Andalucía sigue liderando las encuestas de población en riesgo de pobreza de todo el estado español: 3,2 millones de personas de la población andaluza se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social, lo que supone un 37,5 % del total de habitantes de la región. La pobreza, mal endémico al que nadie pone soluciones, es la consecuencia directa de unas políticas socioeconómicas que favorecen la acumulación de recursos para unos pocos y una duda eterna para otros. Es la ferocidad del sistema sustentado en la especulación y lucro sin límites, que solo vela por los grandes intereses privados, al tiempo que está asfixiando a miles de personas.
Un claro ejemplo de la dejadez y abandono de los poderes públicos en su responsabilidad de reducir los índices de desigualdad y pobreza nos lo encontramos en Sevilla, que sigue apareciendo con 6 de los 15 barrios más pobres de todo el estado español teniendo en cuenta los ingresos declarados.
En la capital hispalense, las asociaciones vecinales se están movilizando para seguir luchando por sus barrios, desde San Jerónimo hasta Polígono Sur, pasando por el Centro y Cerro Amate. Cada zona tiene su lucha y sus reivindicaciones: las asociaciones del Centro, exigiendo el fin de las licencias de los pisos turísticos, San Jerónimo y Cerro, reclamando la no segregación urbana y más servicios públicos y Polígono Sur, denunciando la violencia institucional que vienen sufriendo desde hace décadas.
La película “El 47”, encabezada por Eduard Fernández, relata una insólita historia real protagonizada por un autobús, un vecino, un secuestro y una lucha vecinal. Parece mentira que 46 años más tarde, sigamos exigiendo dignidad para los barrios obreros, donde las carencias se palpan nada más entrar, donde los servicios públicos son escasos e insuficientes, donde seguimos arrastrando la precariedad y la falta de inversión por décadas y como consecuencia directa, más pobreza, exclusión y la falta de reconocimiento de muchos derechos fundamentales.
No podemos mirar para otro lado e ir restando importancia a la situación de abandono y segregación, con unos índices de desigualdad social alarmantes
“La ciudad tiene dos Sevillas: una la de los turistas y otra donde vive la gente”, como dice la canción de Pata Negra. La Sevilla invisible está más presente que nunca, esa Sevilla incómoda que ya no se puede ocultar más porque se ha hecho demasiado grande. En este sentido, la Plataforma Vecinal Nosotros también somos Sevilla y la Asociación Barrios Ignorados han sacado esta semana un comunicado ante los acontecimientos violentos ocurridos en Polígono Sur, donde señalan claramente quiénes son los verdaderos culpables de esta violencia. Este comunicado es un ejemplo más de la valentía y dignidad del barrio, de su lucha incansable para defender lo justo.
“La violencia que padecemos no es la causa de los problemas del Polígono Sur, es la consecuencia de las decisiones políticas que han tomado durante años y siguen tomando”, reivindica la Plataforma.
No podemos mirar para otro lado e ir restando importancia a la situación de abandono y segregación, con unos índices de desigualdad social alarmantes. La dejadez de los poderes públicos, en sus diferentes representaciones estatal/autonómico/local, para garantizar todos y cada uno de los derechos fundamentales, económicos y sociales para todas las personas, los hace responsables directos y autores materiales de la pobreza.
La causa última de la pobreza es la desigualdad, la no redistribución de la riqueza, de los recursos y de los derechos fundamentales de todo tipo: vivienda, sanidad, educación, servicios sociales, empleo, formación, ingresos, entre los principales.
“Culpar a las personas que sufren estas carencias y que acumulan situaciones de exclusión de los recursos es siempre una defensa y una justificación de los que no son pobres para seguir tolerando las desigualdades y legitimar la injusticia, para que ésta favorezca a quienes acumulan la riqueza y sus privilegios, aunque esto produzca unas consecuencias terribles para un número cada vez más creciente de personas”. (Luis Del Olmo, 2006)
Volvamos a las calles, a las pintadas, ¡subamos el autobús al barrio! ¡Es la lucha por los Derechos Humanos! ¡Es la lucha por la DIGNIDAD!
Andalucía sigue liderando las encuestas de población en riesgo de pobreza de todo el estado español: 3,2 millones de personas de la población andaluza se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social, lo que supone un 37,5 % del total de habitantes de la región. La pobreza, mal endémico al que nadie pone soluciones, es la consecuencia directa de unas políticas socioeconómicas que favorecen la acumulación de recursos para unos pocos y una duda eterna para otros. Es la ferocidad del sistema sustentado en la especulación y lucro sin límites, que solo vela por los grandes intereses privados, al tiempo que está asfixiando a miles de personas.
Un claro ejemplo de la dejadez y abandono de los poderes públicos en su responsabilidad de reducir los índices de desigualdad y pobreza nos lo encontramos en Sevilla, que sigue apareciendo con 6 de los 15 barrios más pobres de todo el estado español teniendo en cuenta los ingresos declarados.