El PP de Alberto Núñez Feijóo está en plena ronda de contactos para intentar su investidura como presidente del Gobierno, de hecho este mismo miércoles tiene una reunión para ello con el líder socialista, Pedro Sánchez, pero desde Andalucía parece que se da por descontado que el intento no fructificará y que el propio Sánchez seguirá como jefe del Ejecutivo central. Este es el mensaje que, en la práctica, ha lanzado el Gobierno de Juan Manuel Moreno este martes, cuando ha iniciado el curso político reclamando un nuevo sistema de financiación autonómica y le ha exigido al presidente en funciones que no utilice esta cuestión para “saldar deudas políticas” y “atornillarse a los sillones del poder”.
Tras la primera reunión del Consejo de Gobierno tras el periodo vacacional, el portavoz andaluz, Ramón Fernández-Pacheco, ha puesto deberes al Ejecutivo central en materia de financiación autonómica y de sequía manteniendo el mismo tono de confrontación que ha caracterizado su relación con el gabinete de Pedro Sánchez. De ahí que se haya repetido el recurrente aviso de que “Andalucía no va a tolerar discriminaciones, concesiones o privilegios a otros territorios”, mensaje que siempre se esgrime para alertar sobre hipotéticas concesiones del PSOE a Cataluña y País Vasco.
“Esperamos que el futuro Gobierno sea leal y cercano con Andalucía”, ha apostillado el portavoz, que ha reiterado la necesidad de que se aborde “con rigor, objetividad y dejando de lado cualquier interés partidista” el debate para el nuevo sistema de financiación autonómica, ya que con la “infrafinanciación actual” calcula que la comunidad autónoma deja de percibir mil millones de euros anuales. Mil millones que “no son de Pedro Sánchez, sino que pertenecen a los andaluces”, de ahí su insistencia en que Andalucía “no va a tolerar” que “el único criterio a la hora de repartir fondos públicos sean los votos que necesita Pedro Sánchez para seguir en La Moncloa”.
Asumiendo de hecho la continuidad de Sánchez, el Gobierno de Moreno al fin y al cabo lo que hace es conectar con la estrategia que lleva a cabo el propio PP nacional, que ha adoptado el papel de oposición antes de fijar el calendario de contactos para la investidura. De esta manera, el mismo discurso reivindicativo que siempre se usa contra el Ejecutivo progresista en cuestión de financiación autonómica se ha repetido también a la hora de hablar de sequía, cuestión en la que se ha hecho una “llamada de auxilio al Gobierno de España” para que “arrime el hombro”. ¿En qué debe traducirse esto? Pues en acometer las obras hidráulicas que son de interés general del Estado, muchas de ellas retrasadas y con las que la Junta de Andalucía machaca una y otra vez al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
De esta manera ha arrancado el nuevo curso político en Andalucía, que tendrá su pistoletazo de salida formal el próximo viernes 8 de septiembre, jornada en la que Juan Manuel Moreno prevé mantener una ronda de reuniones con los líderes de los grupos políticos andaluces, antes de la celebración del primer pleno del Parlamento la siguiente semana. La premisa que el presidente andaluz esgrimirá es la de que “buscar nuevos consensos será bueno para todos los andaluces”.
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