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El campo andaluz se moviliza este miércoles contra el 'tarifazo' de la electricidad

Las compañías eléctricas han conseguido algo poco común en el medio rural: que todas las organizaciones agrarias y de regantes hagan un frente común, sin fisuras, para protestar por la subida de las tarifas eléctricas. Este miércoles tomarán las calles de las capitales de todas las comunidades autónomas. En Andalucía será Sevilla el escenario de una movilización para reclamar una revisión a la baja de facturas que están estrangulando al sector agrario.

La propia consejera de Agricultura, Elena Víboras, se ha posicionado del lado del sector agrario de regadío al recomendar al ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, que dé “un puñetazo en la mesa con respecto al ministro de Industria [José Manuel Soria]” porque “así no se puede trabajar”. Víboras ha recordado el “valor estratégico” del sector agrario y del regadío en particular “no sólo para Andalucía”.

La tabla de reivindicaciones de los regantes es extensa. Piden sistemas tarifarios que tengan en cuenta la temporalidad de su trabajo: en un año lluvioso, como el actual, tardarán en activar los equipos para bombear agua. Quieren pagar el máximo de potencia contratada sólo durante los meses de riego real y, el resto del año, reducir ese contrato a las necesidades de mantenimiento de la comunidad. Eso, necesitaría que se les permitiera cambiar la tarifa en dos ocasiones al año: una al comienzo de la temporada de riegos y otra al final.

También piden que se favorezca el uso de energías renovables generadas en la comunidad, de modo que puedan obtener ventajas por generar parte de la energía que consumen, un aspecto que ha desaparecido con los incentivos a las renovables. Además, creen que es viable que se les aplique, en la factura de electricidad, un IVA reducido como el que se reconoce a otros sectores productivos. También, como en otros sectores productivos, consideran viable una rebaja fiscal en el impuesto asociado al consumo de energía.

Hasta ahora, la respuesta del Gobierno ha sido que “está estudiando” la aplicación de una fórmula exclusiva para que los regadíos tengan un contrato adaptado a su patrón de consumo. Esa fue la respuesta del ministro Arias Cañete a una pregunta parlamentaria. Aseguró mantener “un diálogo permanente” con los representantes de los regantes y con el Ministerio de Industria.

Un tercio de la superficie cultivable, de regadío

Hasta 2008, los regantes tenían una tarifa específica a la hora de contratar la potencia de cada explotación. Al desaparecer se produjo la primera subida, pero entonces la consideraron asumible aunque en muchos casos multiplicó por cuatro su factura. Las subidas de 2012 y, sobre todo, la del pasado mes de agosto han supuesto un aumento de la factura de la luz de un mil por cien. Hasta el 1.500 por ciento en muchos casos. De ese modo, según los datos que maneja Feragua –la federación andaluza que forma parte de la nacional Fenacore, convocante de las movilizaciones- la electricidad representa el 40 por ciento de los costes del agua de riego.

En Andalucía hay 1,1 millones de hectáreas de cultivos de regadío, lo que representa en torno a un tercio de la superficie cultivada. Son cultivos que requieren mano de obra, por lo que generan 220.000 empleos en Andalucía, el 70 por ciento de los que oferta el campo. Con los sucesivos planes de mejora, unas 700.000 hectáreas han modernizado sus instalaciones para rebajar el consumo de agua. El aumento de la factura eléctrica pone en peligro su viabilidad.

Los regantes cuentan con la potencia contratada y el canon de riego como gastos fijos que tienen que pagar, aunque no rieguen. Es precisamente en la potencia donde se ha producido el incremento. Sin embargo, para ahorrar costes muchos de ellos han reducido el tiempo de riego para intentar abaratar la única parte de la factura que pueden controlar: el consumo de electricidad.

Aún así, tanto las organizaciones agrarias como las de regantes coinciden en que eso, a la larga, sólo consigue reducir la producción y, por tanto, rebaja la competitividad de las explotaciones. Esto puede provocar un progresivo abandono de cultivos en los que se está reduciendo el margen de beneficio por el aumento de los costes de producción asociados a la electricidad.

La consejera de Agricultura ha pedido al ministro que actúe “de manera tajante, dura” porque los agricultores “ya no pueden aguantar más” con estas tarifas. El sector se lo va a recordar al ministro, este miércoles, en la calle. Esta es la primera movilización que han anunciado. No será la última si no se atienden sus reivindicaciones.