El Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos ha encajado este lunes la dimisión de otro alto cargo, la duodécima en los seis meses primeros meses de mandato. Esta vez se trata del director general de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales y secretario general de Innovación Cultural y de Museos, Fernando Francés, que ha presentado su renuncia “voluntaria” a la consejera de Cultura, Patricia del Pozo (PP), como adelanta Abc y confirman fuentes de su departamento.
El nombramiento de Francés estuvo en el punto de mira casi desde el principio. El ya ex secretario general de Museos de la Junta es objeto de investigación judicial por diversas causas. El próximo 23 de octubre está citado a declarar como denunciado por una presunta agresión a la artista Marina Vargas, que le denunció supuestamente por abofetearla y humillarla públicamente en la Feria de Arte de Santander, el 15 de julio del año pasado. Deberá acudir a declarar ante el juzgado de Instrucción número cuatro de Santander por un presunto delito leve de lesiones.
Francés, que por entonces era director del Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga, también está siendo investigado por un juzgado de instrucción de Málaga por la presunta connivencia con el artista urbano Invader, que colocó varios mosaicos en edificios catalogados como Bienes de Interés Cultural. La Fiscalía cree que Invader actuó por indicación del director del CAC. El Ministerio Fiscal también investigó desde abril un presunto doble pago de obras en el CAC denunciado por el grupo municipal de Málaga Ahora, que el año pasado elaboró un extenso informe sobre presuntas irregularidades en la gestión del CAC durante la última década. La semana pasada archivó la investigación sin indicios delictivos.
En su carta de dimisión explica que asumió su cargo para la Consejería de Cultura “como una misión transitoria”. Francés desliga su cese de cualquier asunto judicial, y asegura que se debe a que “los criterios basados en el conocimiento del sector, en la selección por la calidad, en la ausencia absoluta de sectarismo político y en el pragmatismo en la gestión, no han sido comprendidos ni en parte aceptados por quienes tienen dentro de la Consejería las responsabilidades más altas”. “Creo que a la gestión de lo público le iría mucho mejor si se le aplicasen modelos sin prejuicio alguno de la experiencia civil y privada”, añade. “Nunca antes me había quemado tanto en un trabajo en tan poco tiempo. La ilusión se ha evaporado”, dice la carta, con registro de entrada este lunes 5 de agosto, y a la que ha tenido acceso este periódico.
El ya ex alto cargo de Cultura mantiene una estrecha relación con Elías Bendodo, consejero de la Presidencia y hombre fuerte del Gobierno de Juan Manuel Moreno. Francés fue elegido en febrero y, desde el principio, realizó movimientos societarios para evitar la incompatibilidad de su nuevo cargo con la titularidad de las participaciones de Gestión Cultural y Comunicación, S.L., la empresa que ha gestionado el CAC desde 2007. Primero traspasó todas las participaciones a una sociedad pantalla de la que es socio único; luego vendió las acciones de forma condicionada; y finalmente realizó una ampliación de capital para diluir su participación por debajo del umbral fijado por la ley, al filo del plazo legal.
La empresa Gestión Cultural y Comunicación, de la que sigue siendo socio indirectamente, ha vuelto a ganar el concurso para gestionar el CAC durante los próximos cuatro años, a cambio de 13 millones de euros. Presentó un proyecto valorado muy por debajo del mejor, que era once euros más caro y fue excluido por igualar el presupuesto de la licitación. Una de las empresas que participó en el concurso ya ha anunciado que recurrirá la adjudicación por, entre otros motivos, la confusión que generaba la redacción de los pliegos.
El Pleno del ayuntamiento de Málaga discutió esta cuestión, pero rechazó revocar el concurso, como pedían los grupos de Málaga Ahora y Málaga para la Gente. Patricia del Pozo, consejera de Cultura, también tuvo que dar explicaciones sobre Fernando Francés en el Parlamento andaluz, y admitió implícitamente que este no le había facilitado toda la información sobre su participación en la empresa adjudicataria del CAC. El portavoz socialista Javier Fernández calificó aquel día a Francés de “activo tóxico que responde más a los intereses de Elías Bendodo que a los suyos”. “Si tienen alguna información, háganmela llegar”, replicó la consejera.