ENTREVISTA
El concepto de cooperativa ha cambiado mucho en los últimos años. En algunos pueblos se sigue identificando como una gran empresa agrícola que une a los empresarios del sector, pero su espectro es más que amplio, y ya abarca a todos los sectores de la sociedad.
Al frente de la Federación Andaluza de Cooperativas de Trabajo (Faecta), la entidad que agolpa a estas empresas en la comunidad líder en España, se encuentra el malagueño Luis Miguel Jurado desde 2016.
En 2021 revalidó su cargo por unanimidad en la Asamblea de la organización. Es, además, presidente de COCETA desde 2019 (Confederación de Cooperativas de Trabajo de España), cargo que revalidó el pasado 1 de junio.
Diplomado en Trabajo Social, por la Universidad de Málaga y MBA en la Escuela de Negocios I.P.E. También es Máster por la Universidad de Sevilla de A.S.C y Educación Social, y socio cofundador de la cooperativa de trabajo malagueña Pandora, una consultora social con una trayectoria de más de 20 años de experiencia.
Su compromiso con la economía social y las cooperativas comenzó en 2008 como presidente del Comité Territorial de FAECTA en la provincia de Málaga.
¿Cuál es la importancia de las cooperativas en el contexto de la economía andaluza?
El cooperativismo, muchas veces por el vínculo de nuestra tierra, está asociado a las empresas alimentarias, que son muy importantes aquí, pero existen otras formas de hacer cooperativa, otra forma de hacer empresa.
En concreto, el cooperativismo de trabajo, que es la fórmula que Faecta ha representado durante los últimos 27 años, que implica que somos personas que nos unimos para desarrollar un proyecto empresarial donde la participación, la democracia, el reparto en función del trabajo y no del capital y la fórmula horizontal serían la seña de identidad, siempre poniendo las personas en el centro del proyecto.
En Andalucía estamos hablando de que hay ahora mismo 4.686 cooperativas. El 80% de los municipios andaluces cuenta con una empresa cooperativa. Hay una aportación al PIB del 10 %, con una facturación anual que ronda los 16.0000 millones de euros. Eso sí, hablamos del cooperativismo en general. Estamos hablando de 80.000 personas, y también de empleos directos del modelo cooperativo.
Es verdad que el cooperativismo de trabajo ha estado muy vinculado a los municipios, porque hay una esencia del modelo empresarial vinculado al territorio, al lugar donde vive uno. Desde los años finales de los 90 está muy vinculado también a grandes ciudades donde hay un cooperativismo del que emanan muchas de las personas que montan cooperativas de ámbito universitario, cooperativas de arquitectos, de abogados, de ingenieros…, que quieren desarrollar su proyecto empresarial de una forma diferente.
¿Cuáles son las dudas o los miedos de la gente cuando va a montar una cooperativa?
Ahí hay una cuestión base, y también el desconocimiento del modelo cooperativo. Cuando escuchamos en Andalucía la palabra “cooperativa” la vinculamos a la parte agroalimentaria, la fresa o el aceite en función de donde vive cada persona, pero la primera cuestión que nos encontramos podría ser el desconocimiento del modelo cooperativo. Eso sería como la primera gran duda que tiene la persona que lo van a emprender. Otra de las cuestiones también que le surge como duda es cómo se organiza un proyecto empresarial donde todas las personas son socios y trabajadores, es decir, que tenemos una capacidad de decisión para decidir las personas que están montando la cooperativa.
Esto no pasa con la empresa de capital, donde quien más recursos económicos ha puesto, quien más capital ha puesto, decide más. En las cooperativas una persona es un voto. Una de las dudas es si el proyecto es asambleario, y no es así. Somos una empresa donde cada uno tiene sus funciones. Lo que pasa es que la estrategia, el desarrollo de negocio, las cuestiones importantes, se deciden en asamblea, pero el día a día de la cooperativa es igual que otro tipo de empresa.
¿Cuál es el marco legal de las cooperativas?
