En Granada habrá menos agentes para intervenir en casos de violencia machista que requieran urgencia y estar a pie de calle. Ese es el resultado que se obtiene tras la reducción de policías en áreas concretas que ha planteado el Gobierno municipal de Partido Popular y Ciudadanos a través de la Concejalía de Seguridad Ciudadana. Esa reducción conlleva mover policías a otras áreas. Estos cambios, que está previsto que se empiecen a hacer efectivos en octubre, han provocado cierto malestar entre los propios agentes. No en vano, según denuncia la exconcejal socialista del ramo, Raquel Ruz, de 15 policías que se dedicaban a luchar contra la violencia machista se pasa a 8.
Esa cifra se obtiene de la suma de los agentes que se dedican a dos unidades diferentes: la de Mujer y Menor y la de Policía Judicial. Pero, de acuerdo a los datos policiales a los que ha tenido acceso este medio, la principal reducción se la lleva la unidad de Mujer y Menor ya que de 7 policías se pasa a 4. Una modificación que además conlleva que se pierdan agentes especializado porque, hasta la fecha, los 7 que ha habido en Mujer y Menor se dividían en 5 dedicados a las mujeres y 2 dedicados a los menores. Ahora, por el contrario, la Concejalía de Seguridad Ciudadana propone que los 4 se centren indistintamente en mujeres y menores.
Ante las quejas por la reducción de plantilla, el concejal del área, César Díaz, sostiene que no se han perdido agentes, sino que se han ganado. Aunque le que dice no es exacto. A esos 4 agentes citados hay que sumarles otros 6 que forman parte de la denominada “segunda actividad”. La misma supone que los policías que la integran no puedan atender casos en la calle, ni situaciones de urgencia fuera de comisaria, porque son agentes que no tienen armas ya que, por edad (superan los 55 años), trabajan desde la jefatura. Un hecho que Díaz defiende asegurando que la tarea de la Policía Local “se limita principalmente a seguimiento telefónico y atención a sus requerimientos”.
Una unidad delicada
La realidad es que los agentes policiales de la ciudad de Granada llevaron a cabo en 2018 alrededor de 300 intervenciones relacionadas directamente con la violencia machista. La unidad creada hace una década por el anterior alcalde del PP, José Torres Hurtado, se ha dotado en últimos años de más medios para formar específicamente a los policías y que puedan atender mejor los casos. Porque, según reconoce la actual Concejalía de Seguridad Ciudadana, hay 136 mujeres que necesitan del seguimiento de la policía de Granada.
El problema de base es que la Policía Local no tiene efectivos suficientes, como denuncian desde la propia policía. Faltan agentes en casi todas las áreas y el origen está, según fuentes municipales, en que la plantilla ha ido envejeciendo y no se han cubierto esas plazas. De 500 agentes hace aproximadamente una década hoy quedan menos de la mitad. No se ha invertido suficiente en la policía municipal y además ha habido concejales de anteriores gobiernos que solicitaron escoltas del cuerpo, mermando así la plantilla y el presupuesto.
A la espera de que se creen nuevas plazas para cubrir las necesidades de la Policía Local de Granada, la Concejalía de Seguridad Ciudadana vende que los cambios se producen para reforzar la Policía de Barrio, la de Medio Ambiente y la del 092 para que “ el máximo de agentes operativos estén donde tienen que estar, que es atendiendo la ciudadanía”, señala el concejal del área, César Díaz.
Dos meses polémicos
Esta modificación de plantilla es la última actuación llevada a cabo por la nueva Concejalía de Seguridad Ciudadana, pero no es la única en estos dos meses que lleva en funcionamiento tras la configuración del nuevo Ayuntamiento de Granada. Nada más ser elegido como concejal, César Díaz cambió también al jefe de la Policía Local anunciando que la elección se había realizado mediante un concurso de méritos que fuentes policiales niegan porque “aquí no se ha enterado nadie cuando ha sido”.
Además, se da la circunstancia de que el nuevo jefe de la policía granadina ya lo fue durante la anterior etapa de gobierno de los populares. Entonces llegó a ser denunciado por posible prevaricación al abrir un expediente a varios agentes por haber intentado hacer una “huelga encubierta” durante la celebración de La Toma de Granada de 2013. Aunque aquella querella resultó archivada, la polémica con su nombre nunca cesó porque en el seno del Ayuntamiento se asegura que ha trabajado como escolta de un concejal importante del Partido Popular.
César Díaz ha sido cuestionado por otras dos medidas que provocaron un fuerte revuelo en la ciudad. Primero cesó de su cargo al agente que llevaba el Twitter oficial de la Policía Local, que ha sido reconocido y copiado por otras policías locales del país, y después cesó al oficial de la Unidad Canina que la había impulsado en el último año adoptando y entrenando a dos cachorros abandonados que fueron noticia entre los granadinos. Ambos ceses han sido considerados como decisiones políticas que no se ajustaban a las necesidades de la Policía Local.