Jesús Candel 'Spiriman' (Granada, 1976) ha fallecido. El doctor granadino, que revolucionó las calles de la ciudad de la Alhambra sacando a miles de personas en manifestación por la sanidad pública, ha muerto tras no superar un cáncer que tenía desde hacía dos años. Una enfermedad que él mismo relató desde el comienzo, dejando claro que su diagnóstico no era favorable y creando también una unidad para enfermos con esta patología conocida como UAPO.
Conocido por movilizar a Granada entre 2016 y 2017 para defender principalmente que la ciudad mantuviese dos hospitales generales y no hubiese una fusión entre ellos que dividiese las especialidades, llegó a convertirse en un rival para la ex presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que además de revertir las fusiones de este tipo en Andalucía, acabó cesando a gran parte de la cúpula de la Consejería de Salud. Siempre polémico, su trayectoria como figura pública no ha dejado a nadie indiferente, incluso hasta su final al no haber dejado de contar cómo el cáncer le debilitaba, pero él seguía intentando superarlo.
Con la muerte de Jesús Candel se va un héroe local para muchos granadinos. Desde que el 16 de octubre de 2016, a través de la asociación Justicia por la Sanidad, sacase en manifestación por las calles de la ciudad a 50.000 personas, su nombre no solo se hizo familiar, sino que se convirtió en sinónimo de contrapoder. De forma didáctica, a través de vídeos en YouTube y en su canal de Facebook, Candel expuso los problemas que consideraba que tenía la fusión hospitalaria que pretendía llevar a cabo la Junta de Andalucía con Susana Díaz como presidenta.
Su lenguaje cercano y a veces malsonante, acercó a miles de personas a su figura para involucrarse en los problemas sanitarios, como no se había visto antes en Granada. Algo que lo catapultó a ser una de las personas más conocidas de la ciudad y situarlo en el foco nacional en varias ocasiones. A aquella primera manifestación masiva le siguieron muchas más y no solo en la ciudad de la Alhambra, sino en todos los rincones de Andalucía donde las mareas blancas hicieron frente común con Jesús Candel. De esta forma, la Consejería de Salud, entonces dirigida por Aquilino Alonso, tuvo que ceder ante la presión popular.
Tras muchas negociaciones, jornadas agrias y cruces de insultos y amenazas entre Jesús Candel y algunos de los defensores de la fusión hospitalaria, Salud dio marcha atrás y dejó la configuración sanitaria como estaba. Hasta ese momento, la Junta pretendía que los dos grandes hospitales de Granada se dividiesen por especialidades, de forma que algunas fuesen tratadas en el Virgen de las Nieves y otras en el Clínico. Para Candel y su movimiento sanitario esta decisión era nefasta porque solo buscaba ahorrar costes y dejaba sin atención integral a los ciudadanos, obligándoles a acudir a un hospital o a otro en función de sus patologías.
El éxito se replicó en otras provincias fruto de la presión social y algunos politólogos apuntan a que parte de la pérdida de votos que sufrió el PSOE en las elecciones de 2018 que le costaron el gobierno en favor del bipartito entre el PP y Ciudadanos por primera vez en la historia, se debió precisamente a los enfrentamientos sanitarios, que se prolongaron en el tiempo. Precisamente, varios partidos políticos trataron de hacerse con Jesús Candel para presentarlo por sus listas, pero no aceptó participar en ninguna, declarándose como “apolítico”.
Marcado por las polémicas
Señalado por insultar a algunos periodistas y cargos políticos, Candel se colocó en el centro de la polémica con varias declaraciones fuera de tono. El Colegio de Médicos de Granada le inhabilitó temporalmente precisamente por algunas de sus palabras. En 2020, tras anunciar su enfermedad, llegó a asegurar que “el que se quiere curar de cáncer, se cura”. Unas palabras que le costaron la reacción adversa de las redes sociales, especialmente de enfermos y familiares que le acusaron de frivolizar con el sufrimiento ajeno.
También fue condenado en julio de este mismo año a pagar una multa de más de 6.000 euros por insultar a Susana Díaz y al ex viceconsejero de Salud, Martín Blanco, en varias de sus publicaciones en redes sociales. Jesús Candel siempre consideró este tipo de denuncias como una persecución política contra él por querer liderar una lucha ciudadana contra las élites. Además, en los últimos meses fue muy crítico con el tratamiento que se utiliza para los enfermos de cáncer, llegando a afirmar que “lo que mata es la mierda que nos meten y no el bicho”.
Pese a que su cáncer de pulmón le fue detectado en su estado más avanzado, con metástasis en varias partes de su cuerpo, Jesús Candel llegó a recuperarse pocos meses después, según anunció él mismo. Algo que fue puesto en duda por la comunidad científica y médica debido a que el pronóstico de su enfermedad era muy negativo, como finalmente se ha confirmado. Con todo, Candel grabó un vídeo subiendo a Sierra Nevada para agradecerle a la Virgen de las Angustias, la patrona de Granada, su apoyo en su proceso de recuperación.
Alejado del foco mediático por culpa de su enfermedad, el médico granadino, que antes de ser conocido por sus movilizaciones tenía una fundación para fomentar el deporte conocida como Spiribol, palabra de la que acabó derivando su mote de Spiriman, creó una unidad para enfermos de cáncer. Conocida como UAPO, e instalada en primer lugar en Granada, esta organización busca facilitarle la vida a estos pacientes a través de actividades físicas y seguimiento de fisioterapeutas. Una unidad de la que él mismo ha sido usuario, tal y como ha contado en sus redes sociales.
Consciente en sus últimos días de que se acercaba su final, trató de mostrarse fuerte y asegurar que seguiría tratando de recuperarse aunque su evolución era muy mala, dejándole prácticamente sin voz ni fuerza en los últimos vídeos que publicó. Con su muerte, Granada dice adiós a una de las personas que más se recordarán por su capacidad para que toda una ciudad se volcase por la sanidad pública.