Hablamos con Esperanza Oña, que ha dejado la alcaldía de Fuengirola (Málaga), después de más de dos décadas, para conservar el escaño de diputada en el Parlamento de Andalucía. La sentencia del Tribunal Constitucional (TC), avalando esta reforma de la ley electoral impulsada por la Junta de Andalucía para el régimen de incompatibilidades, le ha obligado a elegir y ha sido, de hecho, la única de los diputados del PP afectados que ha optado por el escaño.
Dejar la alcaldía era un escenario previsible. ¿Cuando se presentó su candidatura para la reelección a comienzos de septiembre tenía en mente permanecer en el Parlamento de Andalucía?
Sí, claro. Mi idea era seguir con las dos responsabilidades. Me parece interesante la vida parlamentaria. Me gusta muchísimo el debate y quería seguir con Fuengirola, que es como parte de mi vida. Llevaría 24 años si terminase la legislatura. Tendría que ser una persona insensible si eso no me hubiera creado unos afectos enormes. Mi idea era seguir compaginando ambas funciones.
¿Pero me imagino que en ese momento no tenía ninguna decisión tomada?
Sabía que eso podía pasar. El tiempo medio del TC para resolver es de en torno a los siete años, pero es verdad que esa espada de Damocles la tenía. Pensaba que para qué me iba a ocupar de esto en aquel momento, si no había pasado. Hay una anécdota que puedo contar. El día que tenía previsto hacerme el cartel electoral salió el teletipo del TC y por supuesto me quedé en blanco. Lo que hice fue anular la sesión fotográfica. Yo no creo en el azar, aquello no me pareció una coincidencia, sino más bien que era el momento de elegir bien y lo más correcto.
Su nombre siempre ha sonado como un posible relevo para dirigir el PP-A antes de que fuera nombrado Juan Manuel Moreno. ¿Sigue teniendo alguna aspiración?
Nadie me cree cuando digo que no. Es una pregunta que a veces me planteo por qué me la hacen , porque aunque la conteste nadie me cree. Yo lo que quiero es hacer bien mi trabajo y ahora igual. Me dedicaré con mucho más entusiasmo, involucrándome por completo en las tareas parlamentarias y espero que eso dé mucho de sí. ¿Significa que pienso que tiene que ser una especie de eslabón para llevarme a otro lado? No, yo soy muy del día a día y de hacerlo bien, no de proyectar en el futuro que no existe. También de cerrar el pasado, que tampoco existe: aquí, ahora y a hacerlo bien, que es la mejor forma de aportar al proyecto en Andalucía.
¿No dio el paso al frente al tantear que sus apoyos no eran suficientes para optar a la presidencia del PP-A?
Mucho antes de abrirse este proceso yo ya hablé con Javier Arenas, cuando aún era presidente regional. Si esto fuera mentira él podría decirlo. Le dije que no tenía la ambición de ser candidata a las próximas elecciones. Yo sabía que él se iba. También hablé con Juan Ignacio Zoido y le trasladé lo mismo. También con Elías Bendodo. Si alguien me ha planteado en Madrid que yo era una candidata adecuada también les dije que no tenía esa intención. Es lo que puedo decir y sé que es dificilísimo creerlo, pero es verdad que es así. No siempre tienes una ambición de llegar más alto; a lo mejor la ambición es ser la mejor en lo que haces.
¿Que posición tiene con respecto a la oferta de pacto hacia el PSOE para frenar a Podemos en Andalucía?
Me parece que lo primero que tenemos que resaltar es que el PP aspira a gobernar en solitario en Andalucía para poder aplicar otras políticas. Si eso se viera dificultado, o fuese imposible, por la irrupción de Podemos, creo que la propuesta de pacto que ha hecho es sensata, desde el momento que nos refleja la pretensión de equilibrio, seguridad, estabilidad para los andaluces y las inversiones. En definitiva para que la normalidad sea lo habitual en Andalucía.
¿Qué le ha parecido la negativa de Susana Díaz a aceptar el ofrecimiento?
Me parece mal que ya haya descartado esa posibilidad, cuando precisamente ellos no pueden presumir de los buenos resultados que ofrece su gobierno al progreso y a la sociedad andaluza. Creo que el PP ha hecho un ejercicio de responsabilidad buscando estabilidad y seguridad para los ciudadanos. Sin embargo, el PSOE ejerce la prepotencia, la arrogancia además de la irresponsabilidad. Si tuviera que llegar el caso de hacer ese pacto nos debería servir a todos para iniciar una regeneración política y captar el mensaje.
