Los equipos de rescate han encontrado una bolsa de chucherías en el pozo de un paraje de Totalán (Málaga) al que, según alertó su familia, cayó un niño de dos años y medio ayer a mediodía. Es el primer rastro que podría ser de Yulen, el niño desaparecido, al que siguen buscando más de un centenar de efectivos de bomberos, 112, Protección Civil y Guardia Civil. La subdelegada del Gobierno en Málaga, María Gámez, ha insistido esta mañana en que siguen valorándose distintas opciones de rescate.
Yulen, un niño de la barriada malagueña de El Palo, cayó a un pozo de unos 100 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro mientras jugaba en este paraje de la sierra de Totalán, a donde su familia había acudido para pasar el domingo. En torno a las dos del mediodía sus padres y los servicios de emergencia dieron el aviso, y se movilizó un dispositivo de rescate que ha trabajado durante toda la noche. Un familiar dijo haber visto cómo el niño se colaba por el pozo.
El rescate es complejo por la estrechez del pozo y el hecho de que sus paredes no estén recubiertas, lo que aumenta el riesgo de desprendimientos. Desde el primer momento, los equipos de emergencias trataron de localizar al niño introduciendo una cámara en el pozo. Toparon con un fondo, una especie de tapón a 73 metros de profundidad, sin encontrar al niño. Sí han hallado, en cambio, una bolsa de chucherías y un vaso, según ha informado esta mañana María Gámez, subdelegada del Gobierno.
Gámez ha señalado en varias ocasiones que la dificultad del rescate obliga a valorar “todas las alternativas técnicas”, y estudiar todas las sugerencias y ofrecimientos externos que están llegando. “Nadie está preparado técnicamente exactamente para rescatar un cuerpo en un espacio tan estrecho, pero existe tecnología para acceder a sitios estrechos y profundos como es el caso, y toda se está teniendo en cuenta”. Esto incluye la posibilidad de perforar otro pozo a través del cual llegar al niño, según ha especificado Gámez a preguntas de los periodistas.
A mediodía, el portavoz de la Guardia Civil ha concretado las tres opciones con las que se trabajará en paralelo en cuanto estén disponibles: extraer la tierra del posible tapón a 73 metros; hacer un segundo pozo en paralelo desde el que acceder a la cavidad; y realizar una excavación a cielo abierto desde el lateral de la montaña.
Los equipos de rescate trabajan con un condicionante esencial: deben conservar el hueco para poder rescatar al menor, y por tanto cualquier manipulación debe hacerse con cuidado extremo. “Se trata no solo de llegar, también de conservar el hueco por el que realizar el rescate”, ha explicado la subdelegada. Este amanecer los equipos de rescate han retirado unos treinta centímetros de tierra del fondo, y han parado cuando han topado con material duro.
El pequeño cayó a un pozo de una finca privada cerca del Cerro de la Corona, en el municipio malagueño de Totalán. La familia había acudido allí a pasar la tarde del domingo. Los padres informaron a los servicios de rescate que escucharon el llanto del niño poco después de caer al pozo. La subdelegada no ha confirmado que el pozo estuviese sin señalizar. “Sólo barajamos la búsqueda, localización y rescate del niño”, ha asegurado el portavoz de la Guardia Civil cuando se le ha cuestionado por las posibles investigaciones abiertas.