La provincia de Almería es la única de Andalucía que no ha actualizado su convenio colectivo del campo. Sindicatos y patronal llevan negociándolo desde hace más de un año, ya que el anterior tenía una duración prevista de cuatro años (1 de enero de 2012- 31 diciembre de 2015). Este convenio, firmado en 2013, se ha ido prorrogando año a año, hasta que finalmente se llegue a un acuerdo, lo que no parece que se vaya a producir en breve, ya que según los sindicatos “está unoco parado”, a pesar de que ha habido momentos en los que parecía que estaba todo cerrado.
Pero, ¿qué supone que no se firme un nuevo convenio? En términos generales supone que se mantienen las mismas condiciones que las establecidas para ese periodo, mantenimiento de salarios con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo, o la necesidad de adaptación a nuevas circunstancias del mercado de trabajo. Cuando se firma el nuevo convenio se recoge el pago de atrasos con retroactividad, pero ¿qué hacer con aquellos trabajadores eventuales que ya no trabajan para ese empresario?
Hace unos días, la organización agraria UPA-A proponía un convenio regional del campo. Así se lo hacía saber el secretario general de UPA Andalucía, Miguel Cobos, al secretario general de UGT-FICA Andalucía (Federación de Industria, Construcción y Agro), Manuel Jiménez. Este convenio, según UPA, debería recoger aspectos como establecer medidas de productividad; prevención de riesgos laborales, regulación de la jornada para evitar el estrés térmico; utilización de mejoras técnicas disponibles; implementar un Plan de Igualdad que garantice iguales salarios y condiciones laborales, así como igualdad de oportunidades en el acceso a cargos de mayor responsabilidad y mejor remunerados; y una mejora salarial que equilibre el salario en todas las provincias andaluzas.
UPA además aseguraba que la negociación de este convenio se debe de llevar a cabo por las tres organizaciones profesionales agrarias más representativas y los sindicatos mayoritarios. Algo que parece de lógica pero que no es tan fácil que ocurra, ya que, en los convenios sectoriales provinciales, pueden participar en la negociación los representantes de los trabajadores y de los empresarios que alcancen el 10% de representatividad, pero puede ser firmado por un solo sindicato u organización si ostentan la mayoría en la provincia.
El caso de Sevilla
El último ejemplo es el recién firmado convenio del campo de Sevilla. No ha sido fácil que vea la luz. Huelgas, protestas, marchas, y al final sólo ha sido rubricado por Asaja, organización agraria mayoritaria en la provincia, y por el Sindicato Provincial de Industria de CCOO de Sevilla, que tenía 8 de los 12 puestos reservados para la representación social en la negociación. Tras la firma se han producido las consiguientes protestas de UGT y de UPA.
Este convenio, al que más trabajadores del campo afecta de Andalucía, entre 120.000 y 140.000 trabajadores, tiene vigencia desde el 1 de enero de 2017 hasta el 31 de diciembre de 2021. Establece una subida salarial para cada uno de los cuatro ejercicios del 1,25%, de forma que cuando finalice la vigencia del convenio, 2021, el salario medio diario de un trabajador del campo en Sevilla se situará en 51,31 euros con una jornada semanal de 39 horas.
La federación del campo de UGT-Sevilla asegura que su firma ha costado más de 200 euros a cada trabajador en forma de huelga de cuatro días y marchas del campo. Además, afirman que se pierden derechos adquiridos en el anterior convenio, como son los quince minutos del bocadillo, un tiempo que ahora no se cuenta como tiempo de trabajo, y van por cuenta del jornalero. Era “una de las líneas rojas de la negociación”. Estos quince minutos suponen además una pérdida retributiva del 3,8% frente a la subida salarial del 1,25% por año.
En este sentido, critican que CCOO haya firmado el Acuerdo Estatal de Negociación Colectiva donde hay un compromiso de aplicar la subida salarial de cerca del 3% y sin embargo, incumplen puntos fundamentales como firmar un convenio por debajo del 2% o el salario mínimo de los 1.000 euros. También se acaba con la obligatoriedad de la firma del contrato, puesto que no firmar el contrato físicamente hasta la cuarta semana “permite el fraude en el campo de forma descarada”.
