Dicen quienes se dedican a escribir guiones que en su ejercicio agradecen poder trabajar con más libertad para desarrollar a los personajes. No es lo mismo, aseguran, escribir una historia pensando en una película cuyo arco argumental es más limitado, que hacerlo pensando en una serie que permite aportar matices a la narración para enriquecerla. Lo que está pasando en Granada con la sanidad pública haría las delicias del escritor más inquieto de un relato audiovisual porque se parece más a lo segundo que a lo primero. Es un serial con varios protagonistas que podría titularse 'Dos hospitales contra la fusión' y en el que uno de los principales personajes sería sin duda Jesús Candel, apodado 'Spiriman'.
Jesús Candel Fábregas (Granada, 1976) es uno de los nombres que más suenan por las calles de la ciudad. Es uno de los médicos de urgencias del complejo hospitalario de la ciudad. Trabaja en el Hospital Virgen de las Nieves y es también uno de los miles de profesionales que se han echado a la calle en los últimos dos meses para reclamarle a la Junta de Andalucía que no siga adelante con una fusión hospitalaria que entienden perjudica la asistencia de los pacientes granadinos. Es uno entre miles, pero es él quien ha conseguido movilizar de un modo sin precedentes a compañeros y a la sociedad civil de Granada para salir a la calle hasta en tres ocasiones hasta el momento.
De Jesús Candel a 'Spiriman'
Hasta julio, Jesús Candel era un médico de bata blanca graduado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada. Tras lograrlo, fue médico de familia residente en el Hospital de Motril, hasta que regresó a la capital para trabajar como otros tantos profesionales primero en el Hospital Virgen de las Nieves y posteriormente en el Hospital Clínico de San Cecilio hasta julio de este año. En aquella fecha dejó de trabajar en ese hospital a consecuencia de la fusión hospitalaria llevada a cabo por el Gobierno andaluz. La fusión preveía que el centro hospitalario de San Cecilio cerraría sus puertas y que parte de sus especialidades se trasladarían al nuevo Hospital del Parque Tecnológico de la Salud (PTS) y otras al del Virgen de las Nieves. Al segundo de estos hospitales fue derivado Jesús Candel.
Además de ser médico de urgencias, Candel también trabaja desde 2012 con su fundación de 'spiribol', que trabaja con menores que están en riesgo de exclusión social y que encuentran salida a sus problemas a través del deporte. Les ayuda a través de un deporte que inventó su abuelo y que consiste en golpear una pelota atada a una cuerda que gira sobre un mástil. El deporte es la excusa para que los niños puedan desarrollarse a través de los valores que fomenta su práctica. Ahí, con su fundación, es donde nace 'Spiriman', el apodo que le acompaña desde entonces y que hoy se asocia a la movilización sanitaria.
Cuando Jesús Candel se convierte en 'Spiriman' lo hace bajo una gorra de color gris y unas gafas de sol opacas que ocultan la mirada de un hombre que lleva meses mirando de frente. Con un tono que ha ido creciendo en vehemencia en los últimos tiempos, 'Spiriman' comenzó a forjar en junio una movilización en las redes sociales contra la fusión hospitalaria que se gestó a través de vídeos con tono didáctico pero apuntando al objetivo. Lo que empezó por reivindicar dos hospitales “casi” completos, como él lo llamaba entonces, ha acabado perdiendo el matiz para gritar junto a miles de personas que quieren que regresen los dos hospitales completos -en cuanto a servicios integrales básicos, matizan algunos- que había antes de verano y que han dejado de serlo con la apertura del Hospital del PTS.
Aunque ese no fue su primer vídeo, pues ya había subido otros de su fundación, sí fue el primero que le dio repercusión a nivel social. 'Spiriman' había nacido como personaje público con un mensaje de poco más de cinco minutos y de relato confuso. No se sabía exactamente por entonces a quiénes se refería cuando hablaba de no menospreciar a la sanidad pública, “que ya está bien”. Pero sí se dejaba ver que el cierre del San Cecilio al que dedicaba esas imágenes, iba a ser su primera batalla de una guerra dialéctica empezada desde ese momento.
El verano diluyó la fuerza y entorpeció el fondo de la protesta que ya se vislumbraba entonces. El recién abierto Hospital del PTS tuvo un periodo estival relativamente relajado, aunque con numerosas incidencias que advertían de que no funcionaba todo lo bien que en los planes del Gobierno andaluz se había anunciado. Las semanas de julio y agosto crearon una suerte de “runrún” entre los profesionales del Virgen de las Nieves y el PTS sobre las dificultades que estaban teniendo para asistir a los pacientes. No era una novedad: tiempo antes del traslado, diferentes plataformas y sindicatos habían puesto su ojo en que la fusión podía suponer un perjuicio para el usuario de la sanidad pública granadina.
Pasado el verano y con el bullicio de la nueva temporada, el prólogo de la revolución de 'Spiriman' puso punto y final. Los personajes ya se habían presentado, pero el espectador aún no tenía del todo claro qué estaba pasando. Sin embargo, el movimiento empezó a andar con otro vídeo en Facebook. Aquí ya no había un mensaje perdido en el buenismo. Había un mensaje directo y claro contra la fusión de la Junta de Andalucía. Con una advertencia nada velada de que se iba a empezar a denunciar todo lo que no estaba funcionando bien.
