Luis Salvador intentó negociar con Ferraz “a la desesperada” para conservar la alcaldía de Granada

Álvaro López

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El alcalde de Granada, Luis Salvador (Ciudadanos), trata de resistir en el cargo por activa y por pasiva. El aún regidor granadino está moviéndose para asegurarse su continuidad de cara a los dos años que restan de legislatura, a pesar de que se ha quedado solo tras la dimisión en bloque del equipo de Gobierno que compartía con el PP (solo le apoya un concejal de Ciudadanos). Según ha podido saber elDiario.es Andalucía de fuentes del PSOE, Luis Salvador ha intentado negociar con la dirección nacional de los socialistas para conservar la alcaldía, aunque se ha encontrado con una negativa rotunda.

El plan de Salvador, que los socialistas califican de “desesperado”, y que en el pasado militó en el PSOE y llegó a ser senador entre 2004 y 2011, pasaba por convencer a la cúpula de Ferraz para que no lleven a cabo una moción de censura contra su mandato con un supuesto apoyo de Sebastián Pérez, un concejal que pasó del PP al grupo de no adscritos. El alcalde de Granada, que es uno de los pocos cargos institucionales con poder que le quedan a Ciudadanos, ha utilizado sus contactos dentro de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), a la que pertenece como regidor, para acercarse a la dirección nacional de los socialistas.

El primer edil de Granada se acercó al PSOE invocando el pacto antitransfuguismo –que los socialistas, entre otros, han firmado a nivel nacional– como argumento para evitar que se lleve a cabo una moción de censura que tendría que estar apoyada por necesidad por uno o varios concejales considerados tránsfugas. Entre ellos, Sebastián Pérez, que ha dejado de militar en el PP o Manuel Olivares, que ha hecho lo propio con Ciudadanos. Ambos mantienen sus actas de ediles y podrían apoyar una supuesta moción de censura del PSOE, aunque es poco probable por dos razones: no les dan los números si no es con el apoyo de otro partido e ideológicamente están muy alejados –Olivares reitera con insistencia del Gobierno de Pedro Sánchez que pacta con “filoetarras”.

Una opción prácticamente imposible

La jugada, que no le ha salido a Luis Salvador, se antojaba muy complicada. Entre otras cosas porque Ferraz le ha explicado que la dirección local del PSOE de Granada tiene libertad absoluta para decidir su acción política y que los únicos interlocutores válidos son el portavoz municipal, Francisco Cuenca, y el secretario general de los socialistas granadinos, José Entrena. La maniobra se produce, además, en plenas primarias del PSOE andaluz y apenas tres meses después de la operación de la moción de censura en Murcia que salpicó a la dirección federal del partido, que se implicó en las conversaciones.

Para entender lo desesperado de la jugada del alcalde, hay que hacer una serie de operaciones aritméticas complejas cuando menos para sus intereses. Las cuentas no le salen dado que el PSOE tiene 10 concejales y que el alcalde pretende seguir siéndolo pese a que solo cuenta en este momento con el apoyo de un único edil. Los socialistas podrían llevar a cabo una moción de censura con los tres ediles de Podemos–IU y con cualquiera de los demás que han dimitido del equipo de Gobierno, lo que le daría las 14 firmas necesarias para que Francisco Cuenca recuperara la alcaldía para el PSOE.

En todo caso, fuentes consistoriales deslizan que el Partido Popular y los concejales que han dimitido en Ciudadanos están dispuestos a sacrificar el Gobierno municipal para la derecha y que los socialistas se hagan con el bastón de mando. Como no hay acuerdo sobre quién en la derecha podría liderar para ser el alcalde, los ediles que han dimitido dejarían la puerta abierta al PSOE para que impulsase una moción de censura que sí saldría, y que permitiría al PP “rearmarse” y generar “desgaste” en el candidato socialista.

El otro escenario que existe es el de una sesión de investidura. No obstante, para que esto ocurra, Luis Salvador tiene de dimitir por su propia cuenta. Si la renuncia de Salvador se produjera, ahí habría un nuevo escenario en el que también partiría con ventaja el PSOE. Si no hubiese un candidato que alcanzara la mayoría necesaria para hacerse con el bastón de mando, el PSOE ganaría la alcaldía por ser el partido que ganó las elecciones municipales de 2019 y tener más concejales que ninguna otra formación municipal.