Cada vez son más las mujeres que generan empleo en Andalucía, 1,4 puntos porcentuales (por encima de la media europea, del 0,4) entre 2008 y 2011. En este blog queremos presentar casos de éxito de emprendedoras que han logrado superar las barreras sociales de género u otras barreras como el miedo al fracaso; mujeres cuya experiencia puede servir de inspiración y motivación a otras muchas en tiempos de crisis y desempleo.
El cultivo de la trufa o cómo reforestar el campo con un valor añadido
Elena Pulido es una bióloga cordobesa que durante cerca de veinte años realizó trabajos sobre micología para distintas entidades y administraciones públicas. Con el inicio de la crisis, en 2008, llegó también su carta de despido y ella la transformó en la oportunidad para crear su propia empresa: “El Origen de la Trufa” es su vivero, pionero en Andalucía en el cultivo de plantones de árboles inoculados para la producción de trufa y que son utilizados para la reforestación del campo.
“Se desconoce que el origen de la trufa está en Andalucía y que tiene una potencialidad enorme para su cultivo”, cuenta esta emprendedora que conoce bien cómo tras la época de las glaciaciones, en la región andaluza quedó “la reserva de trufa que, al retirarse los hielos, fue avanzando hacia Europa. La trufa que encontramos hoy en Francia o Italia parte de Andalucía”.
Y es precisamente ese origen del que toma el nombre su empresa www.elorigendelatrufa.com. “Vi el potencial trufero que tenía Andalucía y que no estaba explotado”, recuerda al explicar que su apuesta pone la biotecnología al servicio del vivero, sus conocimientos precisos sobre los hongos para poder constituir esa relación simbiótica entre la trufa y la planta, que posteriormente tendrá una producción durante una media de 40 años.
Especies autóctonas como productoras de trufa
Desde su vivero en Priego de Córdoba produce los plantones de especies autóctonas mediterráneas como la encina, el quejigo o el avellano, a los que tras un delicado proceso en el laboratorio, inocula en sus raíces el hongo de la trufa, que quedará asociado ya de por vida al árbol. En un período de entre 12 a 24 meses, el plantón estará listo para ser trasplantado al campo, para reforestar terrenos y, a la vez, tener producción trufera.
“Yo me siento muy realizada en mi trabajo porque es el paradigma de la producción. Tú colocas en el campo una planta que ambientalmente es autóctona y que refuerza las repoblaciones forestales, pero al mismo tiempo estás aportando un valor económico muy grande con la trufa”, explica Elena Pulido.
Así, “en vez de degradar el campo y el monte para obtener una producción, lo estás beneficiando repoblándolo con estos árboles y al mismo tiempo obteniendo la trufa”. Esa es la clave de su empresa, que actualmente produce árboles que distribuye a fincas de Andalucía pero también de otras comunidades como Aragón o Valencia.
Con sólo cinco años como empresaria, Pulido tiene claro que la producción de trufa “es un recurso que no tiene explotado Andalucía” y cree necesario que se difunda su potencialidad. “El agricultor tiene que saber que en Andalucía, además de aceite, se puede producir trufa. Porque además hay un ecosistema especial, de terreno calizo, a cierta altitud, con ciertas pluviometrías, donde el olivo ya se resiente, que es el apropiado para el cultivo de la trufa a partir de árboles de especies autóctonas”, afirma.
Y es que, en su opinión, la truficultura “se presenta como una alternativa total a todos los cultivos marginales que ya no son productivos, como los olivares de sierra por ejemplo. Ahí precisamente, en zonas calizas y a cierta altura es donde mejor van estas plantas”, señala la experta.
Servicio de asesoramiento personalizado
Además de la producción propia de las plantas en su vivero para repoblar fincas, Elena Pulido también ofrece otros servicios asociados como es el asesoramiento técnico sobre el terreno a sus clientes para encontrarlas mejores condiciones de cultivo, con un estudio del terreno, un análisis dels ustrato y las condiciones ambientales de la finca.
A ello se une también la venta de perros adiestrados especializados en la búsqueda de trufa, animales que detectan en superficie el lugar donde bajo tierra crece este fruto y lo señalan de manera muy precisa, para que el agricultor sólo tenga que recolectarla con el menor impacto sobre las raíces del árbol, que mantendrá su producción durante años.
El modo de recolección de la trufa y el uso de la herramienta que se debe utilizar –el machete trufero- forman parte también de ese asesoramiento integral y personalizado que esta bióloga ofrece a sus clientes sobre el terreno, lo que la hace viajar de un lado a otro de España.
Formada y experimentada durante años en la micología, Elena Pulido ha conseguido que su pasión por el cultivo de hongos y trufas sea ahora el motor de su proyecto empresarial. “Todos los comienzos son duros pero me siento satisfecha por mi decisión”, dice al recordar “El Origen de la Trufa” y haber puesto en él sus miras de futuro.
Elena Pulido es una bióloga cordobesa que durante cerca de veinte años realizó trabajos sobre micología para distintas entidades y administraciones públicas. Con el inicio de la crisis, en 2008, llegó también su carta de despido y ella la transformó en la oportunidad para crear su propia empresa: “El Origen de la Trufa” es su vivero, pionero en Andalucía en el cultivo de plantones de árboles inoculados para la producción de trufa y que son utilizados para la reforestación del campo.