Con un respaldo cada vez más mayoritario y con la Consejería de Salud hasta entonces limitada a mejorar las instalaciones del Hospital del PTS como tal, 'Spiriman' logró convocar por primera vez a una gran cantidad de personas alrededor de lo que la plataforma 'Granada por su salud' también venía denunciando desde mayo: que Granada quiere dos hospitales completos y con carteras de servicio diferenciadas que eviten que el paciente deba “autodiagnoticarse” para saber a qué centro hospitalario debe ir en función de sus problemas de salud. La convocatoria había crecido en las redes sociales y 'Spiriman' ya comenzaba a estar en boca de todos hasta que se plasmó con hechos el pasado 16 de octubre.
Aquel día, más de 50.000 personas salieron a la calle en Granada para pedir lo mismo que 'Spiriman' había relatado en la red. El eslogan de los dos hospitales completos se apoderó de la manifestación hasta el punto de no haberse bajado nunca desde ese momento del juego de ajedrez en que se ha convertido la situación sanitaria pública de la capital granadina. Aquella demostración de fuerza no fue en vano y sirvió para que, por un lado, 'Spiriman' ganase más seguidores y que, por otro, la Administración, empezando por el Ayuntamiento de Granada y acabando por el principal aludido, la Consejería de Salud, comenzasen a tomar en serio las protestas.
Lo que sigue a ese 16 de octubre son cada vez más vídeos en Facebook de 'Spiriman' y el comienzo de un juego de sillas en las que unos no se sientan si no lo hacen los otros. La Consejería de Salud y el Ayuntamiento de Granada acuerdan empezar a hablar para “detectar lo que no funcione bien del modelo sanitario”. La técnica parecía dejar pasar el tiempo para esperar que la pelota se pinchase y acabara sin fuelle.
De 'Spiriman' a Jesús Candel
Lo que pasó es que el líder de esta movilización local comenzó a sentirse fuerte y aumentó su campaña. El juego se estaba librando en la Red y él era sin duda el más habilidoso a la hora de participar de él. No había administración que le hiciese sombra ni partido político que pudiese hacerse con las siglas de las manifestaciones que desde el primer momento quisieron ser apolíticas. Hasta que el tono se agrió.
La vehemencia que 'Spiriman' había regalado en pequeñas dosis en sus vídeos en internet fue ganando peso a medida que el médico entendía que la Administración estaba intentando ningunear las protestas o a él como cabeza de la movilización. Ahora ya había nombres y apellidos a los que señalar. Primero el consejero, Aquilino Alonso; después Martín Blanco, como viceconsejero, al que consideran uno de los principales ideólogos de la fusión; también al gerente por entonces del complejo hospitalario de Granada, Manuel Bayona; y finalmente a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, a la que no duda en interpelar para pedirle que se implique. Disparos con palabras gruesas y sin ambages. Bajo su gorra y sus gafas de sol, 'Spiriman' dejó de serlo para comenzar a ser Jesús Candel.
Una movilización a principios de noviembre y otra manifestación terminando el mismo mes fueron la cosecha de una movilización sanitaria que ha sacado a la calle a la gente de Granada como pocas veces se recuerda. El médico de urgencias que había logrado con sus vídeos movilizar a los granadinos ahora estaba dispuesto a hablar a cara descubierta, como ya hacía tiempo lo eran sus mensajes, contra el que él entendiese que hiciera falta. Y así ha sido desde mediados de noviembre. Candel pesa más ahora que el propio 'Spiriman' porque reivindica su condición de profesional evitando la sorna del personaje. En plena metamorfosis, más pasos de la Administración.
Primero cesaron al gerente del complejo hospitalario, Manuel Bayona, y lo sustituyeron por Cristina López. Después tomaron en consideración que la conversación no podía ser entre instituciones y sí con las plataformas de trabajadores que junto con 'Spiriman' habían salido a la calle a protestar. Con un penúltimo episodio de temporada en la pasada reunión del 1 de diciembre entre todos los actores posibles -y alguno más que no aparecerá entre el reparto-. Aquel día parecía que Jesús Candel, las plataformas y la Administración habían conseguido llegar a un acuerdo para empezar a entenderse. Pero no fue así: los mensajes se cruzaron y parecía que el entendimiento volvía a estar lejos.
Ahora, la figura del médico de urgencias se ha deshecho en las redes sociales en alguna ocasión, haciendo mutar la historia a una especie de 'Black Mirror' en el que internet puede acabar por dinamitarlo todo. Ahora llora, sonríe y grita porque se siente vendido y engañado por los sindicatos que forman parte de las plataformas y que decidieron en un martes 13 aceptar un acuerdo que según él significa continuar con la fusión hospitalaria.
Jesús Candel o 'Spiriman'. Saben quién es. Su particular batalla ya ha llegado fuera de Granada y se conoce en el resto de España. Su tono ha oscurecido en ocasiones el mensaje pero su capacidad de movilización ha resultado real. El médico de urgencias, profesor de 'spiribol' y activista contra la fusión hospitalaria ha recorrido un camino en medio año que le ha puesto en el punto de mira. Él lo acepta con cierto gusto, porque asegura no tener miedo ni siquiera a la supuesta campaña de difamación que sostiene le están creando.
Candel es posiblemente el protagonista y antihéroe más inesperado para la Junta de Andalucía, que tiene en este hombre que calla más de lo que cuenta a alguien dispuesto a decir lo que haga falta con tal de mantener la lucha de quienes como él creen que Granada necesita volver a tener dos hospitales completos. Pese a la vehemencia, la disposición sigue siendo buena. Quizá el tiempo no allane precisamente ese camino.