Desde UPA Sevilla van más allá y no solamente lamentan que no se hayan tenido en cuenta en las negociaciones a organizaciones agrarias con plena representatividad en la provincia, como son COAG y UPA, sino que “la actitud que está teniendo Asaja Sevilla ha sido en todo momento obstruccionista con un posicionamiento de oposición a la participación en la Comisión Negociadora del Convenio Colectivo”, según el secretario general de UPA Sevilla, David Gil. Consideran que no ha existido una negociación plena en la comisión negociadora, que se entiende que la comisión no ha quedado válidamente constituida y que dicha exclusión lesiona el derecho a la negociación, por lo que debería ser declarado nulo.
Aún así, en líneas generales los convenios colectivos del campo en las provincias andaluzas son buenos, según ha explicado a eldiario.es/andalucia el secretario Sectorial Estatal de Agrario y del Manipulado Hortofrutícola UGT-FICA, Emilio Terrón. El problema es el grado de cumplimiento de estos convenios por parte de la patronal. Como el obligar a trabajadores a trabajar a destajo, lo que está prohibido en los convenios (con contadas excepciones como es el caso de Bujalance en Córdoba). El no realizar contratos por escrito para los que trabajan más de un mes, ya que a los 28 días dan de baja a los trabajadores, y los vuelven a contratar de palabra días después. O las situaciones de abuso que se están produciendo con empresas temporales de servicios.
Los salarios más bajos, en Huelva
El convenio en la provincia de Huelva, que afecta a unos 80.000 trabajadores, está en plena negociación. Firmado en julio de 2015 por Asaja, CCOO y UGT, tenía vigencia desde el 1 de enero de 2015 hasta el 31 de diciembre de 2017. En la negociación se apuesta por más medidas de igualdad, especialmente tras las últimas denuncias de abuso sexual y laboral a mujeres durante la campaña de la fresa.
Huelva cuenta con los salarios más bajos de Andalucía en este sector para una jornada laboral de 39 horas semanales. Y cuenta también que en tiempo de campaña de recogida de productos perecederos (15 febrero al 1 de junio) el domingo se considera laborable.
Un peón no cualificado fijo cobra al día en torno a 24 euros. Uno eventual cobra 28 euros; si es eventual vareador en la campaña de la aceituna, unos 38,6 euros diarios. Los sueldos más altos que recogen las tablas salariales del convenio para 2017 son para los eventuales sacadores de corcho, 54,8 euros diarios, o la recolección del espárrago, 42,9 euros. Estos sueldos son, en parte, la culpa de que se busquen trabajadores para la recogida de la fresa en otras provincias como Jaén.
Uno de los puntos curiosos, por no aparecer en otros convenios del sector en Andalucía, es que se establece que todos los trabajadores fijos con hijos en Enseñanza Primaria y 1º y 2º de E.S.O. tendrán derecho a percibir la cantidad para el 2016 de 64,42 euros anuales por hijo y 90,32 euros anuales por hijo cuando cursen estudios de 3º y 4º de E.S.O., Bachillerato, F.P.
La vigencia de los convenios de Jaén, Granada, Málaga y Cádiz finaliza este año 2018. Se trata de provincias diversas en cuanto a los cultivos y que también presentan algunas características particulares en sus convenios.
En el caso de Jaén, se trata de uno de los mejores convenios de Andalucía, con los salarios más altos. El último convenio, con cuatro años de vigencia entre 2014 y 2018, se firmó el 1 de diciembre de 2014, por parte de Asaja, UPA, la Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ), CCOO y UGT. El anterior convenio tenía vigencia hasta septiembre de ese año 2014.
Por primera vez en el convenio del campo de la provincia se recogía de forma expresa la igualdad de la mujer en su acceso y salarios. Una reivindicación antigua de ambos sindicatos, porque aunque parece evidente la igualdad de la mujer tras conseguir que se pagara el mismo sueldo, son muchas las denuncias a empresarios que prefieren no contratar a mujeres o hacerlo sólo si van acompañadas de un hombre.
El convenio afecta a unos 100.000 trabajadores, principalmente durante la época de la campaña de la recolección de la aceituna y ha estado vigente en las campañas de recogida de aceituna 2014-2015, con una subida salarial del 0,6%, unos 30 céntimos de euro por jornal. En la campaña 2015-2016 y 2016-2017 estaba previsto el incremento del IPC, con un suelo del 0,4% y un techo del 1%, lo que supuso una subida media de 20 céntimos de euros por jornal en 2015. En la campaña 2017-2018, la subida ha sido del 1,4 %, lo que supone una media de 70 céntimos de euros por jornal.
Así, un vareador en recolección de aceituna ha cobrado según convenio 51,77 euros por jornal; en el caso de utilizar vara mecánica, el jornal ha sido de 54,10 euros y en el caso de tractoristas, el salario era de 54,86 euros al día. Los horarios son de seis horas y media diaria, con derecho a descansar 15 minutos con cargo a la empresa.