¿Le ha sorprendido ese rechazo tan tajante, a pesar de su postura frente a Podemos?
Teniendo en cuenta que vive exclusivamente de las fotografías y de las frases que le dicen sus asesores, es una mujer vacía de contenido político, creo que lo que ha hecho es un ejercicio de arrogancia. Habrá considerado que de cara al marketing le viene bien ir de suficiente, pero evidentemente no va a ser suficiente, tal y como van las cosas, el respaldo que tiene el PSOE para gobernar Andalucía en solitario. Entonces tendría que plantearse si prefiere un pacto con el PP o con Podemos, porque no va a tener otra alternativa si las cosas siguen como se plantean a día de hoy.
¿Cómo ve desde su posición los casos de corrupción que se están produciendo en su partido? Sobre todo imputados que no dimiten, que no dejan el acta y a los que Génova no consigue forzar a abandonar.
Lo que está sucediendo me parece una indecencia, una ofensa a todos los ciudadanos y una inmoralidad, algo totalmente inadmisible. No entiendo las dudas ni que se tarde en reaccionar. Tampoco entiendo que la reacción no sea contundente, ni que no nos ocasione desprecio. Tampoco que se tomen medidas inmediatamente. Cuando yo veo en el PP que tardamos en tomar decisiones o en ser más contundentes me pregunto por qué. No vamos a sacar nada bueno de esa lentitud y no me refiero al PP, me refiero a España. O se reacciona de forma inmediata con contundencia y dureza con las personas corruptas que están en política, o verdaderamente el sistema se puede venir abajo y vamos a pagar las consecuencias todo el mundo. El otro día decía en un tuit que si no se reacciona con dureza frente a la corrupción veo el sistema democrático en peligro y no soy una persona pesimista ni alarmista.
¿Peligro por algún motivo especial?
Estoy pensando en algo que unos nombran y otros no nombran.
¿Se refiere a Podemos?
Sí, a un grupo que nadie sabe qué ideología tiene, aunque la sospechamos. Que no tiene programa político, que sólo conocemos la cara de cuatro pseudodirigentes del grupo y que vienen defendiendo a Venezuela, comprendiendo a la ETA y cuestionando la propiedad privada no puede ser el futuro que España necesita. Eso está claro, aparte de que irían en contra del propio sistema que todos nos hemos concedido, que sí es un garante de las libertades. Esto de que no se cuestione a la ETA o que se le comprenda a mí me parece que es suficiente para que este grupo estuviera desactivado ante la opinión pública. Los partidos tradicionales están desencantando a la opinión pública y por desesperación recurren a lo que nunca en la vida en condiciones normales habrían recurrido.
¿Cómo ve entonces el auge de Podemos en las encuestas?
Lo considero populismo, mucha mentira y tremendamente engañoso y peligroso. Sobre todo irreal. Todo el mundo va a tener sueldo, casa, pensión pero no te explican de dónde, cómo y a quién se le quita. Es un engaño perfectamente organizado por unos cuantos. Creo que esa es la opinión de muchísimos españoles. Lo peor es que a ese grupo se le le ha creado desde lo que hasta ahora conocemos. Son las consecuencias de una actuación permisiva o poco eficaz de los partidos tradicionales. Creo que en la corrupción estamos fracasando absolutamente todos. Todos estamos salpicados de corrupción y ninguno ha sido todavía capaz de decir que va a abanderar la lucha contra la corrupción con una serie de medidas fulminantes. Los corruptos siempre pueden aparecer, pero si saben que la respuesta va a ser inmediata tal vez no tengan ninguna tentación de meterse en política.
¿Dónde establecería usted los raseros a la hora de destituir a un imputado, en qué fase?
Todo depende de si está imputado por corrupción. Hay personas que las imputan y son tan inocentes como un recién nacido, porque cuando van a declarar se les dice que no tienen culpa. Sentenciar a una persona antes de que tenga un juicio me parece una barbaridad. No sé dónde está la línea roja.
¿En el auto de procesamiento?
A lo mejor eso podría ser, o incluso antes. A mí me da la impresión de que cuando hay una trama organizada de corrupción (un corrupto suelto puede salir pero no es un peligro para el sistema) el peligro es la trama que se organiza hasta casi con el beneplácito de los partidos, que no digo que eso sea así. Cuando existe una trama organizada, por ejemplo en Andalucía lleva diez años y en el caso del PP puede también llevar años, con lo último que se ha descubierto algo se ha tenido que oír antes y alguna sospecha tiene que haber. Me pregunto por qué no se hacen investigaciones internas dentro de los partidos. Habría que investigar ante la mínima duda. Yo lo que no voy a tolerar es que alguien a mi alrededor no tenga un comportamiento impecable. ¿Nadie sospechó nada en los ERE o en la operación Púnica? Es en ese momento cuando habría que actuar sin tener que llegar al imputado, al auto de procesamiento o al juicio oral.