La Ley está aprobada desde 2011, con una modificación en el 2018. Con respecto a los años anteriores, siempre ha habido una Ley que ha regulado las cooperativas, desde 1985. Es verdad que la de 2011 actualizó en el modelo cooperativo. La que tenemos en Andalucía es una de las más innovadoras a nivel estatal.
¿Por qué es líder Andalucía en este sector?
Andalucía tiene una trayectoria importante. Es verdad que también ha habido una alianza público-privada bien planteada con los diferentes gobiernos, antes con el Partido Socialista y ahora con el Partido Popular, donde se entendía que la Federación era un instrumento útil para crear cooperativas. Piensa que más del 80 % de las cooperativas que se crean en Andalucía tienen algún vínculo con la Federación, y el 65 % de las cooperativas de trabajo que se crean, las creamos directamente.
Por lo tanto, hay una buena colaboración y una buena sintonía en saber que esa colaboración público-privada hace que se cree empleo. En nuestra tierra tenemos también una legislación bastante interesante, y es verdad que hay una federación en este caso que desde hace más de 27 años ha estado trabajando mucho en el territorio para la creación de cooperativas.
Andalucía, junto al País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, son las comunidades autónomas que tienen más desarrollo. Es verdad que son modelos diferentes. Por ejemplo, en el País Vasco hay un gran desarrollo de modelo industrial que está desarrollado por cooperativas, grandes cooperativas, fundamentalmente vinculadas al grupo Mondragón.
Aquí, en Andalucía, se ha trabajado mucho por el sector y por la creación de cooperativas, y la colaboración mutua ha hecho que se esté dando valor al cooperativismo de trabajo en España.
El cooperativismo es una fórmula para dar respuesta a muchas de las necesidades sociales que hay ahora mismo en nuestra tierra
¿Cómo trabajan las cooperativas para luchar contra los efectos de la España vaciada?
Cuando creamos una cooperativa, cuando creamos una fórmula de emprendimiento en fórmula cooperativa, una de las cuestiones de más participación de esa democracia, de ese planteamiento del proyecto sostenible, es pensar que uno quiere trabajar en su pueblo o en su zona. Nosotros tenemos ese doble papel de trabajadores-socios.
De hecho, se han presentado tanto a la Junta de Andalucía como en el Gobierno de España diferentes medidas de cómo el cooperativismo de trabajo, la economía social en general, es una de las de las grandes fórmulas para limitar la España vaciada o esa Andalucía vaciada.
Hay una conexión de quedarse en el territorio, y eso hace que en un pequeño municipio se pueda mantener una vida empresarial gracias a las cooperativas y empresas de economía social.
¿Cómo mira al futuro el sector?
Hay una apuesta por el modelo cooperativo y la economía social, una visión también transversal de que no solo estamos trabajando en el cooperativismo de trabajo, sino que hay ahora mismo también interesantes proyectos a través de consumo y servicios no agroalimentarios.
Ahora mismo hay 18 proyectos de cooperativa energética que están potenciados por Faecta. Hay cooperativas de servicios financieros como Fiare Banca Ética que se ha incorporado a la Federación. Hay cooperativas de servicios como puede ser Covirán, que factura más de 1.600 millones al año, con más de 2.000 socios, y estamos hablando de proyectos empresariales que son un referente a nivel de Andalucía y nivel de España.
El cooperativismo es una fórmula para dar respuesta a muchas de las necesidades sociales que hay ahora mismo en nuestra tierra, bien vinculado al trabajo, a la energía, al consumo, y que, bueno, hay que apostar por estos modelos más sostenibles, y, de alguna forma más igualitarios a la hora del reparto de los beneficios.
Hay una estrategia española de economía social que está fomentando este modelo, y un plan de acción europeo por la economía social que también está poniendo los pilares para el desarrollo en Europa del modelo cooperativo y economía social.
(Este contenido forma parte de un proyecto de FAECTA subvencionado por la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo)
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