.18 del régimen de disciplina militar, que se refiere a “hacer reclamaciones, peticiones o aseveraciones falsas y contrarias a la disciplina... a través de un medio de comunicación social”, mientras que el 8.32 se refiere explícitamente a “emitir o tolerar manifiesta y públicamente expresiones contrarias de las Fuerzas Armadas”.

El autor, que asegura que cuenta con el respaldo de las principales asociaciones militares (AUME, ASFASPRO, ATME y OATM), simplemente lamenta que “si fuese así, no me sancionan por hacer declaraciones falsas, sino indecorosas. Si no son falsas, no puede ser indecoroso decir la verdad. Llegaremos hasta el final, y lo que tienen que hacer es investigar si lo que cuento es verdad. Si es así, nadie entendería mi sanción”.

El autor . Si todos ellos pueden evitar el ingreso en prisión, e incluso que aparezcan nuevas publicaciones similares en un futuro, se verá en los próximos días.