¿Cree que habría que hacer una reforma del Código Penal para endurecer penas relacionadas con la corrupción?
Yo soy partidaria de que los policías, los jueces y los cargos públicos tengan unas penas mayores que el resto de personas que no ostentan cargos financiados con dinero público. Tiene que haber un castigo superior. Aquí se hace un juramento de compromiso, y si se incumple debemos ser penalizados además por eso.
¿Tiene el PP-A algún problema de comunicación o de organización para llegar a la Andalucía rural de menos de 20.000 habitantes?
Que no llegamos a la Andalucía de menos de 20.000 habitantes es un hecho objetivo, luego evidentemente algún problema hay que nuestro mensaje no lo entienden seguro. Que no lo sabemos explicar, a lo mejor también. Ahí no se ha producido una relación entre el receptor y el emisor ni siquiera de una confianza razonable. Debo pensar que estamos fallando y ese problema lo tenemos. Yo iría más allá, creo que el PP en España entera, salvando excepciones, tiene un problema de comunicación. No hemos comunicado siempre bien. Nos basamos en que una buena gestión es más importante que una buena comunicación y si la primera no va acompañada de la segunda pierde muchísimos puntos ante la opinión pública. Tenemos que ser mucho más didácticos explicando las cosas y no lo hacemos. No todo el mundo tiene que ser experto en política.
Hay voces dentro de su partido que critican que Juan Manuel Moreno haga una oposición light con casos como los de los ERE, o los cursos. ¿Qué opina?light
Mi postura personal es que hay que ser implacables frente a la corrupción, todavía más si se trata de casos dentro de nuestro partido. Yo creo que lo que le pasa es que es muy difícil hacer una oposición muchísimo más dura porque no está dentro del Parlamento. Aunque parezca que no tiene importancia la tiene y mucha. El hecho de no estar en el Parlamento siempre nos va a dar una imagen un tanto más difusa, con un perfil menos concreto y verdaderamente esto es así.
Sería muy importante que pudiera estar en el Parlamento, pudiera hacer las preguntas a la presidenta y pudiéramos valorar mucho mejor su contundencia y lo fuerte que puede resultar, atacando determinadas actitudes o conductas. Es cierto que al estar fuera del Parlamento la imagen se difumina un poco y quien lo quiera negar se engaña.
¿Está de acuerdo con que el Parlamento viste poco y no sirve para nada?
Creo que lo que él quiere decir es que podría valer para muchísimo más y yo eso lo comparto. De hecho, por si sirve de algo, desde mi posición de vicepresidenta del Parlamento le he pedido al presidente que abra el Parlamento, que lo haga más cercano, que rote de alguna manera por las provincias. Creo que muchísima gente en Andalucía tiene poca idea de para qué sirve. Muchos ciudadanos siguen culpando de todo al presidente del Gobierno y al alcalde. Esto nos da la medida.
En los Parlamentos autonómicos los gobiernos se perpetuan porque no se desgastan, al no verse claras las culpas. A mí como alcaldesa me piden hospitales, también se los pedirían a Rajoy. Al PSOE le interesa que el Parlamento no sea importante para los andaluces porque entonces, tal vez, tendrían que pagar muchas culpas que ahora no están pagando. Los gobiernos autonómicos son siempre los menos castigados
¿Ejerce todavía algún tipo de influencia Arenas dentro del PP-A?
Yo creo que Javier Arenas siempre va a tener una opinión respetada en el PP-A. Lo contrario sería ser absolutamente ingratos y una actitud absolutamente incomprensible.
Me refiero a posibles manejos con respecto al liderazgo.
Creo que no, sinceramente. Me da la impresión de que un secretario de Estado que vive con su familia en Madrid, que su mujer trabaja allí y están perfectamente habituados a un tipo de vida, que puede ser cómodo, no digo que no sea un trabajo exigente, para venirse a Andalucía, si viene aquí a ser una marioneta no me lo puedo creer. Insisto, ni lo he visto ni me lo creo, si hago un esquema simplemente razonable. No he visto la sombra de Javier Arenas en ningún sitio, veo su presencia para colaborar en algunos momentos y me parece que su opinión tiene que ser respetada, como la de cualquier otro. Él ha hecho mucho por el partido y nadie lo puede negar.
