La rocambolesca situación política que depararon las elecciones municipales del pasado 28M en el municipio granadino de Baza (20.300 habitantes) ha vivido un nuevo capítulo al formalizarse el pacto que el PP alcanzó con el único concejal de Vox para que dejase su grupo municipal y pasase a ser no adscrito. Esto permitía a su vez un acuerdo a tres bandas con el partido independiente Compromiso por Baza (que se negaba a ir de la mano de la formación de ultraderecha) para que el alcalde, Pedro Ramos (PP), apuntalase un gobierno que empezó su andadura en minoría. El edil de Vox, Rafael Azor, ha renunciado a su grupo, pero lo ha hecho alabando a Franco, anunciando la intención de volver a ser candidato por el partido de Santiago Abascal y culpando a PSOE e IU de tener que convertirse en un tránsfuga.
Antes de llegar al reciente pleno en el que Azor en la práctica disolvía el grupo municipal de Vox, el concejal ya era miembro del gobierno local del PP como delegado de Mantenimiento, pero ni aún así tenían los populares mayoría absoluta. El 28M ganó las elecciones el PSOE con 56 votos de diferencia sobre el PP, consiguiendo ambas formaciones nueve ediles, mientras que conseguían uno tanto IU como Vox. Azor apoyó a los populares en la investidura, lo que le dio la Alcaldía a Pedro Ramos, pero se mantenía un empate entre bloques que tenía que decidir Compromiso por Baza, también con una única concejal, Lidia Sánchez, que al final cerró un acuerdo con el PP siempre y cuando en la ecuación no entrara Vox.
¿Cuál ha sido la solución para sortear este requisito? Pues que el edil del partido de extrema derecha dejara su partido, se convirtiera en un tránsfuga y así Compromiso podía alegar que no estaba en un pacto con Vox. Rafael Azor ha dado el paso poniéndose como ejemplo de sacrificio por su municipio, y cuando desde IU se le recriminaron las frecuentes loas a Francisco Franco en su Facebook personal, replicaba que “Franco trabajaba por España y yo trabajo por Baza”.
Comentarios machistas
A su querencia por el dictador, Azor añade el respaldo que da en sus redes sociales a teorías conspirativas. Pero cuando logró trascender de verdad la frontera informativa local fue en 2021, cuando rechazó el manifiesto con motivo del 8 de marzo que proponía el Ayuntamiento bastetano porque aseguraba que “no representa a la mujer real”. "Son feminazis que van detrás de los lazos morados”, insistía, abundando en que “al frente de ese día 8 de marzo hay mujeres que no son mujeres”. A estas afirmaciones ha añadido en otras ocasiones nuevos comentarios machistas, como cuando aseguró que “a todas las mujeres, de verdad, les gusta que las piropeen los hombres”.
Pese a esta trayectoria, el PP no tuvo empacho en agosto en cerrar con él un pacto que ahora se ha formalizado. Al valorar su renuncia a Vox, Azor apuntaba que ha sido “una imposición” para formar gobierno y que de hecho sigue siendo militante, pero que tomaba esta decisión porque “por un lado estaba el partido y por otro la gobernabilidad del pueblo”. Además de pedir perdón a los votantes del partido de extrema derecha, reconocía que en su decisión también han pesado las diferencias que mantiene con la dirección provincial de la formación de Santiago Abascal, así que todo unido “ha ayudado a que me tire al precipicio”.
Eso sí, lo ha hecho proclamando que “esto no es el final” de su relación con Vox. De hecho, “si el partido lo ve conveniente” y a su vez cambia la dirección provincial, no cierra la puerta a que en las próximas elecciones “pueda estar al frente de Vox en Baza otra vez”.
“Han sido ustedes los que han provocado el transfuguismo”
La cosa no quedó ahí en el pleno municipal en el que pasó a ser concejal no adscrito, y es que en el mismo respondió a las acusaciones de PSOE e IU de ser un tránsfuga con el argumento de que “han sido ustedes los que han provocado el transfuguismo y me han puesto contra las cuerdas”. El razonamiento es que a la hora de formar un gobierno estable “la línea roja era Vox, yo no le he puesto líneas rojas a nadie”. “No he sido yo el que ha provocado esto”, insistía, antes de excusarse con que “la situación no ha sido fácil, no lo he hecho por capricho, me he visto en una situación en la que tenía que decidir mirando al pueblo o al partido”.
Mientras el PP se encargaba de ensalzar lo bien que Azor está haciendo las cosas en el gobierno municipal y Compromiso señalaba que no se va a sujetar “a ideologías o directrices que sean estrictas”, PSOE e IU coincidían en que lo ocurrido era la escenificación de una situación que se veía venir desde el principio. “Estamos viendo la crónica de algo que estaba escrito”, resumía el portavoz socialista, Manuel Gavilán, a la vez que le reprochaba a Compromiso por Baza que alegó que “había que cambiar” tras los muchos años socialistas en el gobierno local para justificar su apoyo al PP y que después ha marcado unas líneas rojas “con las que ha hecho un ejercicio de Magia Borrás”.
Su homólogo en IU, Juan Ramón Gil Van Gils, lamentaba que durante meses se había “transmitido en directo una operación de transfuguismo” y pedía la reprobación de la alabanza de Azor a Franco, solicitud que no fue ni considerada. “No sé hasta dónde están dispuestos a consentir y tragar”, le reprochó al equipo de gobierno del PP.