Lo que parecía imposible cada vez es más probable. Aunque lejos de que se revierta de manera definitiva la sequía que atraviesa la región, y con el verano climatológico a menos de tres meses de su comienzo, marzo de 2022 va a servir al menos como remiendo parcial a la extrema situación del campo andaluz. Las lluvias y las nevadas de los últimos días solo han sido el preámbulo de lo que está por llegar.
La formación de una profunda borrasca en las inmediaciones de la Península Ibérica a partir del próximo domingo derivará en un temporal de viento y lluvia que durará al menos hasta mediados de la próxima semana. Antes, el fin de semana tendrá además un inicio pasado por agua gracias a la llegada de un nuevo sistema frontal que dejará precipitaciones generalizadas en toda la región.
Este primer frente dejará precipitaciones especialmente abundantes a lo largo del valle del Guadalquivir, en especial en áreas cercanas a su desembocadura donde podrán alcanzarse los 20 litros por metro cuadrado de acumulado. El frente, que cruzará de oeste a este de la región desde la mañana del viernes, llegará muy desgastado hasta el extremo oriental, donde la lluvia a duras penas hará acto de presencia.
Al frente la acompañará un marcado descenso de las temperaturas gracias a la bolsa de aire frío que arrastra en altura. Así, las máximas caerán entre cuatro y ocho grados respecto a las de la tarde anterior, siendo el descenso más acusado en el curso medio del Guadalquivir. Aquí las máximas pasarán de los 21 ó 22 grados del jueves a los poco más de 15 grados que se esperan para el viernes 12.
Aunque en la jornada del sábado vaya a haber una notable estabilización de la atmósfera andaluza, con cielos por lo general poco nubosos o despejados y un aumento de las temperaturas, ésta durará poco. Desde primeras horas del domingo el paso de un nuevo frente volverá a dejar ambiente lluvioso en todo el territorio andaluz, con precipitaciones que irán ganando en intensidad y extensión con el paso de las horas.
Para entonces el descuelgue de una bolsa de aire frío hasta la vertiente atlántica peninsular habrá derivado en la formación de una borrasca aislada que dejará un importante y prolongado temporal de viento y lluvia. La permanencia de dicha borrasca sobre la vertical del Cabo de San Vicente alimentará de manera persistente la formación de bandas de precipitación sobre todo el sur peninsular.
Las lluvias serán una constante desde inicios de semana. Aunque existirán momentos de relativa tranquilidad, las precipitaciones podrán ser puntualmente muy intensas, en especial en áreas cercanas al Estrecho durante la madrugada del lunes y la mañana del martes, sin descartar que éstas puedan extenderse a otros puntos de la región. De aquí y hasta mediados de semana se esperan precipitaciones que, de media, podrán alcanzar entre 50 y 80 litros por metro cuadrado de acumulado en casi cualquier punto de la geografía andaluza. Además, las lluvias podrán alcanzar o superar la barrera de los 100 litros hasta el final del episodio en puntos de las Sierras de Grazalema o Sierra Morena.
Junto a la lluvia el viento será el otro ingrediente del episodio. La relativa profundización de la borrasca sobre el cuadrante sudoccidental de la Península hará que puedan alcanzarse rachas de viento superiores a los 80 ó 90 km/h en los sistemas montañosos de la mitad oriental andaluza. El viento, que soplará del este, alcanzará su pico de intensidad durante la jornada del martes.
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