El pasado enero, la Consejería de Salud pactó con el Sindicato de Médicos de Andalucía (SMA) una reducción de la agenda en atención primaria hasta los 35 pacientes por día para los médicos y 25 diarios para los pediatras, pero en la misma negociación la Junta asegura que ya planteó algo que hasta hoy no había trascendido: muchos facultativos preferirían mantener sus agendas intactas para evitar engordar la lista de espera.
Para aquellos que optasen seguir atendiendo más pacientes de los pactados en el acuerdo, la Consejería de Salud redactó un formulario de “solicitud voluntaria de renuncia” que remitió a todos los profesionales afectados el pasado 11 de abril. El documento reza así: “Autorización de la Gerencia de Gestión Sanitaria para no acogerse al pacto suscrito en fecha 25 de enero de 2023 [...] ratificado en la reunión de la Mesa Sectorial de Sanidad celebrada el 2 de marzo, en cuanto al número máximo de pacientes a ser citados en cada jornada de consulta programada”.
Según las cifras aportadas por el Servicio Andaluz de Salud (SAS), hasta ahora el 20% de los médicos de familia de Andalucía ha firmado esa solicitud para descolgarse voluntariamente del acuerdo que el Gobierno de Juan Manuel Moreno firmó con el sindicato mayoritario del ramo, y que evitó in extremis una huelga del sector. La organización sindical, en cambio, pone en duda esos números, denuncia que este documento deja “en papel mojado” el pacto y acusa a Salud de incumplirlo.
Una plantilla de 8.256 médicos
Andalucía cuenta con 8.256 médicos de familia y pediatras en Atención Primaria, de los que 1.651 han comunicado por escrito que renuncian a la mejora laboral pactada, según datos del SAS. Es un dato “provisional”, porque no hay un plazo límite para firmar esa renuncia. Tampoco es definitiva: un médico puede renunciar ahora al límite de 35 pacientes, y volver a su agenda anterior en cuanto quiera, explican desde el departamento de Carolina García.
La Consejería defiende que los parámetros del pacto firmado en enero no encajan con la diversa realidad asistencial de todos los centros de salud, o de consultorios con dos o tres médicos, ni con el interés particular y profesional de cada médico. De ahí que el SAS transmitiera al sindicato la necesidad de articular una fórmula para que los facultativos que quisieran descolgarse del acuerdo dejaran constancia por escrito.
El formulario estándar de solicitud de renuncia que redactó el SAS reproduce argumentos específicos de por qué prescinden “libremente” de una mejora laboral peleada por un sindicato que representa al 95% del colectivo: “Según mi experiencia profesional y dadas las características de los pacientes que conforman el cupo que tengo asignado, en el que además confluyen determinados factores como el elevado número de citas programadas de pacientes que finalmente no acuden a consulta, o el incremento progresivo de citas telefónicas, entre otras cosas, permiten programar dentro de la jornada ordinaria un número de consultas superior al establecido en el referido pacto”, reza el documento que han suscrito, hasta ahora, más de 1.600 médicos.
El departamento de García se comprometió a hacer efectiva la medida del acuerdo en 30 días, pero desde entonces el conflicto entre la Administración y el sector sanitario no ha hecho más que crecer. Ha habido movilizaciones y huelgas -estas últimas, con seguimiento minoritario-, pero también protestas de pacientes y profesionales que afean a la Junta los déficit estructurales de la Atención Primaria; la orden que permite por primera vez concertar con la privada el médico de cabecera o la polémica por el aumento y las prórrogas de los contratos a dedo con hospitales privados amparándose en un marco legal estatal derogado.
Se va a primar “la libertad del profesional”
El formulario de renuncia ha soliviantado al Sindicato Médico Andaluz, que acusa a Salud de “escasa o nula voluntad de cumplimiento del acuerdo” y de no haber compartido estadísticas de la situación de los médicos dos meses después de la firma del mismo. “En lugar de eso, envían una propuesta en la que se anima a los profesionales a firmar que no quieren cumplir con la limitación de agendas. Envían escritos torticeros que parecen querer amedrentar a los profesionales y presionarlos para así evitar cumplir lo pactado. Y lo que es peor, aseguran que ya habíamos sido informados a este respecto, hecho que desmentimos categóricamente”, dice el sindicato en un comunicado.
