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Todo se transforma: de tener una idea a ser una cooperativa

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Pillamos a Betsaida Martín comprando madera. No es raro teniendo en cuenta que es el 50% del dúo de artesanos paleteros Eterwood, una cooperativa malagueña que realiza muebles artesanales personalizados de madera recuperada y sostenible. Susana Martínez también está “a tope” porque se acerca el 7 de junio, una fecha que este año supone el pistoletazo de salida para las ventas en la cooperativa Productos La Salá, dedicada a la recolección y venta de Salicornia, una planta marina comestible, más conocida como el espárrago de mar que crece en marismas y salinas. Ambas, junto a Jaime de la Iglesia y Elías Ruiz, respectivamente, quisieron emprender su proyecto empresarial bajo el modelo de cooperativa de trabajo. Y parece que acertaron, porque las cosas les van bien y aspiran a “seguir creciendo”, según comentan en conversaciones con este periódico. Ellas se transformaron, como a los productos que manejan, y convirtieron su idea en un proyecto de negocio que ahora ya tiene sus frutos.

Haciendo honor a su nombre, Betsaida obró el milagro de la multiplicación de los panes y los peces a partir de una idea que nació hace ocho años, que al principio fue “un segundo trabajo” y que, desde el pasado febrero, tomó forma de cooperativa. “El modelo encaja mucho con mi pensamiento de crear algo en el que muchos artistas podamos colaborar y trabajar en un mismo espacio”, explica. Trabajadora y empresaria, en cooperativas como la suya los socios toman las decisiones y dirigen su propio proyecto, favoreciendo también la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. “El modelo de cooperativa de trabajo está enfocado a valores medioambientales, sociales y sostenibles, acordes con los principios que queríamos en 2019 para nuestra empresa”, apunta Susana Martínez mientras se afana en atender los pedidos que van llegando a La Salá.

En ese sentido, la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas de Trabajo (FAECTA) representa, defiende y promociona los intereses de las cooperativas, de las personas que las integran y del modelo cooperativo, ofreciendo de manera gratuita una serie de servicios entre los que se encuentran los relacionados con el asesoramiento jurídico y técnico especializado, el desarrollo empresarial de las cooperativas, la formación continua y la defensa de los intereses de las cooperativas ante la Administración.

Para Betsaida Martín y su pareja “todo me lo han puesto muy fácil y cómodo”, destaca del apoyo de FAECTA. Se hizo autónoma “para ver si funcionaba y tal”, y “desde el Ayuntamiento de Torremolinos me recomendaron que contactara con ellos”. Dicho y hecho, desde el PTA de Málaga trabajan en una cooperativa que trata la madera de los palés y, con los listones de pino, fabrica nuevos muebles. Según explica, en Eterwood “intentamos reciclar absolutamente todo”, con la “economía circular” siempre en mente.

“Mejor que una sociedad”

Desde el punto de vista fiscal, una cooperativa “también compensa”, explica la mitad de esta cooperativa, una “carpintera que rescata madera” según ella misma se define y que pone en valor hacer las cosas “desde Andalucía”. “Mejor que una sociedad” y “con más beneficios en nuestro modelo de negocio”, apunta entre las ventajas de ser cooperativa de trabajo.

Productos La Salá está alojada en el vivero de empresas de los Servicios Centrales de Investigacion de la salina de la Esperanza (SC-ISE) pertenecientes a la Universidad de Cádiz, en el término municipal de Puerto Real. La cooperativa está dedicada a la recolección y venta de la salicornia que, al estar regada por el agua de mar, tiene unas propiedades muy saludables como vitaminas A,D,E,K, minerales, proteínas, etc. Todo surgió cuando Susana hizo su Trabajo Fin de Máster sobre el análisis nutricional de esta planta estacional, que ya está a punto de salir a la venta este año en el que “todo va un poco más tarde”, explica.

Estos emprendedores vieron que la producción directa les salía más a cuenta que comprar el producto, y se la lanzaron al mundo cooperativo, diversificando las actividades que comenzaron con un yogur de salicornia y que recibió el impulso defintivo con el premio a la Mejor Idea del Programa Explorer Jóvenes con Ideas de la Universidad de Cádiz y Banco Santander en su edición de 2019. En Andalucía, desde que se modificó la Ley de Cooperativas, solo se necesitan dos personas para crear una cooperativa de trabajo y, además, no es necesario abonar gastos notariales y se se inscriben directamente en el Registro de Cooperativas, sin coste alguno. “A nosotros nos gusta colaborar con otras cooperativas”, señala la socia de Productos La Salá, que apunta que se trata de “un modelo de negocio totalmente escalable” y para el que quieren “crecer y ampliar mercado”.

También la cooperativa fue la opción elegida por Eterwood porque es “la fórmula más práctica de emprender inspirándose en valores que promueven la democracia económica, la participación y la igualdad de oportunidades”, resaltan desde FAECTA.

Pillamos a Betsaida Martín comprando madera. No es raro teniendo en cuenta que es el 50% del dúo de artesanos paleteros Eterwood, una cooperativa malagueña que realiza muebles artesanales personalizados de madera recuperada y sostenible. Susana Martínez también está “a tope” porque se acerca el 7 de junio, una fecha que este año supone el pistoletazo de salida para las ventas en la cooperativa Productos La Salá, dedicada a la recolección y venta de Salicornia, una planta marina comestible, más conocida como el espárrago de mar que crece en marismas y salinas. Ambas, junto a Jaime de la Iglesia y Elías Ruiz, respectivamente, quisieron emprender su proyecto empresarial bajo el modelo de cooperativa de trabajo. Y parece que acertaron, porque las cosas les van bien y aspiran a “seguir creciendo”, según comentan en conversaciones con este periódico. Ellas se transformaron, como a los productos que manejan, y convirtieron su idea en un proyecto de negocio que ahora ya tiene sus frutos.

Haciendo honor a su nombre, Betsaida obró el milagro de la multiplicación de los panes y los peces a partir de una idea que nació hace ocho años, que al principio fue “un segundo trabajo” y que, desde el pasado febrero, tomó forma de cooperativa. “El modelo encaja mucho con mi pensamiento de crear algo en el que muchos artistas podamos colaborar y trabajar en un mismo espacio”, explica. Trabajadora y empresaria, en cooperativas como la suya los socios toman las decisiones y dirigen su propio proyecto, favoreciendo también la conciliación de la vida laboral, familiar y personal. “El modelo de cooperativa de trabajo está enfocado a valores medioambientales, sociales y sostenibles, acordes con los principios que queríamos en 2019 para nuestra empresa”, apunta Susana Martínez mientras se afana en atender los pedidos que van llegando a La Salá.