El convenio de Granada afecta a unos 26.000 trabajadores. Publicado en noviembre de 2017, tiene una vigencia de tres años entre el 1 de enero de 2016 y el 31 de diciembre de 2018. Establece una jornada laboral de 39 horas de lunes a viernes. Recogía subidas salariales del 2,5% para el 2017 y del 2,5% para el 2018. Fue firmado por Asaja, Coag, UGT y CCOO. Recoge artículos sobre discriminación laboral y acoso.
El convenio de Málaga afecta a más de 35.000 trabajadores y fue firmado por CCOO, UGT y Asaja. Tiene una vigencia de tres años (2016-2018), en el caso de la aceituna se mantiene hasta el fin de la campaña en 2019. Establece subidas salariales del 1,5% para el 2016 y 2017 y del 1,2% para el 2018. La jornada laboral es de 39 horas semanales, de lunes a sábado seis horas y media y siete horas con 48 minutos de lunes a viernes. Vacaciones de entre 22 y 26 días.
El salario medio diario es de unos 43 euros para no cualificados. En el caso de la recogida mecanizada de la aceituna, el salario medio diario es de 47 euros de lunes a sábado y 56 euros de lunes a viernes. Según el convenio debería comenzar a negociarse el próximo en octubre de este año.
El convenio de Cádiz se firmó en julio de 2016 por CCOO, UGT y Asaja. Tiene una vigencia de tres años hasta el 31 de diciembre de este año. No se recoge en este texto los trabajos en las viñas que tienen convenio propio. Son 39 horas semanales de trabajo, aunque en determinadas faenas no pueden exceder las 38 horas semanales, como es el caso de la carga de melones y sandías, la recolección de patatas y remolachas, la recolección con guadaña, los trabajos en interior de invernaderos, descarga de mercancías o la aplicación de fitosanitarios. Se recogían subidas salariales del 0,5% en 2016, 0,7% en 2017 y 0,8% en 2018. La única referencia a la igualdad que se hace en el convenio se encuentra en las disposiciones finales y es para decir que “independientemente de las expresiones, masculino o femenino, no significan en caso alguno discriminación de género”.
El convenio de Córdoba, que afecta a unos 70.000 trabajadores, se firmó en 2017 y tiene vigencia hasta el 2020. Fue firmado por Asaja, Coag, UGT y CCOO. Establece aumentos salariales del 1% para el 2017; 1,4% para 2018 y 2019; y el 1,5% en 2020. El principal incremento se refiere a las horas extraordinarias (un 40%). Se establece un descanso anual de 26 días. La jornada laboral es de 39 horas semanales de lunes a sábado. Seis horas y media con 15 minutos de descanso para el bocadillo por cuenta del trabajador. El salario medio diario de un recolector en la aceituna es de unos 43 euros, entre 5 y 10 euros menos que en provincias como Jaén, Granada y Sevilla. En cítricos es de unos 48 euros.
Andalucía, mayor potencia agraria de España
En conjunto, Andalucía presenta ocho convenios diversos con coincidencias y particularidades. Unos textos a tener muy en cuenta en la mayor potencia agraria de España, donde la actividad agraria es la principal fuente de empleo en la mitad de los municipios andaluces. Con más de 5.000 agroindustrias, y más de 270.000 familias vinculadas a la agricultura. La comunidad cuenta con 771 municipios, muchos de ellos dependientes directamente del campo y la ganadería. De los casi 4,5 millones de habitantes rurales, casi la mitad (49,8%) son mujeres y el 45% son menores de 35 años.
Parte fundamental en este entramado agrario son los trabajadores y la lucha agraria en la historia. Donde a pesar de la necesidad de seguir avanzando, especialmente en el cumplimiento de los convenios, se ha avanzado mucho.
No hay que olvidar que, en 2019 se cumplen cuarenta años de la firma del primer convenio provincial del campo en Almería. El acuerdo, al que se llegó tras varios días de huelga, se rubricó en Cuevas de Almanzora y afectaba a unos ochocientos trabajadores. Se fijaba una jornada laboral de siete horas diarias, frente a las diez o doce que se daban entonces. Además se estipulaba un salario de 150 pesetas la hora para los hombres (90 céntimos de euros) y 146 pesetas (88 céntimos) para las mujeres y se estipulaban dos días de vacaciones por cada veinticuatro de trabajo.