Siete años más tarde el Museo Arqueológico de Granada aún permanece cerrado. El proyecto para su reapertura, que se ha dilatado demasiado en el tiempo, ha logrado por fin superar el último escollo que correspondía al Ayuntamiento de Granada y que debía otorgar la licencia de obras necesarias para que el Ministerio de Cultura ejecute la parte que le corresponde. Pues aunque el centro museístico situado en la Casa de Castril y de Latorre pertenece al Gobierno central, su explotación corre a cuenta de la Junta de Andalucía por lo que ambas administraciones son las que se encargan de que funcione correctamente.
Sin embargo, hasta la fecha y desde que se cerrase parcialmente en junio de 2010 por deterioros en la estructura del museo, los numerosos desencuentros entre los dos gobiernos han llevado a que a día de hoy no se hayan cumplido los plazos. Unos desencuentros que ahora han llegado también hasta el Ayuntamiento de Granada que no estaba cumpliendo con la parte que le corresponde. Ya que es el consistorio el que debe otorgar la licencia de obras a la empresa Damarim S.L, contratada en diciembre de 2016 por el Ministerio de Cultura para llevar a cabo la remodelación del edificio que debería haber empezado en las primeras semanas de enero según el propio ministerio.
Las obras de la discordia
Que el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada tenga problemas a la hora de poder ejecutar las obras que necesita para reabrir no es una novedad. Lleva sucediendo desde 2010 tanto por parte de la Junta de Andalucía como por el Gobierno central. Cuando el centro se cerró para mejorar el edificio tras los desperfectos ocasionados por las lluvias de meses anteriores a junio de aquel año, las obras solo iban a durar dos meses. No fue así y se alargaron tanto en el tiempo que acabaron cayendo en el olvido hasta 2014.
Fue entonces, gracias a la aparición de la plataforma #ArqueológicoYA, cuando el entonces subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez López (PP), puso de nuevo sobre la mesa el asunto. Pérez López aprovechó el tirón mediático para pedirle a la Junta de Andalucía que pusiese en marcha la parte de las obras que le correspondían al Gobierno andaluz. La jugada le salió bien a medias al subdelegado porque la remodelación del vestíbulo de acceso y la primera planta del Museo Arqueológico se llevó a cabo un año más tarde pero dejando en fuera de juego al Gobierno de España que ahora debía cumplir con su parte para que finalmente se reabriese el centro.
Así se llegó a diciembre del pasado 2016 cuando con la llegada del nuevo subdelegado del Gobierno en Granada, Francisco Fuentes (PP), se anunció que por fin las obras por parte del Ministerio de Cultura se licitaban por un importe de 175.500 euros con el objetivo de que en este 2017 el museo estuviese de nuevo funcionando. La operación, que parecía el punto y final al problema del Arqueológico, solo precisaba de la licencia de obras oportuna por parte del Ayuntamiento de Granada. Una licencia que finalmente ha llegado tras la escenificación que han llevado a cabo este jueves el subdelegado y el alcalde de la ciudad las puertas del museo. En ella han anunciado que se desbloquean las obras que deberán iniciarse en un plazo aproximado de dos semanas.
La licencia que no llegaba
Tan solo quedaba que el Consistorio granadino tramitara el expediente necesario para que la empresa contratada por Cultura, Damarim S.L., pudiese empezar la remodelación que corresponde al ministerio. No obstante, que hayan pasado ya dos meses desde que el Ayuntamiento de Granada recibió la petición por parte del Gobierno para que se iniciaran los trabajos de adecuación del edificio para su reapertura ha provocado tensiones en el seno de las diferentes administraciones pues hasta hoy no había constancia de que la licencia necesaria se hubiera firmado.
De hecho, a comienzos de esta semana, fuentes internas de Urbanismo señalaban que fruto de la insistencia, la licencia estaba cerca de obtenerse y hasta el propio alcalde de Granada, Francisco Cuenca (PSOE), señalaba a eldiario.es/andalucia que la “tramitación se está llevando a cabo pero es un asunto complicado”. Por su parte, el subdelegado del Gobierno, Francisco Fuentes, se ha mostrado confiado porque en un plazo corto de tiempo el museo pueda volver a abrir sus puertas aunque no ha querido fijar una fecha. Fuentes considera que las obras para la adecuación de la planta baja que corresponden al ministerio deben comenzar en dos semanas y que tras ello, corresponderá a la empresa que las ejecuta determinar cuándo estarán listas.
En cualquier caso el Museo Arqueológico sigue esperando a que se desbloquee otra situación que lo ha colocado al margen de la cultura granadina. Después de las obras se deberá proceder a iniciar la explotación del museo tal y como ha explicado Paco Cuenca que define lo firmado hoy como el inicio del “contenedor a falta de contenido” que se definirá cuando se pongan sobre la mesa las estrategias para el espacio museográfico. El centro que abrió a finales del siglo XIX tiene piezas de incalculable valor histórico del Paleolítico así como de épocas posteriores como la de los árabes o los fenicios. De ellas está lleno en sus entrañas un lugar que Granada ha tenido siempre como referente cultural y que lleva casi una década cogiendo polvo en el olvido colectivo que no logra llegar a un acuerdo para que pueda volver a ser disfrutado por granadinos y visitantes.