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OPINIÓN | 'Pesimismo y capitalismo', por Enric González

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José Aurelio Aguilar Román

Senador por Málaga —
12 de mayo de 2022 08:43 h

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Estoy avergonzada por irme sin cerrar antes todos los refugios de mujeres maltratadas. Me avergüenza que la sociedad no les pueda garantizar la integridad en sus propias casas

Estas fueron las palabras de la gran Carmen Olmedo, en su despedida como directora del Instituto Andaluz de la Mujer, cuya creación ella misma impulsó, y que se recogen en un cuidado libro de homenaje recientemente publicado.

Esas palabras, pronunciadas hace más de 20 años, tienen hoy más vigencia que nunca. Y no solo porque la lacra de la violencia machista siga golpeando casi a diario nuestra conciencia como sociedad sino, lo que es más grave, porque se está impulsando un discurso negacionista de la violencia machista que finalmente deja a las mujeres más solas, más desamparadas, más desprotegidas.

Desde las derechas se ha puesto la diana sobre el movimiento feminista, convirtiéndolo en foco de inaceptables ataques

Desde las derechas se ha puesto la diana sobre el movimiento feminista, convirtiéndolo en foco de inaceptables ataques, por dos razones: la primera, por identificarlo equivocadamente con un movimiento de izquierdas, ignorando que el feminismo es un movimiento transversal que concierne a todas las mujeres (y debía concernirnos a todos los hombres) en defensa de la igualdad. Feminismo es igualdad, algo tan simple, pero al mismo tiempo tan trascendente y transformador.

La segunda razón de los ataques de la derecha es menos ideológica y más pragmática. El feminismo se ha demostrado como el fenómeno social más movilizador en los últimos tiempos. Y lo que menos quiere una derecha que aspira sumar el Gobierno político al económico, que ya detenta, es una sociedad movilizada.

De la mano de mujeres como Carmen Olmedo, Amparo Rubiales, Chiqui Gutiérrez del Álamo y tantas otras, las justas reivindicaciones feministas empezaron a convertirse en normas jurídicas que garantizaban su aplicación

Andalucía fue, hasta la llegada de la derecha al Gobierno de la Junta, un ejemplo de políticas de Igualdad. De la mano de mujeres como Carmen Olmedo, Amparo Rubiales, Chiqui Gutiérrez del Álamo y tantas otras, las justas reivindicaciones feministas empezaron a convertirse en normas jurídicas que garantizaban su aplicación.

Desgraciadamente ha sido también aquí en Andalucía donde las derechas han empezado el trabajo de demolición de lo que desde el feminismo se construyó. Y lo han hecho bien a la manera obscena e insultante de Vox, bien a la manera sibilina y entreguista del PP de Moreno Bonilla.

Aquí hemos tenido que soportar a los dirigentes de la ultraderecha insultar a las mujeres que simplemente trabajan cada día por la igualdad y por crear una red de protección a las mujeres más vulnerables. Calificar de “chiringuitos” a las asociaciones de mujeres o “chochocharlas” a sus reuniones (como lo hizo un senador de Vox en el Pleno de la Cámara alta) son expresiones tan despreciables como los que las pronuncian.

Pero lo realmente grave es que el PP de Moreno Bonilla se haya sumado también a este ataque al feminismo en Andalucía. La reducción, cuando no la eliminación de las ayudas a las asociaciones de mujeres, la asunción del discurso negacionista de la violencia machista intentando diluir esta lacra social en la “violencia intrafamiliar”, a la que se destinan recursos sin sentido, o la falta de atención de Moreno Bonilla al Consejo Andaluz de Participación de las Mujeres, al que no ha asistido ni una sola vez en toda la legislatura pese a presidirlo... Son algunos ejemplos de cómo el PP ha vendido derechos y logros de las mujeres andaluzas con tal de garantizarse el apoyo de Vox.

Pero si hasta hemos tenido que ver cómo la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, de Ciudadanos, sufría despiadados ataques de VOX mientras Moreno Bonilla hacía lo que mejor sabe hacer: ponerse de perfil en lugar de defender a su Consejera

Pero si hasta hemos tenido que ver cómo la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, de Ciudadanos, sufría despiadados ataques de VOX mientras Moreno Bonilla hacía lo que mejor sabe hacer: ponerse de perfil en lugar de defender a su Consejera.

El problema de Andalucía no es Vox, el problema de Andalucía es que Juanma Moreno Bonilla ha claudicado y se ha dejado arrastrar por Vox con tal de alcanzar la Presidencia.

Una vez más les va a tocar a ELLAS echarse la carga sobre sus espaldas y salir a combatir esta locura de política testosterónica que pretenden imponernos. Y en Andalucía sabemos bien qué significa que las mujeres se echen a la espalda su casa, su familia y todo lo que haga falta para sacarlos adelante.

Por ELLAS, por el futuro de sus hijas y nietas, por tanto que sus madres y sus abuelas sufrieron y lucharon, estoy seguro de que el 19J las mujeres de Andalucía dirán hasta aquí hemos llegado. El tándem PP-Vox no sabe lo que son y lo que pueden las mujeres de Andalucía.

Estoy avergonzada por irme sin cerrar antes todos los refugios de mujeres maltratadas. Me avergüenza que la sociedad no les pueda garantizar la integridad en sus propias casas

Estas fueron las palabras de la gran Carmen Olmedo, en su despedida como directora del Instituto Andaluz de la Mujer, cuya creación ella misma impulsó, y que se recogen en un cuidado libro de homenaje recientemente publicado.