“Yo pienso ahora mismo en todas las implicaciones de la ideología de género, que, además, trata de imponerse como ley en la educación de los niños. Hay una patología detrás de eso. Hay una cortedad y una torpeza de la inteligencia”. El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, ha vuelto a hacer gala de su visión de la igualdad durante una homilía titulada 'La ley de Dios es siempre un camino de vida', subida a su página web y que pronuncío en la Catedral el pasado domingo, día de la Campaña de Manos Unidas, según ha adelantado El Independiente de Granada.
No es la primera vez que el arzobispo se pronuncia sobre estas cuestiones de la igualad y el género, como cuando dijo que “aborto y divorcio son los que promueven la violencia de género” o cuando lamentaba “qué protegidas están ciertas especies de animales y qué poco lo está el embrión humano”. Martínez, que se convirtió en 1985, con apenas 37 años, en el obispo más joven de España, también se convirtió en el primer obispo que se sentaba en un banquillo de los acusados en la historia de nuestro país, entre otras de sus particularidades.
El pasado domingo 12 de febrero comenzó su homilía en inglés por la presencia de la Schola Cantorum del London Oratory School, que cantó durante la liturgia. Entre otras cuestiones, también se refirió Martínez a la relación entre un hombre y una mujer: “El adulterio es un mal. Pero Jesús dice: El que mira a una mujer deseándola ya ha cometido adulterio. Es decir, hay otra forma de mirar. La ley de Cristo es infinitamente más radical. Pero no es porque añada dos mil preceptos más a los seiscientos que tenía la ley judía según los fariseos, sino porque la pone en un nivel más allá”.
Según mantiene el arzobispo de Granada, “somos iguales en dignidad” si bien “no somos intercambiables más que para los intereses del mercado, y del Ministerio de Hacienda”; hombres y mujeres “tenemos el mismo destino: participar de la vida nueva en Cristo” pero “en todo lo demás no reaccionamos igual, no pensamos de la misma manera”.
En este contexto, Francisco Javier Martínez ha indicado a los feligreses que “perdemos el contacto con lo natural y una ideología puede enseñarnos las cosas más inverosímiles”.
Martínez ha recordado las palabras de un sacerdote amigo que solía decir que “Cristo ha venido también para enseñarnos a distinguir una patata de una rosa y un hombre de una mujer” y “para descubrirnos que las patatas son muy feas pero se comen, y las rosas son muy bonitas, pero si te comes una rosa, te llenas la boca de sangre y, además, destruyes la belleza de la rosa”.