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Crónica de una Prostitución Aliada

Cecilia González Rodríguez

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El 2 de Junio de 2018 se cumplían 43 años desde que más de 100 prostitutas de Francia ocuparan pacíficamente la Iglesia de Saint-Nizier de Lyon, para hacer eso que las putas hacen cuando no están trabajando o viviendo: reivindicar respeto y derechos.

Se dice pronto: “43 años”, “100 putas”, “derechos”.... Se tarda un poco más en conseguir las cosas, pero siempre vienen de las alianzas.

Un fin de semana de reivindicar derechos y respeto cierra con un auge en las posturas prosex dentro del feminismo, un sindicato de prostitutas en Barcelona y la puesta en escena de las alianzas nacionales e internacionales de las putas en varios lugares, entre ellos Sevilla, donde el Colectivo de Prostitutas de este mismo lugar trabajó en unas jornadas abiertas para la visibilización de las necesidades y reclamos de estas trabajadoras.

“Sin Putas no hay Feminismo” manifiestan en alguno de sus slogans. Y no es extraño con el preludio de un 8M histórico que nos puso a todos en el contexto de que, verdaderamente, se necesita un cambio profundo en lo social y en lo político si queremos sentir que el mundo es un lugar más justo y “somos dignas de todos nuestros derechos”.

“Las Putas piden paso, no Permiso” era el título de las jornadas. Me toca hablar de Sevilla porque trabajo con su Colectivo de Prostitutas y, va spoiler, aún no se reconocen las prostituciones como parte del sector servicios, así como los derechos laborales derivados de su ejercicio, pero ya parece que mucha gente ha entendido como compleja -y profunda- la realidad de las putas, ¡y no sólo eso!, además casi todas las facciones, declaradas o no feministas, han podido aprender a distinguir Prostitución y Trata de Personas. Felicidades por la parte que a cada cual toca ;)

Putas y aliadas de varios géneros se dieron cita en distintos espacios de la ciudad bética entre el viernes 1 y el sábado 2 de junio, primero para tomar decisiones sobre su trabajo y hablar sobre las necesidades de las diferentes personas que ejercen la prostitución. Luego para abrir un debate y una comunicación con las distintas posturas más o menos ajenas al movimiento, y dentro del mismo.

No voy a negar que el tema remueve conciencias y feminismos, ni que aún hay quién no tiene clara la diferencia entre una opinión personal y un argumento para defender posturas. Tampoco quiero ahondar en la veracidad de algunos argumentos, porque estamos aquí para aprender. Pero, lo cierto es que, aunque la prostitución tenga que ver con el sexo, y el sexo nos asusta -y nos llama casi por igual-, es este un tema como otro cualquiera y se debe exponer para entender a las personas que, además de otra relación con él, trabajan en este sector.

Y esto es lo que ha querido el CPS, y la gente que, independientemente de su postura ideológica, ha hecho posible estas jornadas. Por eso estamos muy agradecidas. Agradecemos también la asistencia y la participación de las cabezas de cartel que ilustraron al público más variado con vivencias personales, profesionales e ideológicas, para defender y apoyar a las personas que ejercen la prostitución. Entre ellas, profesionales del trabajo sexual, y de otros ámbitos tan diversos como la antropología y lo jurídico, que combinan su compromiso por la defensa de los derechos con el estudio académico, para reivindicar juntos mejoras y derechos para todo el colectivo de trabajadoras del sexo.

Porque ¿qué ocurre a las personas que ejercen la prostitución?: lo mismo que a otros colectivos, pero principalmente que no poseen representación jurídica legítima por lo que, y más ante situaciones de abusos laborales, están desprovistas de una defensa contundente.

No es ningún secreto que una gran parte de la población española está inconforme (o indignada) con el sistema jurídico estatal: las últimas sentencias en materia de delitos contra la integridad física han sido detonantes. Y, aunque estemos apaciguados por la reciente declaración judicial pública sobre los delitos de corrupción, esto nos lleva a todos a las mismas conclusiones que tiene el colectivo de Prositutas de Sevilla: algo debe cambiar para que tengamos las oportunidades que nos merecemos, nunca en detrimento de la calidad de vida del prójimo.

Las putas han pedido espacio y voz para explicarnos: primero, que son diversas, y están en lugares diferentes por causas múltiples; son diversas porque hay más géneros que el femenino y también varias orientaciones sexuales e ideológicas. Ocupan lugares tan grandes y abstractos como la calle e internet, y tan pequeños como los pisos o clubes.

El camino que llevó a estas personas a su vida actual no es motivo de reprobación ni de juicio; sí lo es el contexto de discriminación y los abusos que ocurren a causa de la ceguera social bienintencionada. Las putas nos están diciendo básicamente que dejemos de sacar conclusiones psico-socio-patológicas sobre sus vidas, y que sólo trabajando en conjunto, y con los ojos abiertos, podemos resolver las injusticias y la necesidad de garantías en materias de derechos.

Las putas están tan extendidas y son tan transversales como sujetos políticos, que suponen uno de los pilares para acabar con la trata de personas en general, y con fines de explotación sexual específicamente.

Conocen los clubes y las trampas burocráticas de sus dueños y de la burocracia misma. Ejercen un servicio que, como otros, tiene que ver con cosas tan importantes como la salud y el ocio. Debido a esto (y a más cosas) es difícil pensar que la prostitución sea un vestigio predispuesto a desaparecer.

No hay más spoilers, porque estos derechos son un futuro cercano. Y en el presente el Colectivo de Prostitutas de Sevilla sólo quiere dar de nuevo las gracias, por participar, por venir, al público y a lxs compañerxs de Barcelona, Madrid, Canarias, Argentina y… paro porque esto parece una canción de Gente de Zona.

“¡Zorroridad!”, claman en llamamiento de una hermandad Puta que están consiguiendo con varios colectivos de España; disidentes, transexuales, queers; normales y anormales, todos queremos respeto y derechos.

Lo mismitico que lxs trabajadorxs del sexo.

Cecilia González Rodríguez es antropóloga y activista por los derechos de las personas que ejercen trabajo sexual

El 2 de Junio de 2018 se cumplían 43 años desde que más de 100 prostitutas de Francia ocuparan pacíficamente la Iglesia de Saint-Nizier de Lyon, para hacer eso que las putas hacen cuando no están trabajando o viviendo: reivindicar respeto y derechos.

Se dice pronto: “43 años”, “100 putas”, “derechos”.... Se tarda un poco más en conseguir las cosas, pero siempre vienen de las alianzas.