El arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez, ha irrumpido personalmente en la polémica sobre 'Cásate y sé sumisa', el libro editado por la editorial Nuevo Inicio, que depende de su Arzobispado, y al que se ha acusado de promover actitudes que facilitan la violencia de género. Martínez no sólo lo niega, sino que en un comunicado contraataca afirmando que quienes facilitan esa violencia son “el aborto y todas las medidas que debiliten o eliminen el matrimonio”.
Tras más de una semana de polémica sobre el libro 'Cásate y sé sumisa', de la italiana Constanza Miriano, y su segunda parte, 'Cásate y da la vida por ella', dirigida a los hombres, Martínez ha emitido un comunicado en el que se excusa porque “las tareas propias de mi misión me han impedido seguir la artificiosa polémica”. Eso sí, ha entrado en ella cual elefante en cacharrería, reavivándola cuando parecía languidecer.
Monseñor Martínez ha tenido en el pasado repercusión mediática en más de una ocasión. Conocido por no morderse la lengua, fue el primer prelado de su categoría en sentarse en un banquillo en España, siendo multado en 2007 con casi 4.000 euros por coacciones a un sacerdote. También causó revuelo una homilía, en febrero de 2012, contra “la España subsidiada”, y otra anterior, en 2010, en la que sostenía que defender el aborto justificaba la violación.
Las frases que seguramente levantarán más polvareda están al final del comunicado, y responden a las acusaciones de fomentar actitudes que promueven la violencia de género. Martínez invita a buscar pasajes en el libro que lo justifiquen, y afirma que sus palabras sólo podrán usarse para ello si son “tergiversadas o sacadas de contexto”.
Eso sí, unas líneas antes afirma que “ni esta obra, ni ninguna declaración mía jamás, ha justificado o excusado, y menos aún, promovido, ningún acto de violencia a la mujer. Sí que favorece y facilita la violencia a las mujeres, en cambio, la legislación que liberaliza el aborto, al igual que todas las medidas que debiliten o eliminen el matrimonio, en la medida en que tienden a hacer recaer toda la responsabilidad de un eventual embarazo sobre la mujer dejada a sí misma, sin responsabilidad alguna por parte del varón”.
Doctrina de Juan Pablo II
Antes, Martínez arranca con algunos argumentos ya muy comentados días atrás, como recordar que el título de los dos libros está extraído de la Epístola a los Efesios de San Pablo, y que “la sumisión de que se habla en ese pasaje tiene poco o nada que ver con las relaciones de poder que envenenan las relaciones entre hombre y mujer en el contexto del nihilismo contemporáneo”. Además, recuerda que la editorial Nuevo Inicio “tiene voz propia”, que L’Observatore Romano ha reconocido positivamente el libro, y que el libro coincide con la doctrina sobre el amor marital de Juan Pablo II.
Por todo ello, cree, resulta “tan ridícula y tan hipócrita” la polémica. “El libro, y hasta mi pobre persona, no somos más que una excusa”, ya que “quienes promueven y agitan esta polémica tienen otros intereses y otros motivos que no son precisamente la defensa de la mujer o la preocupación por su dignidad”. Se trata, afirma, “de dañar a la única institución que se resiste a ser domesticada por el rodillo de la cultura dominante: el pueblo cristiano”.
Finalmente defiende que el libro permanezca en las librerías amparándose en una libertad de expresión que “permítaseme decirlo, es un invento cristiano”. Y pasa a desarrollar que “sólo en terreno cristiano podrían haber florecido las grandes críticas a la religión que se hicieron en el siglo XIX —Feuerbach, Nietzsche, Comte, Feud, Marx, por señalar sólo algunas de las más importantes—, de las que la Iglesia siempre está dispuesta a aprender con gratitud en la medida en que buscan la verdad”.