La Consejería de Salud niega categóricamente que esté presionando a los médicos: “A estos profesionales que libremente han solicitado no tener limitación de agendas se les ha solicitado por parte de la dirección gerencia de sus centros que dejen constancia por escrito de la renuncia a esta mejora, ya que la Administración sanitaria debe tener registro documental de las peticiones realizadas por los profesionales”, explican.
El departamento de Catalina García se muestra “sorprendido” por la reacción del sindicato y asegura que se va a primar “la libertad del profesional”. “Y para garantizar que fuese así, que tanto el distrito sanitario como los propios profesionales no tuvieran conflicto laboral alguno, se trasladó la opción de firmar un documento donde se reconocía que ese profesional deseaba seguir con las agendas como hasta ahora”.
En los centros de salud de Andalucía con menos de tres médicos no se aplica la limitación de agendas porque no llegan a ese cupo de 35 para facultativos y 25 para pediatras. Tampoco la consulta asistencial (voluntaria y vespertina, de 25 y 18 usuarios, respectivamente) para aligerar las listas de espera. “Pero hay otros médicos que deciden libremente atender a su población, aunque sean más de 35”, matizan.
Rechazo del SMA
El secretario general del Sindicato Médico Andaluz, Ángel Tocino, denuncia que ese documento convierte “en papel mojado” lo acordado en enero y acusa a la consejera de estar “desdiciéndose del pacto sin poner en marcha soluciones”. “Es una excusa y un subterfugio que se está utilizando para hacer de casos puntuales la norma general”, apunta Tocino.
“Si cuando se llegó al acuerdo con nosotros no había capacidad para que fuese posible, ¿por qué se firmó?”, se cuestiona Tocino. El SMA estaba este miércoles manifestándose una vez más a las puertas del Palacio de San Telmo en Sevilla, sede de la Junta, en una nueva convocatoria de huelga que la Consejería cifra en un seguimiento minoritario. Los responsables sindicales trasladan a este periódico que el malestar es generalizado en el sector porque creen que la Consejería de Salud pactó la limitación de agendas de médicos de primaria para evitar la huelga que estaba prevista en enero, pero no implementó recursos para hacerlo posible.
Tocino considera que es “grave” la actitud de Salud no solo por saltarse el acuerdo, sino porque “hay que tener en cuenta que este acuerdo es temporal y que tiene el objetivo de mejorar la calidad asistencial, porque es un plan a largo plazo que debe pasar por aumentar la plantilla de médicos de familia”.
La limitación de agendas es una solución “temporal” mientras se consigue “atraer” a los galenos que realizan la residencia, asegura el sindicato. “Hay que aumentar la plantilla de profesionales que tenemos, ofrecer contratos estables, mejores sueldos y mayores perspectivas laborales porque si no, los centros de salud se quedarán sin médicos”, dice Tocino.
Aumentar la plantilla
La dirección andaluza del sindicato también defiende que está alineada con su organización en Sevilla, cuyos planteamientos han sido más duros en las últimas movilizaciones. “Estamos de acuerdo en que lo que está haciendo Salud al ignorar nuestro pacto es un atropello”, sentencia Ángel Tocino. “Creemos que hay que seguir apostando por la fórmula de la continuidad asistencial para que las agendas se limiten hasta que no haya un aumento de personal”.
Por su parte, Rafael Ojeda, del Sindicato Médico de Sevilla (SMS) afirma que la voluntad de Salud con los centros de salud de menor tamaño ha de pasar por estudiarlos de forma “individual”, pero que la situación que viven no es “extrapolable” al resto de ambulatorios. Y va más allá al argumentar que desde el SAS se está “presionando” a los profesionales para que renuncien a la limitación de agendas.
“Se les está diciendo que si siguen con el pacto firmado tendrán que hacer frente a guardias en los días más difíciles o asumir citas que aumentan la jornada”, asegura. Ojeda cree que las prácticas de Salud en este caso pasan por la “coacción” para no reconocer que no se tienen los medios para llevar a cabo el acuerdo sellado en enero.