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El Ejido, el laboratorio de la derecha rompe su techo electoral

El Ejido, con casi 100.000 habitantes, tiene muy pocas zonas de convivencia para todas las comunidades.

Sergi Pitarch

La provincia de Almería ha sido una excepción sociológica en cuanto al transcurso político de Andalucía en los últimos 20 años. Mientras el socialismo imperante ganaba y ganaba elecciones autonómicas con más o menos facilidad -las municipales y generales tienen otras claves-, la demarcación más al Este de la comunidad daba sus votos a partidos conservadores, una tendencia que se agudizaba en municipios como El Ejido donde disparaba sus apoyos a cifras impensables en esta latitud. El modelo económico, el fuerte arraigo agrario y la llegada de una inmigración clave para el progreso ha propiciado que los discursos excluyentes cuajaran con facilidad.

La explosión del partido de extrema derecha Vox en Andalucía ha sorprendido a toda España, pero sus resultados en Almería y, sobre todo, en su zona de Poniente donde su apoyo ha alcanzado el 30 % en municipios como El Ejido ha dejado en evidencia todos los estudios demoscópicos. El resultado del partido de Santiago Abascal no ha extrañado tanto en la zona, donde aseguran los expertos que ha tenido un caldo de cultivo favorable con la inmigración y la falta de políticas de integración por parte de los poderes públicos. Pero sobre todo porque la derecha ya gozaba de una hegemonía sin parangón.

El Ejido ha sido un verdadero laboratorio de la derecha en los últimos 20 años que ha detectado todos los movimientos tectónicos en este espectro sociológico y donde no ha bajado del 55 % de apoyos en unas autonómicas. En los comicios del pasado domingo batió su propio récord con el 72,6 % de los apoyos y con la ya conocida explosión de la extrema derecha de Vox, que antes se refugiaba en un PP de un discurso mucho más duro que en otros territorios de España. En El Ejido es donde Vox ha dado un bocado mayor a los populares y donde incluso ha sucedido el temido “sorpaso”. Mientras, la izquierda continúa a verlas venir y sin saber qué discurso plantear para llegar a sus vecinos.

En 2008, el PP ganó las elecciones en El Ejido con el 41,13 % de los votos, seguido con el 29,77 % del Partido de Almería del que fuera exalcalde del municipio Juan Enciso. Fue el récord de la derecha autóctona con el 71 % de los apoyos hasta el pasado 2 de diciembre y dejó a las fuerzas de la izquierda en el 26 %.

En 2012, con la marea que arrastró a Mariano Rajoy a la Moncloa en plena crisis económica y que solo fue frenada en Andalucía con la unión de PSOE e Izquierda Unida, el PP ya fue la primera fuerza con el 40 % en toda Andalucía. El Partido Popular de El Ejido se disparó hasta el 59,24 % de los apoyos y UPyD consiguió casi el 5 % de los votos. La izquierda superó por poco el 30 % de los sufragios en el munipio almeriense.

En 2015, el laboratorio de El Ejido volvió a aupar al PP al liderazgo con el 47,16 % de los votos, pese a la victoria de Susana Díaz en las autonómicas. Era la época en que se castigaron duramente los recortes de Mariano Rajoy y donde la izquierda recuperaba oxígeno con la irrupción de Podemos que, con IU, sumaban el 13,7 % de los votos en el municipio de Poniente. Fue el peor resultado de la derecha en esta ciudad en lustros, con el 55 % de los sufragios, pero Ciudadanos ya recibía muchos apoyos como en el resto de España, el 8,25 %. UPyD, como en todo el Estado, desapareció.

La alta abstención en las elecciones autonómicas también ha sido un tónica en El Ejido. Solo en 2008, con el 71 % de participación, hubo unas cifras considerables. En los comicions posteriores, entre el 36 y el 41 % de ejidenses no fueron a votar.

En 2018, la ola neoconservadora que puede tumbar al socialismo andaluz después de 36 años ha sido un tsunami en El Ejido. Al 29,51 % de Vox hay que sumarle el 16,18 % de Ciudadanos y el 26,91 % del PP. En este laboratorio conservador se observa la caída del partido de Pablo Casado, que pierde más de la mitad de los votos desde 2012 y el ascenso de las nuevas fuerzas. La izquierda ha tocado su suelo con el 23 % de los sufragios.

El últmo barómetro del CIS del mes de noviembre fija las primeras referencias sobre el perfil de votante de Vox. De los entrevistados, más del doble de hombres que de mujeres dicen que votarían a esta formación de extrema derecha en las próximas Elecciones Generales. Sus simpatinzantes son más numerosos en las franjas de edad de los 25 a los 45 años, en municipios de 50.000 a 100.000 habitantes y en las ciudades de más de un millón. Un retato de El Ejido -85.000 habitantes- y Madrid.

Estefanía Acién es profesora de Antropoligía Social en la Universidad de Almería y nacida en El Ejido y considera que en la ciudad “ha habido un caldo de cultivo” para que fraguara el fenómeno Vox con tanta fuerza. “La principal motivación de los hombres votantes de Vox ha sido la inmigración, pero también el machismo y una nefasta gestión del problema catalán. Hay un repliegue identitario de libro”, explica la socióloga.

“Pensaba que después de casi veinte años de los sucesos del 2000, donde hubo importantes brotes racistas, parecía que íbamos mejorando, pero se ha visto que no. Y es responsabilidad de los poderes públicos”, afirma. Para Acién, que ha investigado sobre el fenómeno de la prostitución en la zona, “ha habido muy poco esfuerzo por hacer un trabajo de integración social. No hay convivencia, solo hay coexistencia”.

Sobre el gran número de hombres de edad media que votan a Vox, la profesora de Antropología Social, lo achaca a los “valores tradicionales” que todavía perviven en la zona. Acién asegura que dentro de ese electorado hay una parte que ha reaccionado “al abordaje de la violencia machista solo desde un punto de vista punitivo”. Y ahí el partido de Abascal ha sido muy demagógico, anunciando la derogación de la Ley contra la violencia de género, lo que ha reforzado el discurso de una parte de hombres que se consideran perjudicados.

Vox ya se prepara para asaltar el ayuntamiento de este municipio que ha sido, durante años, el laboratorio de la derecha.

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