¿Le gustaría volver a ser portavoz?
No, porque cuando hablé con Javier Arenas tras las autonómicas me ofreció tres posibilidades: seguir siendo portavoz, ir a la Mesa del Parlamento y la tercera era ser senadora. Pensé que tal vez era mejor dejar libertad para que los nuevos decidieran. Después de doce años y medio como portavoz adjunta y portavoz titular me apetecía tener otra experiencia diferente y con la que puedo hacer todos los debates que quiero. Soy la persona de la Mesa que más baja a debatir, con diferencia, del resto de los diputados que conforman la Mesa. Me gusta el debate y debatir.
¿Usted ve a Moreno de candidato?
Lo veo por supuesto, hemos apostado por él y está trabajando para ser candidato si se cumple el tiempo en su momento y si no cuando la señora Díaz quiera. Lo que pasa es que le han tocado unos tiempos muy difíciles.
¿Tendrá que haber un plan B en el caso de que el PP sufra una debacle en Andalucía?
Dios quiera y los andaluces quieran que no haya una debacle y los resultados sean los que deseamos. Si hubiese una debacle creo que tendríamos que autoanalizarnos, reflexionar y sacar conclusiones evidentemente, pero yo no me quiero poner en ese escenario, aunque sé que los tiempos son muy raros. No sabemos qué es lo que va a pasar en las elecciones con la irrupción de Podemos. Una cosa es simpatizar y otra votar a personas que quieren que aquí vivamos como en Venezuela. Hay que devolverle la ilusión y la confianza a la sociedad.
¿Se siente usted a veces al margen de los planteamientos del partido con líneas más conservadoras que las oficiales?
No, yo creo que en algunos puntos puedo tener opiniones más conservadoras y en otros tengo opiniones que casi pueden escandalizar a personas del PP. Pongo un ejemplo muy reciente: he defendido la reforma de la ley del aborto que luego se ha quedado en un cajón, porque venía en el programa del PP y porque personalmente estoy convencida de que el aborto no puede ser café para todos y aquí todo vale, barra libre y tres por uno. Eso es una barbaridad y una inmoralidad en toda regla. Por otra parte, he sido la que ha defendido, en dos o tres ocasiones, e incluso trabajado para la ley de transexualidad de Andalucía. Mi partido me nombró la persona para llevarla adelante y ha salido por unanimidad. Pocas leyes tan polémicas en Europa habrán salido por unanimidad. Dudo que en Europa haya algún sitio donde una ley sobre transexuales haya salido por unanimidad. La persona que negociaba por el PP era yo. Esto es absolutamente insólito.
¿Teme la abstención? Usted a diferencia de otros alcaldes de la Costa del Sol ya alertó de ella en las últimas elecciones a sus afiliados mediante cartas.
Mucho, soy sincera. Creo que si el PP tiene ahora mismo un auténtico problema que puede, tal vez resolver, es movilizar a su electorado, que está desencantado porque ha visto que el programa por las razones que sean, ha sido varias veces vulnerado; que lo que pensábamos que se iba a hacer no se ha hecho. Seguramente las obligaciones del día a día lo han impuesto así, yo eso no lo sé, supongo que sí porque eso es lo que nos explica el presidente Rajoy. Tenemos ahora mismo a un electorado que está muy cansado de nosotros. No creo que se vaya a ir a votar al PSOE o a otras opciones. Nuestro votante es bastante fiel, pero sí creo que se pueden quedar en la abstención.
¿Aspira a liderar la lista de nuevo por Málaga al Parlamento?
Las dos veces que he sido designada para ello se ha ganado, no quiero decir que si no voy no se gane, pero hay un hecho objetivo que refleja esas dos victorias. Me gustaría seguir teniendo la confianza del PP para ser cabeza de lista. Si no es así espero que habrá buenas razones.
¿De qué se siente especialmente orgullosa dentro de su legado al dejar la alcaldía?
Es una ciudad que no ha tenido ni un mínimo atisbo de corrupción, que no ha tenido ninguna irregularidad en 23 años, que los cuerpos nacionales dicen que es una perla en Andalucía, que todos los medidores objetivos nos dan sobresaliente. Transparencia Internacional nos otorga un 100 sobre 100 en contratos y adjudicaciones municipales, por poner un ejemplo. Todos los edificios municipales son nuevos. Yo no me encontré un ayuntamiento normal ni una ciudad ordenada. Me encontré gente en el sobresalto, en la sorpresa, que no cobraban las nóminas. Los coches de Policía no podían patrullar, los agentes no se podían vestir porque no tenían uniformes.