El Gobierno de Moreno cierra filas con su consejero de Salud tras hacer suyo el término “violencia intrafamiliar” de Vox

Antonio Morente

16 de marzo de 2022 20:28 h

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El exceso de verborrea al que tiende el consejero andaluz de Salud y Familias, Jesús Aguirre (PP), ha puesto una vez más en un serio aprieto a la Junta de Andalucía. Esta vez abrió la caja de los truenos al asegurar, en términos bastante claros, que prefiere hablar de “violencia intrafamiliar” antes que de “violencia de género”. El problema para Aguirre, pero sobre todo para el Gobierno andaluz, es que hablar de violencia intrafamiliar es alinearse con los postulados negacionistas de Vox, que introdujo este concepto en la política española para negar la violencia machista y de género, por lo que el Ejecutivo de PP y Ciudadanos ha procedido a cerrar filas para pasar página cuanto antes y no alterar así el perfil moderado que intenta cultivar y la imagen en esa línea que transmite el presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP).

La formación de ultraderecha logró por ejemplo imponer a PP y Cs la creación de un teléfono específico de violencia intrafamiliar (que se activó en 2020) para respaldar los presupuestos autonómicos de 2019. Desde entonces Vox ha conseguido que el concepto violencia intrafamiliar calara en el discurso de miembros del Gobierno andaluz y hasta del mismo Moreno Bonilla, en sus momentos de mayor acercamiento a la formación de Santiago Abascal para intentar sobre todo cerrar acuerdos presupuestarios.

No es la primera vez que Aguirre (que ya ha avanzado que va a dar todas las explicaciones que sean necesarias) se expresa en términos parecidos a los de este miércoles, pero ha venido a hacerlo en un lugar y un momento políticamente poco oportunos. El lugar porque ha sido en Madrid (en la tribuna Foro Salud, organizada por Nueva Economía Fórum), lo que ha multiplicado el eco de sus declaraciones ya que la carga ideológica del término “violencia intrafamiliar” ya es más conocida, y el momento porque se produce con un pacto recién cerrado entre PP y Vox para gobernar en Castilla y León en el que este concepto ha estado muy presente. 

Marcar distancias con Vox

Con la vista puesta en las elecciones autonómicas que Andalucía celebrará este año, la afirmación de Aguirre se ha interpretado como un guiño del PP andaluz a Vox, una conexión de la que huyen los populares andaluces para no perjudicar sus opciones entre un electorado más moderado. Y una conexión, por cierto, en la que insisten las formaciones de izquierda para precisamente intentar que cale en el electorado la impresión de que el PP le abrirá las puertas de San Telmo a Vox para que Moreno Bonilla siga como presidente.

Así que en cuanto se conocieron las declaraciones de Aguirre, la orden desde el Gobierno andaluz fue la de cerrar filas. Dirigentes de PP y Ciudadanos, tanto en declaraciones públicas como en redes sociales, se esmeraban en subrayar que hay diferencias evidentes entre la violencia de género y la intrafamiliar, marcando así distancias con los postulados de Vox. Y aunque lo dicho por Aguirre ha caído especialmente mal en Ciudadanos, que gestiona una Consejería de Igualdad que ha sufrido continuos ataques de la formación de ultraderecha, el tono de las declaraciones ha sido muy mesurado para minimizar lo ocurrido y echar tierra sobre la cuestión cuanto antes.

Y eso que Aguirre fue bastante explícito en sus declaraciones: a su juicio, el concepto de “violencia intrafamiliar” es mejor porque es más amplio, engloba a “violencia de género” y es por tanto “más representativo”, “la violencia de género es la del hombre contra la mujer, mientras que la violencia intrafamiliar incluye la que se dirige contra niños o mayores. Puede ser más representativa de lo que sucede en nuestra sociedad”. Por eso, “no veo problema en ampliar el concepto”, ya que “lo importante es tener tolerancia cero ante cualquier tipo de violencia”.

La consejera de Igualdad sale al rescate

Pese a la claridad de sus afirmaciones, fue la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz (Cs), la principal encargada de restar importancia a lo ocurrido. “Jesús no se ha explicado bien”, aseguraba en declaraciones a los periodistas en Córdoba recogidas por Europa Press, y por ese motivo ha “hablado con él”, ya que violencia de género y violencia intrafamiliar “son términos completamente distintos”, pues hacen referencia a “violencias distintas, porque además está así contemplado también en el Código Penal”.

Para Ruiz, la violencia de genero “es un concepto muchísimo más amplio” y tiene que ver con “toda violencia que se ejerce sobre la mujer por el hecho de ser mujer” y, por eso, ha “hablado” con Jesús Aguirre, quien le ha asegurado que “va a dar todas las explicaciones”. La consejera entiende que “se ha referido solo al término” de violencia intrafamiliar en referencia a “cuando hay relaciones familiares”, pues, “por supuesto, la violencia de género supera el ámbito familiar y todos lo sabemos”.

Ruiz asegura que no tiene “ninguna duda de que el consejero es una persona absolutamente implicada” en la lucha contra la violencia de género y, por eso, “va a aclarar” lo que ha dicho. De hecho, considera que esta implicación está más que demostrada porque, de cara a llevar a cabo “políticas transversales” contra la violencia de género a través de los presupuestos andaluces para 2019, fue Jesús Aguirre “la primera persona” que le dijo que tenía “proyectos desde salud, con proyectos absolutamente pioneros”, como la detección de mujeres víctimas de violencia de género por el personal médico de Atención Primaria.

De perfil en el PP nacional y críticas en el PSOE

Del impacto de lo dicho por Aguirre da cuenta que se le preguntó hasta al presidente de la Xunta y futuro presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, y a la portavoz del Grupo Popular en el Congreso y coordinadora general del partido, Cuca Gamarra, que se escudaban en que no habían oído las declaraciones del consejero andaluz de Salud para no profundizar en ellas. Eso sí, insistían en el compromiso del PP por la igualdad y contra la lucha de género.

En sentido contrario, lo ocurrido no era desaprovechado por el PSOE, en su línea de unir a PP y Vox en un futuro gobierno de la Junta de Andalucía. El secretario general de los socialistas andaluces, Juan Espadas, criticaba el “negacionismo” que, a su juicio, ha mostrado el Ejecutivo andaluz en relación a la violencia machista, y consideraba que esa actitud es “el anticipo de un pacto premeditado” con la “ultraderecha”. En un tuit, Espadas aseguraba que “el negacionismo del gobierno de Moreno Bonilla deja claro que su camino es el del SÍ a la ultraderecha”.

En esta mismo sentido se pronunciaba la ministra de Hacienda, María Jesús Montero (PSOE), que alertaba del “peligro” de que el PP andaluz se preste a “desandar” los avances en materia de violencia de género conseguidos hasta la fecha por el movimiento feminista. “Me parece que están preparando el terreno” ante la próxima convocatoria electoral, señalaba, y cree que el PP andaluz empieza con los “eufemismos” para designar “el asesinato machista de las mujeres sólo por el hecho de serlo” con la única idea de “preparar el terreno” para ganar espacio a su derecha o para un hipotético acuerdo con Vox tras los próximos comicios autonómicos.

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