La salida en diferido que pretende Susana Díaz no convence a nadie: ni a Ferraz ni al que será el candidato a las próximas elecciones andaluzas tras imponerse con un 55% de los votos al 38% de la actual secretaria general. Por el momento la estrategia pasa por presionarla para que se vaya por su propio pie. La expresidenta protagoniza la resaca electoral de las primarias en las que se consumó su tercera derrota –la primera en 2017 frente a Pedro Sánchez, la segunda en 2018 al perder la Junta y la última este domingo frente al alcalde de Sevilla, Juan Espadas–.
En la dirección federal del PSOE quieren que Díaz abandone la secretaría general ya y evitar la bicefalia. “Debería dimitir y lo que quiere es aguantar para hacer daño”, reflexiona un destacado dirigente socialista sobre la intención de la expresidenta de quedarse al frente de la federación andaluza hasta final de año –que es cuando está previsto el congreso regional– pese a su derrota. La preocupación es que sea la expresidenta la que controle el proceso hasta ese momento. También que su permanencia sea una treta para ganar tiempo para tener una oportunidad en caso de que se adelanten las elecciones y los socialistas no consigan recuperar el poder. “No va a haber zancadillas ni empujones”, insisten fuentes cercanas a la sevillana que respaldan su decisión.
Ferraz ha vuelto a enseñarle, no obstante, la puerta de salida. “Con Juan Espadas al frente abrimos un tiempo nuevo”, afirmó el secretario de Organización, José Luis Ábalos, este lunes. “La democracia ha apuntado renovación y unidad y ese es el camino que debemos continuar”, señaló en esa misma dirección Pedro Sánchez. “No hay bicefalias, la militancia ha hablado y sólo hay un liderazgo”, sentenció el propio Espadas tras su victoria. Más claro es el vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, eterno rival de Díaz, que ha asegurado que él ya habría dimitido para hacer “de derecho” el liderazgo “de hecho”.
A pesar de que en Ferraz respiraron con cierto alivio cuando Díaz anunció que no se presentaría al congreso regional, su continuidad incomoda tanto a la dirección federal como al alcalde de Sevilla y pretenden que acabe cayendo fruto de la presión. “Vamos a seguir pidiendo que se vaya, pero el gran problema ya está solucionado. Vamos a ver qué va haciendo ella”, dice una de las fuentes consultadas.
Sin embargo, han enfriado por ahora la posibilidad de un golpe de mano para arrebatar a la expresidenta la secretaría general. “No consideramos que haya ningún problema de orden interno que tengamos que abordar”, afirmó Ábalos en una rueda de prensa tras la reunión de la dirección del partido en la que aseguró que no tienen “premura” por hacer cambios. Entre las opciones posibles para Ferraz está la de jugar con los tiempos del congreso regional para acelerar la salida de Díaz si permanece atrincherada o apartarla nombrando una gestora. Esta fórmula tiene escaso encaje formal en las normas internas del PSOE, que limitan ese escenario a situaciones de gran gravedad.
Espadas está en un cruce de caminos: por un lado, evitar la bicefalia; por otro, que la salida de Díaz sea lo más pacífica posible para no enredarse en cuitas internas. Tensar la situación podría emborronar las proclamas de “unidad” y “reencuentro” de su campaña. Además, desde el entorno del regidor hispalense se quiere evitar actuar “manu militari” en esta transición orgánica. “Hay que confiar en que madure la reflexión y si no, empezar a trabajar en la cohabitación, pero respetando el nuevo liderazgo. Ese sería el límite para articular una respuesta mediante una gestora, que Díaz entorpeciera la construcción del nuevo liderazgo. Antes creo que habría que templar gaitas”, reflexiona un dirigente andaluz que apoyó a Espadas.
En el equipo de alcalde de Sevilla prefieren jugar las cartas con calma y esperar. Aprovechar la coyuntura sería victimizar a Díaz que todavía cuenta con mucho respaldo en provincias como Almería y Málaga. También en Sevilla. Díaz es una “mujer de partido” y su historial en la federación andaluza la hace merecedora de un tiempo de reflexión para encajar la derrota.
Tanto en Ferraz como en el equipo de Espadas esperan, además, que Díaz acabe dando el paso atrás definitivo por la presión de los suyos. “Nadie se quiere morir”, dice un veterano breado en batallas orgánicas. Espadas ya ha anunciado una reestructuración en el Grupo Socialista en el Parlamento andaluz –33 diputados– que en su equipo prevén que se ejecute rápido de cara a la sesión de control de la próxima semana. Una de las prioridades de Espadas es definir el rol de Díaz, que además de resistirse a abandonar la secretaría general, preside el grupo.
Y es en este contexto en el que comienza el baile de nombres entre los diputados que tienen actualmente las riendas del grupo parlamentario. De esta reestructuración personas como el portavoz parlamentario, José Fiscal, el portavoz adjunto, Rodrigo Sánchez de Haro; el exvicepresidente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios; o la portavoz de la candidatura de Díaz a las primarias del PSOE-A, Beatriz Rubiño, son los que se podrían ver más afectados. Fuentes de la dirección del grupo parlamentario socialista en Andalucía apuntan que ya ha habido contactos preliminares entre los equipos de Díaz y Espadas. El nuevo líder del PSOE-A es quien ha decidido que el portavoz parlamentario, Fiscal, acuda a la ronda de contactos que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, va a realizar para llevar una propuesta común a Moncloa en su encuentro con Sánchez fijado para este jueves. Poco más ha trascendido.
Si Díaz se enroca, los focos volverán a Ferraz pese al temple que busca Espadas. Estas primarias han sido, por mucho que se quiera desmentir, el último asalto de la lucha del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, contra Susana Díaz. Con su triunfo, Espadas busca devolverle al socialismo andaluz la conexión directa con Ferraz. Andalucía es la federación más importante y numerosa del PSOE en España y quiere recuperar ese protagonismo que se ensombreció con Díaz. Juan Espadas es el candidato socialista para enfrentarse a Juan Manuel Moreno en las siguientes elecciones autonómicas. Cuando se convoquen. Paso a paso.