Tres destinos para disfrutar del mejor año en décadas para ver auroras boreales
Ver la aurora boreal es uno de los espectáculos naturales más imponentes de nuestro planeta. Las llamadas luces del norte, un fenómeno físico que se produce cuando el viento solar cargado de iones (partículas emitidas por la energía solar y cargadas eléctricamente) interactúa con los gases de las regiones más altas de nuestra atmósfera. Las grandes tormentas solares provocan auroras más potentes y espectaculares. Y justo en este momento estamos entrando en la fase más potente del ciclo solar de once años. Según nos aseguran los científicos, estas grandes llamaradas solares (las responsables de la emisión de iones que chocan contra la atmósfera terrestre) alcanzarán un máximo en torno al mes de julio de este 2025 (ver predicciones de la Agencia Espacial Europa). Las auroras espectaculares se repetirán a lo largo de todo el año (como sucedió en 2024) pero el pico se producirá entre los meses de invierno y verano. Teniendo en cuenta la duración de los días en las zonas próximas al Ártico y que las auroras se ven por la noche pues está claro que ese óptimo en pleno verano va a ser difícil de ver. Así que habrá que concentrar los viajes a los meses de invierno e inicios de la primavera (cuando se producen los días más secos y fríos) para ser testigos de un espectáculo que tardará más de una década en repetirse.
Luces verdes, rojas, azules… Durante 2024 las auroras provocadas por este pico solar se han podido ver en latitudes inusualmente bajas: Sur de Europa o, incluso, Canarias. Ver una aurora es una experiencia única que va más allá de lo meramente visual o, incluso, natural. La aurora es un fenómeno físico. La ionosfera es el escenario donde se produce el espectáculo. Es donde ‘se exitan’ los átomos de oxígeno y nitrógeno al entrar en contacto con esas partículas que han llegado desde el sol en un viaje de 27 horas hasta La Tierra. Los colores rojos se crean en las zonas más altas de la atmósfera y los verdes, violetas o azules se originan en capas más bajas. Física pura… Pero también cultura. Las auroras en latitudes bajas son una rareza ya que sólo suelen ser visibles en una franja de territorio que tiene su límite en los 65-70% grados de latitud (al norte y al sur).
Las auroras boreales en las diversas culturas nórdicas.- La primera explicación científica sobre las auroras boreales se la debemos al mismísimo Nicolás Copérnico quien identificó las luces como destellos del sol en los amaneceres y atardeceres. Antes de que pudiéramos explicarlas, las luces del norte crearon una vastísima cantidad de tradiciones y leyendas en los pueblos del norte. Para los vikingos, por ejemplo, estos destellos eran reflejos de las armaduras de las valkirias, las famosas guerreras que conducían las almas de los difuntos hasta el Walhalla. Para los samis, los últimos pueblos ‘originarios’ de Europa (en la famosa Laponia), las auroras son el resultado de los juegos de los zorros en la nieve. Con sus colas ocasionan las chispas que luego encienden el cielo cuando ascienden. Los inuit (los esquimales) llaman a la aurora con el nombre de ‘danza de los muertos’. Los hombres y mujeres de los hielos del Ártico creen que las luces del norte se producen cuando las almas de los que ya no están en este mundo danzan como espíritus luminosos. Otras leyendas inuit aseguran que estas luces son las almas de los bebés que nacen muertos. Y en las tierras americanas también hay una creencia generalizada de la relación de las auroras con el más allá. Los indios de la Bahía de Hudson creen que las luces son el reflejo de las antorchas que usan los cuervos para conducir a los muertos a su morada definitiva y en Alaska, las auroras son rastros de los espíritus de los grandes animales del bosque. Viajar al norte en busca de las luces, es también hacer un recorrido por una riquísima tradición cultural que demuestra los puntos en común de pueblos alejados por grandes océanos y campos de hielo.
Los mejores destinos europeos para ver auroras en 2025.- Las auroras de este principio de 2025 serán tan potentes que podrán verse a latitudes bajas de manera esporádica y en latitudes medias de forma más frecuente. Hablamos de lugares como Escocia (sobre todo en las islas del norte), Dinamarca o el sur de los países nórdicos o, incluso, la costa báltica. Pero para vivir el fenómeno de manera plena hay que sumergirse en las culturas vinculadas con el fenómeno e irse al norte. Las auroras que se vienen en los próximos meses, según los expertos, pueden ser las más intensas y bonitas de nuestra generación. Así que serán un espectáculo que, raramente, se van a repetir a lo largo de nuestras vidas.
ISLANDIA.- Nuestra niña bonita en Europa. Islandia es el mejor destino nórdico de lejos en cualquier época del año. El Ring Road (el camino que rodea toda la isla) es, según nuestro criterio, el mejor viaje de carretera del Viejo Continente y la posibilidad de visitar sus tierras altas es, sencillamente, adentrarse en otro mundo. Volcanes, fiordos imposibles, glaciares, aguas termales entre hielos casi perpetuos o la potencia de la cultura vikinga. Un viajazo que va mucho más allá de ver las luces del norte.
Guía de las Tierras Altas de Islandia
EL TRIÁNGULO LAPÓN.- Luces del norte sobre las copas de los pinos en bosques nevados… Si lo que quieres es sumergirte en una de las últimas culturas ancestrales del norte de Europa y conocer de primera mano las diferentes tradiciones y leyendas vinculadas con la aurora la mítica Laponia es tu destino. La ciudad finlandesa de Rovaniemi ejerce de capital turística de la tierra de los Samis y hasta allí viajan miles de turistas al año. Si te gusta algo más salvaje y ‘tradicional’ otra opción es el territorio sami de Noruega y el entorno de las ciudades de Alta, Karasjok y Kautokeino. Si elijes esta opción y aprovechas la Semana Santa puedes asistir a la principal fiesta de los Samis en Kautokeino con una muestra de folklore lapón alucinante.
LA COSTA DE NORUEGA.- Este año las luces del norte se verán en todo su esplendor en latitudes bajas de la costa de Noruega. Así que no es mala opción combinar un poco de turismo urbano con auroras en Bergen, la ciudad que más nos gusta del país (y aprovechar para visitar algunas de las iglesias de madera más bonitas del país o darse una vuelta al Fiordo de Sognefjord. Pero si vas al norte vas a poder disfrutar de las auroras y de alguno de los parajes más salvajes y auténticos de Europa. Para nosotros, la joya de la corona es la dupla de la Atlanterhavsveien, un tramo de carretera costera brutal al sur de Trondheim y poder saltar de isla en isla en el Archipiélago Lofoten. Este conjunto de islas que se disponen en fila paralela a la costa es uno de los mejores lugares para hacer un viaje de los de verdad con pequeños pueblos de palafitos, montañas monstruosas e historias de brujas y trolls.
Fotos bajo licencia CC: apasciuto; Dunk; Nick Russill; Xaf; Peter Edwards; C Hollingsworth
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