El tren entre Andalucía y Murcia, en su tramo entre Guadix (Granada) y Lorca (Murcia), no avanza. El estudio informativo que tenía que haber concluido ya, y que se licitó en 2021, sigue parado en la fase 0, tal y como ha reconocido el Ministerio de Transportes en varias ocasiones. La última, con una misiva al Partido Popular y Sumar el pasado mes de noviembre en la que se señalaba que la documentación seguía en punto muerto en la parte correspondiente al “estudio previo de técnica, ambiental y económica”. Un hecho que ha llevado a los colectivos ferroviarios y los empresarios granadinos a unir fuerzas para presionar por la puesta en marcha de esta línea ferroviaria.
Esta paralización del proyecto ha llevado a los colectivo ferroviarios de la comarca de Baza y Guadix, los más activos en esta lucha, a unir sus fuerzas con los empresarios de la zona. Antonio Francisco Martínez, portavoz de Asociación Amigos del Ferrocarril Comarca de Baza, cree que “algo huele a podrido” en este asunto. Lamenta la falta de transparencia del Ministerio de Transportes en todo lo referente al estudio. Entiende que se está produciendo una “negligencia” evidente por parte del Ejecutivo central y por ello están articulando diferentes medidas, a través de una comisión de trabajo conjunta que han creado con los empresarios. No descartan presentar una denuncia contra las empresas encargadas del estudio por no actuar dentro de los plazos.
No en vano, desde que quedó clausurada el 31 de diciembre de 1984, la conexión férrea ha generado ríos de tinta. En primer lugar porque pese a que la conexión entre Guadix y Lorca -pasando por Baza y Almendricos- se consideraba ya entonces básica para el transporte de mercancías, el Gobierno central de Felipe González decidió apostar su proyecto de transportes para unir Andalucía con el Levante a través de las carreteras. Una decisión que los años han demostrado que fue errónea puesto que, según datos de la Asociación Amigos del Ferrocarril Comarca de Baza, las poblaciones por las que pasaba han perdido un cuarto de sus habitantes desde entonces.
Fruto de la necesidad de luchar contra el aislamiento ferroviario y de recuperar una conexión directa entre Andalucía y Murcia por tren que no requiriese de otros trazados más complejos y menos naturales, diferentes actores sociales han intentado a lo largo de los últimos 40 años recuperar esta línea ferroviaria que tiene una longitud aproximada de 120 kilómetros y que, a día de hoy, es una vía verde en gran parte de su trazado. Por ello, cuando el Gobierno central finalmente optó por licitar el estudio informativo en 2021, lo hizo consciente de que habría que rehacer por completo el proyecto que había en la zona y que tendría poco en común con lo conocido hasta 1984.
La concesión recayó en las empresas Getinsa y Subterra, dos entidades madrileñas, que mediante una unión temporal de empresas (UTE) tienen el encargo de realizar el estudio. Sin embargo, pese a la inversión de 1,2 millones de euros depositada y tras haber transcurrido el plazo total de 24 meses para su ejecución, casi nada se sabe del estudio. Lo que se conoce es que desde el Ministerio de Transportes señalan, a través de una carta al PP y a Sumar a la que ha tenido acceso este medio, que no se ha avanzado de la fase 0 -que tenía que haber concluido en el verano de 2022-. Al mismo tiempo, desde el Ministerio ya indicaron a este medio que se iba a prorrogar el plazo máximo, algo que aún no es oficial, pero que debe cumplirse si como dice el Ejecutivo “el presupuesto para la realización de los trabajos está plenamente asegurado y no hay ningún riesgo de que se pierda”.
La clave del Corredor Mediterráneo
En este punto, emerge la otra gran cuestión que afecta a la línea entre Andalucía y Murcia: la financiación. Si contase con fondos europeos, el 80% del total correría a cargo de los presupuestos comunitarios. Dado que se estima que el total de la obra ronde los 900 millones de euros, sería un impulso decisivo para que la conexión estuviese en marcha cuanto antes. Para ello, según empresarios y colectivos, el estudio debe estar finalizado antes de 2025 para que pueda ser incluido como parte del Corredor Mediterráneo y contar con esta financiación.
En estos momentos, Granada quedaría incluida en dicho corredor a través de la conexión con Almería, que también está previsto que se una con Murcia en cuanto acaben las obras para la alta velocidad que también han ido acumulado retrasos en los últimos años. De hecho, cuando se lleve a cabo la obra de la línea entre Granada y Almería, los almerienses no tendrán ferrocarril por el interior peninsular durante el tiempo que duren los trabajos. Algo que explica la complejidad de este tipo de proyectos porque, en el caso del tren entre Guadix y Lorca las estimaciones más optimistas calculan que la conexión no estaría operativa hasta dentro de 15 años. Y ahora mismo, con la paralización del estudio, el calendario no arroja buenas noticias.
“Lo que no puede ser es que sigan 24 meses en la fase cero y aquí no pase nada. Hemos estado estudiando las bases de ejecución de ese contrato que no admite prórroga, y aquí está lo grave, que no admite prórroga, y salvo que hayan hecho una modificación que nadie sabe de qué forma se la van a sacar de la manga, no puede haber prórroga para hacer este estudio informativo, aquí algo huele muy mal”, apunta Antonio Francisco Martínez, portavoz del colectivo ferroviario de Baza. En ese sentido, José Antonio Lucha, vicepresidente de la Confederación, presidente de la Asociación de Empresarios del Altiplano, cree que ha llegado el momento de “presionar” al Gobierno para que se aclare qué está pasando con el ferrocarril entre Andalucía y Murcia.
“Es necesario que se lleve a cabo cuanto antes porque es una conexión estratégica para la economía de la zona”. La existencia de diferentes plataformas logísticas, como la de Mercadona, hacen que el flujo de camiones sea tan elevado que sea evidente que “sería más óptimo hacer ese transporte en tren, combinándolo con una buena conexión para el turismo”. Lucha recuerda que Andalucía oriental está “especialmente dañada” por la falta de infraestructuras ferroviarias “óptimas”. “Nos hemos convertido en un lugar de paso que no consigue atraer ni al turista ni a la economía que tenemos por la enorme riqueza del territorio”. Por ello, se han unido para acelerar la reactivación de la línea.